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Versión Biblia Libre, Nuevo Testamento (2018)

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Deuteronomio

1  1 Este es el registro de lo que Moisés les dijo a todos los israelitas durante su permanencia en el desierto al este del Jordán. Estaban en el Arabá[fn] cerca de Suf, entre Parán por un lado y Tofel, Laban, Hazerot y Di-zahab por el otro. 2 (Se necesitan once días para ir de Horebv a Cades-barnea por el camino que pasa por el Monte Seir).

3 El primer día del undécimo mes del cuadragésimo año,[fn] Moisés le contó a los israelitas todo lo que el Señor le había ordenado que les dijera. 4 Esto sucedió después de que derrotó a Sehón, rey de los amorreos, que gobernaba en Hesbón, y luego en Edrei después de que derrotó a Og, rey de Basán, que gobernaba en Astarot.

5 Hablando en el lado este del Jordán en la tierra de Moab, Moisés comenzó a explicar estas instrucciones, diciendo:[fn]

6 El Señor nuestro Dios nos dijo en Horeb: “Han permanecido aquí junto a esta montaña por mucho tiempo. 7 Continúen su viaje y váyanse a las montañas de los amorreos y de todos sus vecinos, al valle del Jordán, a las montañas, a las laderas, al Néguev, y a lo largo de la costa, al país de los cananeos hasta el Líbano, y hasta el gran río Éufrates.

8 “Miren que yo les doy esta tierra. Vayan y tomen posesión de la tierra que el Señor prometió que daría a sus padres Abraham, Isaac y Jacob, y a sus descendientes que les seguirían”.

9 Fue entonces cuando le dije: “No puedo hacerme responsable de todo el pueblo yo solo. 10 El Señor nuestro Dios nos ha aumentado tanto en número que hoy hay tantos como estrellas en el cielo. 11 Que el Señor, el Dios de sus antepasados, los multiplique mil veces y los bendiga como lo ha prometido. 12 Pero, ¿cómo puedo asumir todos sus problemas, cargas y discusiones yo solo? 13 Deben elegir entre ustedes hombres sabios, experimentados y con buen juicio de cada una de sus tribus, y yo los pondré a cargo como sus líderes”.

14 Y ustedes me respondieron diciendo: “Tu propuesta es buena”.

15 Así que convoqué a los líderes de sus tribus, a hombres de buen juicio, y los puse a cargo de todos ustedes, como comandantes y oficiales de las tribus. Algunos eran responsables de miles, otros de cientos, otros de cincuenta y otros de diez.

16 Al mismo tiempo les di instrucciones estrictas a sus jueces: “Escuchen los casos que se presenten entre sus hermanos, y asegúrense de que ser justos cuando juzguen entre un hombre y su hermano o un extranjero que viva entre ustedes. 17 No muestren ningún favoritismo cuando juzguen, traten de igual manera a los poderosos y a la gente común. No dejen que nadie los intimide, porque el juicio se hace en nombre de Dios. Tráiganme cualquier caso que sea demasiado duro para ustedes, y yo lo escucharé”.

18 Esta fue también la época en que les instruí a ustedes sobre todo lo que tenían que hacer.

19 Siguiendo las órdenes del Señor nuestro Dios, salimos de Horeb y nos dirigimos hacia la colina de los amorreos, pasando por todo el gran y aterrador desierto que ustedes mismos han experimentado. Cuando llegamos a Cades-barnea, 20 es expliqué: “Han llegado a la colina de los amorreos, que el Señor nuestro Dios nos da. 21 ¡Miren que el Señor su Dios les ha dado la tierra! Vayan y tomen posesión de la tierra como el Señor, el Dios de sus antepasados, les ha dicho. No se asusten ni tengan miedo”.

22 Entonces todos ustedes vinieron a mí y me sugirieron: “Enviemos hombres a explorar la tierra y que ellos nos informen qué ruta tomar y qué pueblos encontraremos”.

23 Me pareció un buen plan, así que elegí a doce de sus hombres, uno de cada tribu. 24 Partieron y subieron a las colinas hasta el Valle de Escol, para explorar la tierra. 25 Trajeron de vuelta algunos de los frutos del país, los presentaron frente a nosotros, y nos dieron el informe: “El Señor nuestro Dios nos está dando buena tierra”.

26 Pero ustedes no quisieron ir. Se rebelaron contra las instrucciones del Señor su Dios. 27 Se quejaron en sus tiendas y dijeron: “Parece que el Señor nos odia, y nos sacó de Egipto para entregarnos a los amorreos para ser aniquilados. 28 ¿Adónde vamos? Nuestros hermanos nos aterrorizaron[fn] porque nos dijeron: ‘La gente es más grande y alta que nosotros; los pueblos son grandes, con altos muros que llegan hasta el cielo. ¡Hasta vimos a los descendientes del gigante Anac allí!’”

29 Así que yo les dije: “¡No se asusten, ni tengan miedo de ellos! 30 El Señor nuestro Dios que guía su camino luchará por ustedes de la misma manera que ya lo vieron hacerlo en Egipto. 31 Lo mismo hizo en el desierto, y ustedes vieron cómo el Señor su Dios los llevó como un padre lleva a su hijo durante todo el viaje hasta que llegaron aquí”. 32 A pesar de todo esto, no confiaron en el Señor su Dios, 33 que los guió en el viaje, estando presente en el fuego durante la noche y en la nube durante el día, buscando encontrar un lugar para acampar y mostrándoles el camino a seguir.

34 Cuando el Señor oyó lo que ustedes decían, se enfadó e hizo un juramento: 35 “Ni uno solo de esta mala generación verá la buena tierra que prometí a sus antepasados, 36 excepto Caleb, hijo de Jefone. Él la verá, y le daré a él y a sus descendientes la tierra que exploró, porque estaba completamente entregado al Señor”.

37 El Señor también se enojó conmigo por culpa de ustedes. Y me dijo: “Ni siquiera tú entrarás en el país. 38 Sin embargo, Josué, hijo de Nun, tu asistente, entrará en él. Anímalo, porque él ayudará a Israel a ocupar la tierra. 39 Sus hijos pequeños que afirmaban que se convertirían en prisioneros, sus hijos que en ese momento no distinguían el bien del mal, serán los que entren en la tierra que yo les daré, y la ocuparán. 40 Pero ahora den la vuelta y vuelvan al desierto por el camino que lleva al Mar Rojo”.

