Resta, pues, hermanos, que os roguemos y exhortemos en el Señor Jesús, que de la manera que recibisteis de nosotros de como debéis andar, y agradar a Dios, así abundéis más y más. Porque ya sabéis qué mandamientos os dimos por el Señor Jesús. Porque la voluntad de Dios es esta, a saber, vuestra santificación; que os apartéis de fornicación. Que cada uno de vosotros sepa tener su propio vaso en santificación y honor; No con afecto de concupiscencia, como los Gentiles que no conocen a Dios: Que ninguno agravie, ni defraude en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os habemos dicho y protestado. Pues no nos ha llamado Dios para vivir en inmundicia, sino en santidad. Así que el que nos menosprecia, no menosprecia a hombre, sino a Dios, el cual también nos dio su Espíritu Santo. ¶ Empero, acerca del amor fraternal no habéis menester que os escriba; porque vosotros habéis aprendido de Dios que os améis los unos a los otros. 10 Y a la verdad lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda la Macedonia. Os rogamos, empero, hermanos, que vayáis creciendo más y más; 11 Y que procuréis estar quietos, y hacer vuestros propios negocios; y que obréis con vuestras manos de la manera que os habemos mandado; 12 Y que andéis honestamente para con los de afuera; y que nada de ninguno hayais menester. 13 ¶ Tampoco, hermanos, queremos que estéis en ignorancia acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14 Pues si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con él a los que durmieron en Jesús. 15 Porque os decimos esto en palabra del Señor, que nosotros que vivimos, que habemos quedado hasta la venida del Señor, no seremos delanteros a los que durmieron ya. 16 Porque el mismo Señor con algazara, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán los primeros. 17 Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire; y así estaremos siempre con el Señor. 18 Por tanto consoláos los unos a los otros en estas palabras.