Habacuc. 1. Este es el mensaje que Habacuc vio en visión. Señor, ¿hasta cuándo tendré que clamar por tu ayuda sin que me escuches? Clamo a ti y digo: “¡Violencia!” pero tú no nos libras de ella. ¿Por qué me obligas a ver esta maldad y sufrimiento? ¿Por qué te quedas allí simplemente observando la destrucción y la violencia? ¡Hay riñas y pleitos frente ante mis propios ojos! Por eso es que la ley está paralizada, y nunca gana la justicia. Los malvados son más numerosos que los que hacen el bien, y por eso manipulan la justicia. Mira a tu alrededor las naciones; observa y te sorprenderás. Sucederá algo en tu tiempo que no lo creerías al oírlo. ¡Mira! Yo levantaré a Babilonia, y serán un pueblo cruel y salvaje que andará por el mundo conquistando otras tierras. Son temibles y espantosos, y están tan llenos de orgullo que solo siguen sus propias reglas. Sus caballos son más rápidos que leopardos y más feroces que lobos hambrientos. Sus jinetes vienen a gran velocidad desde muy lejos. Son como águilas que descienden en picada para comerse a su presa. Aquí vienen, con toda la intención de causar violencia. Sus ejércitos avanzan para atacar por el frente tan rápidamente como el viento del desierto, y son como la arena cuando salen a caprturar a los prisioneros. Se ríen de los reyes se burlan en la cara de los gobernantes. Se ríen con desprecio de los castillos, y amontonan rampas de tierra para sitiarlos. Luego desaparecen como el viento y se van. Son culpables porque han hecho de su propia fuerza su dios. ¿No has existido desde la eternidad pasada? Tú eres el Señor mi Dios, mi Santo, y no mueres. Señor, tu los nombraste para dar juicio; Dios, nuestra Roca, tú los enviaste para castigarnos. Tus ojos son demasiado puros para ver el mal. No toleras ver el mal. ¿Por qué has soportado a personas infieles? ¿Por qué guardas silencio mientas los malvados destruyen a los que hacen menos mal que ellos? Tú haces que las personas se vuelvan como peces en el mar, o como insectos que se arrastran, que no tienen quien los gobierne. Ellos arrastran a todos con ganchos, los sacan con redes y los atrapan. Luego celebran felices. Adoran sus redes como si fueran sus dioses, hacienda sacrificios y quemando incienso para ellos, porque con sus redes pueden vivir en medio de lujos, comiendo comida rica. ¿Seguirán acaso sacando sus espadas para siempre, matando a las naciones sin piedad?