41 Pero ustedes respondieron y dijeron: “¡Hemos pecado contra el Señor! Iremos y lucharemos y haremos todo lo que el Señor nuestro Dios nos ha mandado a hacer”. Entonces todos recogieron sus armas y se prepararon para la batalla pensando que sería fácil ir a luchar en las montañas.

42 Pero el Señor me instruyó: “Diles que no vayan a pelear porque no estaré con ustedes para evitar que sean derrotados por sus enemigos”.

43 Yo les advertí esto, pero ustedes se negaron a escuchar. Desafiaron las instrucciones del Señor y con arrogancia se fueron a pelear en las montañas.

44 Entonces los amorreos que vivían allí en las montañas vinieron y los atacaron. Los persiguieron como un enjambre de abejas, matándolos desde Seir hasta Horma. 45 Luego ustedes volvieron al campamento y lloraron ante el Señor, pero él se negó a escucharlos. 46 Y tuvieron que permancer en Cades durante mucho tiempo.

2  1 Luego nos dimos la vuelta y regresamos por el desierto de camino hacia el Mar Rojo, tal como el Señor me lo había dicho, y anduvimos por mucho tiempo de un lugar a otro en la región del Monte de Seír.

2 Finalmente el Señor me dijo: 3 “Han estado vagando en esta región montañosa por suficiente tiempo. Vuelvan al norte, 4 y dale estas órdenes al pueblo: Pasarán por el territorio de sus parientes, los descendientes de Esaú, que viven en Seir. Ellos tendrán miedo de ustedes, así que deben tener mucho cuidado. 5 No luchen contra ellos, porque no les voy a dar a ustedes nada de esta tierra, ni siquiera el tamaño de una huella, porque yo le he dado el monte Seir a Esaú y le pertenece. 6 Págales con dinero por la comida que comes y el agua que bebes”.

7 Recuerden que el Señor su Dios los ha bendecido en todo lo que han hecho. Él los ha cuidado durante su viaje a través de este gran desierto. El Señor su Dios ha estado con ustedes durante estos cuarenta años, y no les ha faltado nada.

8 Así que pasamos por la tierra de nuestros parientes, los descendientes de Esaú, que viven en Seir. No tomamos el camino de la Arabá desde Elath y Ezion-geber. En su lugar usamos el camino que atraviesa el desierto de Moab. 9 Entonces el Señor me dijo: “No causes problemas a los moabitas ni los combatas, porque no te voy a dar nada de su tierra, porque he dado Ar a los descendientes de Lot y les pertenece”.

10 (Un pueblo fuerte y numeroso llamado los Emim vivió una vez allí. Ellos eran tan altos como los anaceos,[fn] 11 y al igual que los anaceos, también fueron considerados como Refaim,[fn] pero los moabitas los llamaron Emim. 12 Anteriormente los horeos vivían en Seir, pero los descendientes de Esaú se apoderaron de sus tierras. Mataron a los horeos y se establecieron allí, como hizo Israel cuando ocuparon la tierra que el Señor les había dado).

13 Entonces el Señor nos dijo:[fn] “Vayan y crucen el arroyo Zered”. Así que cruzamos el arroyo Zered.

14 El tiempo que tardamos en viajar desde Cades-barnea hasta que cruzamos el arroyo de Zered fue de treinta y ocho años. Para entonces, toda la generación de guerreros había muerto y ya no formaban parte del campamento, como el Señor les había jurado que sucedería. 15 De hecho, el Señor trabajó contra ellos para sacarlos del campamento, hasta que todos murieron.

16 Una vez muertos los guerreros del pueblo, 17 el Señor me dijo: 18 “Hoy cruzarás la frontera de Moab por la ciudad de Ar. 19 Sin embargo, cuando entres en territorio amonita, no les causes problemas ni luches con ellos, porque no les daré a ustedes ninguna tierra amonita, pues se la he dado a los descendientes de Lot y les pertenece”.

20 (Esta tierra era considerada anteriormente como el país de los Refaim que solían vivir allí. Sin embargo, los amonitas los llamaban Zamzumitas. 21 Eran un pueblo fuerte y numeroso, tan alto como los descendientes de Anac. Pero el Señor los destruyó cuando los amonitas los invadieron y los expulsaron y se establecieron allí, 22 tal como lo hizo con los descendientes de Esaú que vivían en Seir cuando destruyó a los horeos.[fn] Los expulsaron y se establecieron donde vivían y siguen allí hasta hoy. 23 Los Avvim, que vivían en aldeas tan lejanas como Gaza, fueron destruidos por los filisteos,[fn] quienes vinieron desde Creta,[fn] y se establecieron en el lugar donde solían vivir).

24 Entonces el Señor nos dijo,[fn] “Levántense y crucen el Valle de Arnón. Sepan que les he entregado a Sehón el Amorita, rey de Heshbon, así como su tierra. Vayan y comiencen a tomarla, y peleen con él en batalla. 25 A partir de este día, haré que todas las naciones de la tierra les teman. Temblarán de terror cuando aparezcas por causa de las noticias que oirán sobre ustedes”.

26 Entonces Moisés les dijo a los israelitas:[fn] “Desde el desierto de Cademot envié mensajeros con una oferta de paz para Sehón, rey de Hesbón, diciéndole, 27 ‘Déjanos pasar por tu tierra. Nos quedaremos en el camino principal y no nos desviaremos ni a la derecha ni a la izquierda. 28 Véndenos comida para comer y agua para beber por dinero. Déjanos pasar a pie, 29 como nos permitieron los descendientes de Esaú que viven en Seir y los moabitas que viven en Ar, hasta que crucemos el Jordán hacia el país que el Señor nuestro Dios nos da’”.

30 Pero Sehón, rey de Hesbón, se negó a dejarnos pasar, porque el Señor su Dios le dio un espíritu terco y una actitud obstinada, para entonces entregárnoslo, como lo ha hecho ahora.

31 Entonces el Señor me dijo: “Mira, he empezado a entregarte a Sehón y su tierra. Ahora puedes empezar a conquistar y tomar su tierra”.

