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Salmo de Canción, para el día del sábado. Bueno es alabar a Jehová; y cantar salmos a tu nombre o! Altísimo: Anunciar por la mañana tu misericordia: y tu verdad en las noches: Sobre decacordio y sobre salterio: sobre arpa con meditación. Por cuanto me has alegrado, o! Jehová, con tus obras, con las obras de tus manos me regocijaré. ¡Cuán grandes son tus obras, o! Jehová! muy profundos son tus pensamientos. El hombre necio no sabe, y el insensato no entiende esto: Floreciendo los impíos como la yerba; y reverdeciendo todos los que obran iniquidad, para ser destruidos para siempre: Mas tú, Jehová, para siempre eres Altísimo. Porque, he aquí, tus enemigos, o! Jehová, porque, he aquí, tus enemigos perecerán: serán disipados todos los que obran maldad. 10 Y ensalzaste mi cuerno como de unicornio: yo fuí ungido con aceite verde. 11 Y miraron mis ojos sobre mis enemigos: de los que se levantaron contra mí, de los malignos, oyeron mis orejas. 12 El justo florecerá como la palma: crecerá como cedro en el Líbano. 13 Plantados en la casa de Jehová, en los patios de nuestro Dios, florecerán. 14 Aun en la vejez fructificarán: serán vigorosos y verdes; 15 Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto: y que no hay injusticia en él.