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Al Vencedor: No destruyas. Mictam de David: cuando envió Saul, y guardaron la casa, para matarle. Escápame de mis enemigos, o! Dios mío: líbrame de los que se levantan contra mí. Escápame de los que obran iniquidad, y sálvame de los varones de sangres: Porque, he aquí, han asechado a mi vida: hánse juntado contra mí fuertes sin rebelión mía, y sin pecado mío, o! Jehová. Sin mi delito corren, y se aperciben: despierta para encontrarme, y mira. Y tú, Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel, despierta a visitar todas las naciones: no hayas misericordia de todos los que se rebelan con iniquidad. Selah. Volverse han a la tarde, ladrarán como perros, y rodearán la ciudad. He aquí, hablarán con su boca: espadas están en sus labios, porque, ¿Quién lo oye? Mas tú, Jehová, te reirás de ellos: harás burla de todas las gentes. Para ti reservaré su fortaleza: porque Dios es mi defensa. 10 El Dios de mi misericordia me prevendrá: Dios me hará ver en mis enemigos venganza. 11 No los matarás, porque mi pueblo no se olvide; házlos vagabundos con tu fortaleza, y abatelos, o! Jehová, escudo nuestro. 12  Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios, y sean presos por su soberbia: y cuenten de maldición y de enflaquecimiento, 13 Acábalos con furor, acábalos y no sean: y sepan que Dios domina en Jacob hasta los fines de la tierra. Selah. 14 Y vuelvan a la tarde, y ladren como perros: y rodeen la ciudad. 15 Anden ellos vagabundos para hallar que comer: y si no se hartaren, murmuren. 16 Y yo cantaré tu fortaleza y loaré de mañana tu misericordia: porque has sido mi amparo, y refugio en el día de mi angustia. 17 Fortaleza mía, a ti cantaré: porque eres Dios de mi amparo, Dios de mi misericordia.