32 Sehón y todo su ejército salieron a luchar contra nosotros en Yahaza. 33 El Señor nuestro Dios nos lo entregó y lo matamos a él, a sus hijos y a todo su ejército. 34 También capturamos a toda su gente, y los separamos para su destrucción.[fn] A la gente de cada pueblo: hombres, mujeres y niños. No dejamos ningún sobreviviente. 35 Todo lo que tomamos para nosotros fue el ganado y el saqueo de los pueblos que habíamos capturado. 36 Ningún pueblo tenía muros demasiado altos que no pudiéramos conquista, desde Aroer en el borde del valle del Arnón, hasta Galaad. El Señor nuestro Dios nos los entregó todos. 37 Pero no fueron a ningún sitio cerca del país de los amonitas, la zona que rodea el río Jabocni los pueblos de las colinas, ni cualquier otro lugar que el Señor nuestro Dios haya puesto fuera de los límites.

3  1 Salimos y subimos por la carretera hacia Basán. Entonces Og, el rey de Basán, y todo su ejército salieron a luchar contra nosotros en Edrei. 2 Pero el Señor me dijo: “No le tengas miedo, porque te lo he entregado junto con todo su pueblo y su tierra. Trátalo como a Sehón, el rey de los amorreos, que gobernó en Hesbón”.

3 El Señor nuestro Dios nos entregó a Og, rey de Basán, y a todo su ejército. Los matamos y no dejamos sobrevivientes. 4 También capturamos todos sus pueblos. No hubo un solo pueblo entre los sesenta que no pudiéramos capturar. Incluso toda la región de Argob, el reino de Og en Basán. 5 Todas estas ciudades estaban fortificadas con altos muros y puertas con barrotes. Había muchos más pueblos también, los que no tenían murallas. 6 Las separamos para su destrucción, como hicimos con Sehón, rey de Hesbón, matando a todos los hombres, mujeres y niños de cada ciudad. 7 Pero tomamos para nosotros todo el ganado y el botín de las ciudades.

8 Así que en resumen, en ese momento tomamos de los dos reyes amorreos la tierra al Este del Jordán, desde el valle de Arnón hasta el Monte Hermón. 9 (El Monte Hermón es llamado Sirión por los sidonios y Senir por los amorreos). 10 El área incluía todas las ciudades de la llanura, todo Galaad y todo Basán, incluyendo las ciudades de Salcá y Edrei, en el reino de Og. 11 (Sólo Og, rey de Basán, quedó de la raza de los Refaim. Tenía una cama de hierro de nueve codos de largo y cuatro de ancho. Todavía está en la ciudad amonita de Rabá).

12 Fue entonces cuando nos hicimos cargo de la tierra. Asigné a las tribus de Rubén y Gad la tierra al norte del pueblo de Aroer en el valle del Arnón, y la mitad de la región montañosa de Galaad, junto con sus pueblos. 13 Asigné a la media tribu de Manasés el resto de Galaad, y todo Basán, el reino de Og. (Toda la región de Argob, todo el territorio de Basán, se llamaba antiguamente la tierra de los Refaim). 14 Jair, descendiente de Manasés, se apoderó de toda la región de Argob hasta la frontera de los geshuritas y maacathitas y cambió el nombre de Basán por el de Havvoth-jair[fn] poniéndole su propio nombre, que sigue siendo su nombre hasta el día de hoy. 15 Asigné el resto de[fn] Galaad to the descendants of Maquir, 16 mientras que yo asigné a las tribus de Rubén y Gad el área desde Galaad hasta el Valle de Arnón, siendo la línea fronteriza el centro del valle, hasta el río Jaboc en la frontera amonita. 17 El río Jordán en la Arabá lo bordeaba por el Oeste, desde el Mar de Galilea hasta el Mar de la Arabá (el Mar Muerto). Al Este se encontraban las laderas de la cordillera del Pisga.

18 Fue entonces cuando les[fn] di estas instrucciones: “El Señor su Dios les ha dado este país como suyo para que lo posean. Todos sus guerreros deben cruzar, listos para la batalla, guiando a sus compañeros israelitas. 19 Sin embargo, sus mujeres, sus hijos y sus ganados (sé que tienen mucho ganado) pueden quedarse en las ciudades que les he dado, 20 hasta que el Señor le dé la victoria a sus hermanos israelitas y tengan paz, como la tienen ustedes, después de apoderarse de la tierra que el Señor les da al otro lado del Jordán. Entonces todos podrán volver a la tierra que les he dado para que la posean”.

21 Esta fue la vez que le ordené a Josué: “Has visto con tus propios ojos todo lo que el Señor tu Dios hizo a estos dos reyes. El Señor hará lo mismo con todos los reinos a los que vas. 22 No tengas miedo de ellos, porque el Señor tu Dios mismo estará luchando a tu lado”.

23 Este fue también el momento en que supliqué al Señor, diciendo, 24 “Señor Dios, apenas has empezado a mostrar tu poder y tu grandeza a mí, tu siervo. ¿Qué dios en el cielo o en la tierra tiene la increíble habilidad de hacer los actos poderosos que tú haces? 25 Por favor, déjame cruzar el Jordán y ver la buena tierra de allí, las hermosas colinas y las montañas del Líbano!”

26 Pero el Señor se enfadó conmigo por culpa de ustedes y se negó a escucharme. “Ya basta”, me dijo. “No me hables más de esto. 27 Sube a la cima del monte y mira al Oeste, al norte, al sur y al Este. Contempla la tierra con tus propios ojos, porque no vas a cruzar este Jordán. 28 En vez de eso, pon a Josué a cargo porque es él quien cruzará, guiando al pueblo y ayudándoles a apoderarse de la tierra que ves. Anímalo y apóyalo”.

29 Así que nos quedamos allí en el valle cerca de Bet-peor.

4  1 Pueblo de Israel, presten atención a las normas y preceptos que les estoy enseñando a observar. Así podrán seguir vivos, e ir y tomar el país que el Señor, el Dios de sus antepasados, les está dando. 2 No añadan ni quiten nada de lo que les digo, para que puedan guardar los mandamientos del Señor su Dios, que les ordenó seguir. 3 Han visto por ustedes mismos lo que el Señor hizo en Baal-peor, donde el Señor su Dios mató a todos los que adoraban al dios de Baal- Peor. 4 Aquellos entre ustedes que permanecieron fieles al Señor todavía están vivos hoy, cada uno de ustedes.

5 Escuchen, yo les he enseñado los preceptos y normas tal y como el Señor mi Dios me ordenó, para que puedan seguirlos en el país al que van a entrar y poseer. 6 Asegúrense de observarlas, porque esto demostrará su sabiduría e inteligencia a los otros pueblos que viven allí y que las están observando. Ellos se enterarán de todas estas reglas y dirán: “La gente de esta gran nación es muy sabia y tienen inteligencia”. 7 ¿Qué nación es tan grande como nosotros, teniendo un dios tan cerca de ellos como el Señor nuestro Dios es para nosotros cada vez que lo invocamos? 8 ¿Qué nación es tan grande como nosotros, teniendo tan buenas reglas y normas como todas estas leyes que estoy poniendo ante ustedes hoy?

9 Sólo asegúrate de ser muy cuidadosos, y realmente cuidar lo que hacen, para que no olviden las cosas que han visto. Téngalas en cuenta mientras vivan. Enséñenselas a sus hijos y nietos. 10 Aquel día en que estuvieron en la presencia del Señor su Dios en Horeb,[fn] el Señor me dijo: “Que el pueblo venga a mí y escuche lo que tengo que decirles, para que aprendan a respetarme a lo largo de sus vidas aquí en la tierra, y para que le enseñen esto a sus hijos”.

11 Se reunieron y se pararon al pie de la montaña. La montaña estaba ardiendo, lanzando llamas hacia el cielo y produciendo gruesas y oscuras nubes. 12 El Señor les habló desde el fuego. Escucharon las palabras, pero no vieron la forma en que nadie hablaba, sólo había una voz. 13 Les explicó su pacto, los Diez Mandamientos, que les ordenó seguir. Los escribió en dos tablas de piedra. 14 Este fue el momento en que el Señor me ordenó que les enseñara las normas y preceptos que deben seguir cuando lleguen al país que vas a poseer una vez que hayan cruzado el Jordán.

15 No vieron ninguna figura cuando el Señor les habló desde el fuego en Horeb, así que tengan mucho cuidado 16 de no estropear su relación con el Señor haciendo un ídolo de cualquier forma, ya sea en forma de hombre o mujer, 17 o de cualquier animal terrestre o pájaro que vuele, 18 o de cualquier animal que se arrastre por el suelo o cualquier pez en las profundidades del mar. 19 Cuando miren al cielo y vean el sol, la luna y las estrellas - todos los cuerpos celestes - no se sientan tentados a inclinarse ante ellos. No los adoren como todas las demás naciones de la tierra en la forma que el Señor ha permitido. 20 Recuerden que el Señor los tomó y los sacó del horno de hierro que era Egipto para que fueranun pueblo libre, tal como lo son hoy.

21 Pero el Señor se enojó conmigo por culpa de ustedes, y me prometió que no cruzaría el Jordán para entrar en la buena tierra que el Señor, su Dios, les está dando para que la posean. 22 Así que no cruzaré el Jordán, porque tengo que morir aquí en esta tierra. Pero ustedes cruzarán y ocuparán esa buena tierra. 23 Sin embargo, tengan cuidado de no olvidar el acuerdo que el Señor su Dios hizo con ustedes. No hagan ídolos en forma de nada, porque él se los ha prohibido. 24 Porque el Señor su Dios es un fuego que lo consume todo. Él es un Dios exclusivo.

25 Después de haber vivido en el campamento durante mucho tiempo y haber tenido hijos y nietos, si entonces estropean la relación que tienen con el Señor y hacen un ídolo de cualquier forma, el Señor, su Dios, verá esto como un mal que lo hará enojar. 26 Si hacen esto, clamo al cielo y a la tierra como testigos contra ustedes hoy de que serán completamente borrados del país que ocuparán al cruzar el Jordán. No vivirán mucho tiempo allí, serán totalmente destruidos. 27 Entoncesel Señor los dispersará entre las demás naciones, y no muchos de ustedes sobrevivirán en los países donde el Señor los ha exiliado. 28 Allí adorarán a dioses de madera y piedra hechos por seres humanos. Estos ídolos no pueden ver ni oír, ni comer ni oler.

29 Sin embargo, si mientras están allí deciden volver al Señor su Dios, lo encontrarán si se acercan a él de todo corazón, con un compromiso completo. 30 Cuando estén en problemas, después de haber experimentado todas estas cosas, eventualmente volverán al Señor su Dios y obedecerán lo que él diga. 31 El Señor su Dios es un Dios misericordioso. No los abandonará, ni los destruirá, ni olvidará el pacto que hizo con sus antepasados, confirmado por una promesa solemne.

32 ¡Mediten en ello! Examinen toda la historia desde el principio de los tiempos, mucho antes de que existieran, cuando Dios creó a los seres humanos, hasta ahora. Háganse esta pregunta en cualquier lugar, de un extremo a otro de la tierra: ¿Ha ocurrido antes algo tan asombroso como esto? ¿Ha escuchado alguien algo como esto? 33 ¿Ha escuchado alguna vez un pueblo la voz de Dios hablando desde el fuego, y han sobrevivido como ustedes lo han hecho? 34 ¿Ha intentado algún dios sacar una nación de otra nación y hacerla suya, usando pruebas y señales y milagros y guerra – con su gran poder e increíble fuerza y acciones aterradoras – como el Señor su Dios lo hizo por ustedes en Egipto, ante tus propios ojos? 35 Se les mostró todo esto para que tuvieran la certeza de que el Señor es Dios y no hay nadie como él. 36 Él les hizo escuchar su voz desde el cielo para que le obedecieran. En la tierra se reveló a través del fuego ardiente, y le oyeron hablar desde el fuego. 37 Porque amó a sus antepasados, los eligió a ustedes, su descendencia. Él mismo los sacó de Egipto con su gran poder, 38 expulsando delante de ustedes a naciones más grandes y fuertes que ustedes, para conducirlos a su tierra y dárselas como posesión, tal como sucede hoy. 39 Así que hoy tengan la certeza de esto y no lo olviden nunca: el Señor es el único Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra. 40 Observen sus preceptos y normas que les doy ahora mismo, para que les vaya bien a ustedes y a sus hijos, y para que tengan una larga vida en el país que el Señor su Dios les da para siempre.

41 Entonces Moisés asignó tres pueblos santuarios al este del Jordán 42 a los que una persona podía acudir corriendo después de matar accidentalmente a alguien sin odio deliberado. Para salvar su vida podían correr a uno de estos pueblos: 43 Bezer en la llanura del desierto perteneciente a la tribu de Rubén; Ramot en Galaad, perteneciente a la tribu de Gad, o Golán en Basán perteneciente a la tribu de Manasés.

44 Esta es la ley que Moisés puso ante los israelitas. 45 Estas son las leyes, reglas y normas que Moisés les dio después de que salieran de Egipto. 46 Esto fue cuando estaban en el valle al este del Jordán cerca de Bet-peor en el país de Sehón rey de los amorreos. Él había gobernado desde Hesbón y había sido derrotado por Moisés y los israelitas después de que habían salido de Egipto. 47 Se apoderaron de su país y del país de Og, rey de Basán. (Eran los dos reyes de los amorreos que anteriormente gobernaban en el lado este del Jordán). 48 El territorio iba desde la ciudad de Aroer, en el borde del valle del Arnón, hasta el Monte Sirion,[fn] también conocido como el Monte Hermón, 49 e incluía toda la Arabá al este del Jordán hasta el Mar Muerto, junto a las laderas del Monte Pisga.

5  1 Entonces Moisés convocó a todos los israelitas y les dijo:[fn] Escuchen, pueblo de Israel, las reglas y preceptos que les doy hoy. Apréndanlas y asegúrense de seguirlas cuidadosamente. 2 Recuerden que el Señor nuestro Dios hizo un acuerdo con nosotros en Horeb.

3 No hizo este acuerdo con nuestros padres, sino con nosotros, todos los que aún viven hoy. 4 El Señor habló con ustedes de persona a persona desde el fuego de la montaña.

5 Este fue el momento en el que me interpuse entre el Señor y ustedes para deciros lo que el Señor dijo, porque ustedes tuvieron miedo del fuego y se rehusaban a subir a la montaña. Y él les dijo:

6 “Yo soy el Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, de la prisión de la esclavitud.

7 “No debes tener otros dioses aparte de mí.

8 “No debes hacerte ningún tipo de ídolo, ya sea en forma de algo que esté arriba en los cielos, o abajo en la tierra, o debajo en las aguas. 9 No debes inclinarte ante ellas ni adorarlas, porque yo soy el Señor tu Dios y soy celosamente exclusivo. Yo pongo las consecuencias del pecado de los que me odian sobre sus hijos, nietos y bisnietos; 10 pero muestro un amor fiel a las miles de generaciones que me aman y guardan mis mandamientos.

11 “No debes usar el nombre del Señor tu Dios de manera incorrecta, porque el Señor no perdonará a nadie que use su nombre de forma incorrecta.

12 “Recuerda el sábado para santificarlo, como el Señor, tu Dios, te ha ordenado. 13 Tienes seis días para trabajar y ganarte el sustento, 14 pero el séptimo día es el sábado para honrar al Señor tu Dios. En este día no debes hacer ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo o hija, ni tu esclavo o esclava, ni tu buey o burro, ni ninguno de tus ganados, ni el extranjero que se quede contigo, para que tu esclavo y esclava puedan tener el mismo descanso que tú. 15 Recuerda que una vez fueron esclavos en Egipto, y que el Señor su Dios los sacó de allí con su gran poder y su increíble fuerza. Es por eso que el Señor tu Dios te ha ordenado que guardes el día de reposo. 16 Honra a tu padre y a tu madre, como te ha ordenado el Señor tu Dios, para que vivas mucho tiempo y te vaya bien en la tierra que el Señor tu Dios te da.

17 “No debes matar a la gente.

18 “No debes cometer adulterio.

19 “No debes robar.

20 “No debes dar pruebas falsas contra otros.

21 “No debes desear tener la esposa de otro. No debes desear tener su casa o su campo, o su esclavo o su esclava, o su buey o su burro, o cualquier cosa que les pertenezca”.

22 En voz alta el Señor les dio estos mandamientos a todos ustedes, hablando desde el fuego, la nube y la profunda oscuridad que cubría la montaña. No añadió nada más. Los escribió en dos tablas de piedra y me las dio. 23 Cuando escucharon la voz que venía de las tinieblas mientras la montaña estaba en llamas, todos sus jefes y ancianos de las tribus vinieron a mí, 24 y me dijeron: “Escucha, el Señor nuestro Dios nos ha revelado la gloria y la majestad, y hemos escuchado su voz que venía del fuego. Hoy hemos visto que los seres humanos no pueden morir incluso cuando Dios habla con ellos. 25 Pero aún podríamos morir, ¿no es así? Este enorme fuego nos va a quemar, y moriremos si el Señor nuestro Dios continúa hablándonos. 26 ¿Alguien más ha oído hablar al Dios vivo desde el fuego y ha sobrevivido, como nosotros? 27 e y escucha todo lo que el Señor nuestro Dios dice. Entonces podrás repetirnos todo lo que el Señor nuestro Dios ha dicho. Prometemos escuchar y obedecer”.

28 El Señor escuchó lo que ustedes me dijeron, y me dijo: “He escuchado lo que este pueblo te dijo. Todo lo que han dicho es bueno. 29 Sólo deseo que me respeten y guarden siempre mis mandamientos para que ellos y sus hijos estén bien para siempre. 30 Ve y diles: ‘Tienen que volver a sus tiendas’. 31 Pero deben quedarse aquí conmigo para que les dé todos los mandamientos y reglas que deben enseñarles a seguir en el país que les estoy dando para que lo tomen y lo posean”.

32 Así que asegúrate de hacer lo que el Señor tu Dios te ha ordenado hacer, no te desvíes en ninguna dirección. 33 Sigue todos los caminos que el Señor tu Dios te ha mostrado, para que te vaya bien y vivas una larga vida en el país donde vivirás.

6  1 Estos son los mandamientos y ordenanzas que el Señor su Dios me ha pedido que les enseñe a seguir en el país que van a entrar y habitar. 2 Esto es para que tú y tus hijos y nietos muestren respeto al Señor tu Dios a lo largo de sus vidas guardando todas sus reglas y preceptos que yo te doy, y para que tengas una larga vida.

3 Escucha, pueblo de Israel, y está atento a observarlas, para que les vaya bien y tengan mucha descendencia en una tierra que fluye leche y miel, tal como se los prometió el Señor, el Dios de sus antepasados. 4 Escucha, pueblo de Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor es el único.[fn] 5 Amarás al Señor tu Dios con toda tu mente, con todo tu ser y con todas tus fuerzas. 6 Las órdenes que les doy hoy deben permanecer en sus mentes. 7 Deberán explicarlas cuidadosamente a sus hijos y hablar de ellas cuando estén en casa y al viajar, cuando se acuesten y cuando se levanten. 8 Amárrenlas en sus manos como recordatorio y pónganlas también en sus frentes. 9 Escríbanlas en los postes de sus casas y en sus puertas.

10 El Señor tu Dios te llevará al país que prometió darte a ti y a tus antepasados, Abraham, Isaac y Jacob. Es un país con grandes y prósperas ciudades que no construiste, 11 con casas llenas de muchas cosas buenas que no proporcionaste, que tienen pozos que no cavaste, y viñedos y olivares que no plantaste. Cuando comas y estés lleno 12 asegúrate de no olvidartedel Señor que te sacó de Egipto, de la prisión de la esclavitud.

13 Respeta al Señor tu Dios, adórale sólo a él, y haz sólo promesas en su nombre. 14 No adores a ningún otro dios, ni a los dioses de los pueblos que te rodean, 15 porque el Señor tu Dios, que vive entre ustedes, es un Dios exclusivo, y el Señor tu Dios se enfadará contigo y te aniquilará. 16 No pongas a prueba al Señor tu Dios como lo hiciste en Massa.[fn] 17 Debes tener cuidado de guardar los mandamientos del Señor tu Dios y las leyes y reglas que te ha dado.

18 Haz lo que es bueno y correcto ante los ojos del Señor para que te vaya bien y puedas entrar y apoderarte de la buena tierra que el Señor tu Dios prometió dar a tus antepasados, 19 Él expulsará a todos tus enemigos delante de ti, tal como dijo.

20 En el futuro, cuando tus hijos vengan y te pregunten: “¿Qué sentido tienen los decretos y preceptos que el Señor nuestro Dios te ordenó seguir?” 21 entonces les dirás: “Una vez fuimos esclavos del Faraón en Egipto, pero el Señor por su poder nos sacó de Egipto. 22 Ante nuestros ojos el Señor hizo señales y milagros increíbles y aterradores sobre Egipto, sobre el Faraón y sobre todo su pueblo. 23 Pero nos sacó de allí para traernos aquí, dándonos este país que les había prometido a nuestros antepasados. 24 El Señor nos ordenó que guardáramos todas estas leyes y que respetáramos al Señor nuestro Dios, para que siempre estuviéramos seguros y salvos, como lo estamos hoy. 25 Y si observamos cuidadosamente cada uno de estos mandamientos mientras vivimos en la presencia del Señor, como nos instruyó, entonces estaremos en paz con él”.

7  1 El Señor tu Dios te va a guiar a la tierra que estás tomando y expulsará delante de ti a muchas otras naciones: a los hititas, a los gergeseos, a los amorreos, a los cananeos, a los ferezeos, a los heveos y a los jebuseos, siete naciones que son más grandes y fuertes que tú.

2 Cuando el Señor tu Dios te los entregue para que los derrotes, entonces debes apartarlos para la destrucción.[fn] No hagas ningún tratado de paz con ellos y no les muestres ninguna piedad. 3 No te cases con ellos. No dejes que tus hijas se casen con sus hijos o que sus hijas se casen con tus hijos, 4 porque alejarán a tus hijos de mi, para que vayan a adorar a otros dioses. Entonces el Señor se enfadará contigo y vendrá rápidamente a matarte.

5 Por el contrario, esto es lo que debes hacer con ellos: derribar sus altares, derribar sus pilares idólatras, cortar sus postes de Asera y quemar sus ídolos. 6 Porque tú eres el Señor, el pueblo santo de tu Dios. El Señor tu Dios te ha elegido para ser su propio pueblo especial, valorado por encima de todos los demás pueblos de la tierra. 7 No fue por ser numerosos que el Señor los amó más que a cualquier otra nación; de hecho, los eligió a pesar de ser tan pocos.

8 Pero como el Señor los amó y cumplió la promesa que hizo a sus antepasados, los sacó con su poder y los rescató de la cárcel de la esclavitud, del dominio del Faraón, rey de Egipto. 9 Por eso puedes estar seguro de que el Señor tu Dios es el verdadero Dios, el Dios fiel que cumple su acuerdo basado en un amor digno de confianza a mil generaciones de los que le aman y guardan sus mandamientos. 10 Pero no duda en pagar a los que le odian, destruyéndolos.

11 Así que guarden los mandamientos, preceptos y normas que les doy para que los sigan hoy. 12 Si escuchas estas preceptos y te preocupas por cumplirlas, entonces el Señor tu Dios cumplirá su acuerdo y el amor fiel que les prometió a tus antepasados. 13 Él te amará y te bendecirá y te dará muchos descendientes. Bendecirá a tus hijos y a las cosechas que produzca tu tierra – tu grano, tu vino nuevo y el aceite de oliva, así como los terneros y corderos de tus rebaños – en la tierra que les prometió a tus antepasados.

14 Serás más bendecido que cualquier otra nación; ninguno de ustedesse quedará sin hijos, y ninguno de sus ganados dejará de tener crías. 15 El Señor te guardará de toda enfermedad. No te dejará tener ninguna de las terribles enfermedades que viste en Egipto, pero dejará que todos los que te odian las padezcan.

16 Destruirás todas las naciones que el Señor tu Dios te entregue. No las mires con simpatía. No adores a sus dioses, porque eso terminará siendo una trampa para ti. 17 Podrán pensar: “Estas naciones son más fuertes que nosotros. ¿Cómo podemos expulsarlas?” 18 Pero no les tengan miedo. Asegúrense de recordar lo que el Señor su Dios hizo con el Faraón y con todo Egipto: 19 las pruebas asombrosas de las que fueron testigos, las señales y los milagros, el gran poder y la increíble fuerza que el Señor su Dios utilizó para sacarlos de allí. El Señor tu Dios hará lo mismo con todas las naciones que actualmente temes.

20 Además de esto, el Señor tu Dios enviará el avispón[fn] contra ellos hasta que cualquiera que haya sobrevivido y cualquiera que se esconda de ti haya sido asesinado. 21 No tengas miedo de estas naciones, porque el Señor tu Dios, que está contigo, es un Dios poderoso y asombroso. 22 El Señor tu Dios expulsará a estas naciones delante de ti por etapas. No podrás deshacerte de todas ellas al mismo tiempo, o te verías abrumado por los animales salvajes.[fn] 23 Pero el Señor tu Dios te los entregará y los arrojará en un terrible pánico, hasta que sean aniquilados. 24 Él te dará sus reyes derrotados para que los mates, e incluso sus nombres serán olvidados. Nadie podrá resistirse a ti. Tú los destruirás completamente.

25 Debes quemar los ídolos de su dios. No desees la plata y el oro que los cubre. No lo tomes o de lo contrario será una trampa para ti porque el Señor tu Dios detesta todo lo que tenga que ver con los ídolos. 26 No traigas ningún ídolo detestable a tu casa, de lo contrario serás tratado como tal, siendo apartado para su destrucción. Debes tratar a los ídolos como totalmente despreciables y permanecer lejos de ellos, porque son apartados para su destrucción.

8  1 Ten cuidado de seguir todos los mandamientos que te doy hoy para que vivas y tengas muchos descendientes, y para que vayas y te apoderes del país que el Señor prometió darles a tus antepasados. 2 Recuerda cómo durante estos cuarenta años el Señor tu Dios te ha llevado por todo el desierto, humillándote y poniéndote a prueba para saber en qué estabas pensando realmente y si ibas a cumplir sus mandamientos o no.

3 Te humilló y, cuando tuviste hambre, te dio a comer maná, que nadie, ni siquiera tú y tus antepasados, habían tenido antes. Esto fue para dejarte claro que los seres humanos no viven sólo de comer pan, sino de toda palabra que sale de la boca del Señor. 4 Durante estos cuarenta años tu ropa no se desgastó y tus pies no se hincharon.

5 Así que debes darte cuenta de que así como un padre disciplina a su hijo, el Señor tu Dios te disciplina a ti. 6 Por eso debes guardar los mandamientos del Señor tu Dios, siguiendo sus caminos y respetándolo.

7 Porque el Señor tu Dios te lleva a un buen país. Es una tierra de arroyos, estanques y manantiales que fluyen por los valles y bajan por las colinas; 8 Es una tierra que produce trigo, cebada, vides, higueras, granadas, aceite de oliva y miel. 9 Es una tierra en la que no se agotan los alimentos, en la que se tiene todo lo necesario; una tierra cuyas rocas contienen mineral de hierro y cuyas colinas pueden ser explotadas para obtener cobre. 10 Cuando comas y te sacies, dale las gracias al Señor tu Dios por la buena tierra que te ha dado.

11 Asegúrate de no olvidar al Señor tu Dios desobedeciendo sus mandamientos y reglas que te doy hoy. 12 Porque cuando comas y te sacies, cuando construyas casas hermosas para vivir, 13 y cuando tus rebaños y manadas crezcan, y tu plata y oro se acumulen, y todas tus posesiones aumenten, 14 entonces te enorgullecerás y te olvidarás del Señor tu Dios que te sacó de Egipto, de la prisión, de la casa de la esclavitud.

15 Él te guió a través del inmenso y aterrador desierto con sus venenosas serpientes y escorpiones, una tierra seca y sin agua. Te trajo agua de una roca de pedernal. 16 Te alimentó en el desierto con maná que tus antepasados nunca habían conocido, humillándote y poniéndote a prueba, para que al final te fuera bien en el futuro.

17 Puede que llegues a pensar: “Me hice rico con todo mi trabajo”. 18 Pero recuerda que es el Señor su Dios quien les da la capacidad de haceros ricos, para cumplir su acuerdo que prometió a sus antepasados y que aún hoy existe.

19 Si alguna vez te olvidasdel Señor tu Dios, y vas tras otros dioses, adorándolos e inclinándote ante ellos, les aseguro ahora mismo que morirán definitivamente. 20 De la misma manera que el Señor destruyó las naciones mientras avanzabas, también morirás si no obedeces al Señor tu Dios.

9  1 ¡Escuchen, pueblo de Israel! Dentro de poco van a cruzar el Jordán para entrar y apoderarse del país y de naciones más grandes y fuertes que ustedes; países que tienen grandes ciudades con muros que llegan hasta el cielo. 2 Los habitantes del paísson fuertes y altos; son los descendientes de Anac. Todos ustedes los conocen y han oído el dicho: “¿Quién podría derrotar a los hijos de Anac?” 3 Pero recuerden que hoy el Señor su Dios irá delante de ustedes. Él es como un fuego consumidor.Los destruirá y los derrotará ante sus ojos. Los expulsará y los aniquilará rápidamente, tal como el Señor se los prometió.

4 Cuando el Señor su Dios los haya expulsado delante de ustedes, no piensen: “Como somos un buen pueblo, el Señor nos ha traído aquí para apoderarnos de este país”. No, el Señor está expulsando a estas naciones delante de ustedes porque son naciones muy malvadas. 5 No es porque tú seas un pueblo bueno con muy moral que irás a apoderarte de su tierra. Sino que es por la maldad de ellos que el Señor tu Dios está echando a estas naciones delante de ti, para cumplir la promesa que les hizo a tus padres Abraham, Isaac y Jacob. 6 Mejor es que creas que no es por tu bondad que el Señor tu Dios te está dando esta buena tierra para que la poseas, porque en realidad eres un pueblo terco y de corazón duro.

7 ¡Recuerda cómo provocaste al Señor tu Dios en el desierto! No lo olvides nunca! Desde que dejaste la tierra de Egipto hasta que llegaste aquí, te has rebelado constantemente contra el Señor. 8 En Horeb provocaron al Señor, haciéndolo enojar tanto que estuvo a punto de destruirlos. 9 Fue entonces cuando subí a la montaña para recibir las tablas de piedra, las tablas que registraban el pacto que el Señor hizo contigo. Permanecí en la montaña cuarenta días y cuarenta noches, y no comí ni bebí nada.

10 El Señor me dio las dos tablas de piedra en las que había escrito con su dedo todo lo que te había dicho cuando habló desde el fuego en la montaña cuando estábamos todos reunidos allí. 11 Después de cuarenta días y cuarenta noches, el Señor me dio las dos tablas de piedra, las tablas del pacto. 12 El Señor me dijo: “¡Deprisa! Baja inmediatamente, porque tu pueblo, al que sacaste de Egipto, está cometiendo un terrible pecado. ¡Se han apresurado a desobedecermis palabras! Han elaborado un ídolo usando metal fundido”.

13 El Señor también me dijo: “He estado observando a este pueblo, y son realmente obstinados y duros de corazón. 14 Déjeme, para que pueda destruirlos y borrar su nombre por completo. Entonces te convertiré en una nación aún más poderosa e importante que ellos”.

15 Volví a bajar la montaña mientras aún estaba en llamas, llevando las dos tablas del pacto. 16 Entonces vi cuánto habían pecado contra el Señor su Dios al hacer un becerro fundido. Habían desobedecido rápidamente lo que el Señor les había dicho. 17 Tiré las dos tablas al suelo, rompiéndolas en pedazos mientras ustedes miraban.

18 Luego me acosté en el suelo ante el Señor durante cuarenta días y cuarenta noches, como lo había hecho antes. No comí ni bebí nada por todos los pecados que habías cometido al hacer lo que era malo ante los ojos del Señor, haciéndole enfadar. 19 Estaba aterrorizado por lo enojado y furioso que estaba el Señor con ustedes. Estaba listo para destruirlos. Pero una vez más el Señor me escuchó.

20 El Señor estaba tan enojado con Aarón que estaba listo para destruirlo, pero en ese momento yo también oré por Aarón. 21 Tomé esa cosa abominable, el becerro que habían hecho, y lo quemé. Luego lo aplasté y lo trituré hasta convertirlo en polvo, y lo arrojé al arroyo que bajaba de la montaña.

22 Pero siguieron provocando al Señor en Tabera, en Masá y en Quibrot-hatavá. 23 Cuando el Señor los hizo salir de Cades-barnea, les dijo: “Vayan y tomen el país que les he dado”.

Pero ustedes desafiaron la orden del Señor su Dios. No le creyeron y no le obedecieron. 24 Se han rebelado contra el Señor desde el día en que los conocí.

25 Así que me acosté en tierra ante el Señor durante cuarenta días y cuarenta noches, porque el Señor había amenazado con destruirlos. 26 Le rogué al Señor diciendo: “Por favor, Señor, Dios, no destruyas a tu pueblo que te pertenece, a los que rescataste y sacaste de Egipto con tu gran poder. 27 Por favor, recuerda a tus siervos Abraham, Isaac y Jacob. Por favor, ignora la terquedad de este pueblo y su malvado pecado. 28 Si no lo haces, el pueblo de Egipto dirá: ‘El Señor los sacó para matarlos en el desierto porque no pudo llevarlos a la tierra que les había prometido, y porque los odiaba’. 29 ¡Pero ellos son tu pueblo, Señor! ¡Te pertenecen! ¡Los sacaste de Egipto con tu asombroso poder y fuerza!”

10  1 Después de eso el Señor me dijo: “Corta dos tablas de piedra como las primeras, haz un Arca de madera, y ven a mí en la montaña. 2 Escribiré las mismas palabras en las tablas que estaban en las primeras, que tú rompiste. Luego las pondré en el Arca”.

3 Hice un Arca de madera de acacia, corté dos tablas de piedra como las primeras, y subí a la montaña con ellas. 4 El Señor escribió lo que tenía antes en las tablas, los Diez Mandamientos que les había dicho cuando habló desde el fuego en la montaña cuando estábamos todos reunidos allí. El Señor me las dio, 5 y yo bajé la montaña y las puse en el Arca que había hecho siguiendo las instrucciones del Señor. Han estado allí desde entonces.

6 Los israelitas fueron de los pozos del pueblo de Yacán a Moserá. Aarón murió allí y fue enterrado, y Eleazar su hijo se hizo cargo del sacerdocio. 7 De allí se trasladaron a Gudgoda, y de Gudgoda a Jotbata, una tierra que tenía muchos arroyos. 8 En este tiempo el Señor puso a la tribu de Leví a cargo de llevar el Arca del Pacto del Señor, así como de servir al Señor poniéndose en su presencia, y de pronunciar bendiciones en su nombre, como continúan haciendo hasta hoy. 9 Es por eso que la tribu de Leví no tiene derecho a la tierra o a la participación entre las otras tribus. El Señor les provee lo que necesitan, tal como el Señor su Dios prometió.

10 Permanecí en la montaña cuarenta días y cuarenta noches como antes, y durante ese tiempo el Señor escuchó mis oraciones una vez más y aceptó no destruirte. 11 Entonces el Señor me dijo: “Prepárate y continúa tu viaje guiando al pueblo para que entre y se apodere de la tierra que prometí a sus antepasados que les daría”.

12 Pueblo de Israel, ¿qué quiere el Señor su Dios de ustedes? Quiere que respeten al Señor su Dios siguiendo todos sus caminos. Quiere que lo amen. Quiere que adoren al Señor su Dios con toda su mente y con todo su ser, 13 quiere que guarden los mandamientos y preceptos del Señor que yo les doy hoy para su propio bien. 14 Miren! Todo pertenece al Señor su Dios: los cielos, los cielos más altos, la tierra y todo lo que está en ellos. 15 Pero el Señor sintió gran simpatía por sus antepasados y los amó. También los ha elegido a ustedes, su descendencia, por encima de cualquier otro pueblo, incluso hasta hoy. 16 Dedíquense a Dios.[fn] No sean más tercos ni duros de corazón.

17 Porque el Señor su Dios es Dios de los dioses y Señor de los señores. Él es el gran, poderoso y asombroso Dios. No muestra favoritismo y no acepta sobornos. 18 Se asegura de que los huérfanos y las viudas reciban justicia, y ama a los extranjeros, proveyéndolos de comida y ropa. 19 También ustedes deben amar al extranjero porque ustedes mismos fueron una vez extranjeros en Egipto.

20 Deben respetar al Señor su Dios y adorarle. Aférrense a él y hagan sus promesas en su nombre. 21 Es a él a quien deben alabar, y es su Dios, que ha realizado para ustedes estos increíbles y asombrosos milagros que han visto con sus propios ojos. 22 Cuando sus antepasados fueron a Egipto sólo había setenta en total, pero ahora Dios ha aumentado tanto su número que son tantos como estrellas hay en el cielo.

11  1 Amen al Señor su Dios y obedezcan su palabra, sus normas, preceptos y mandamientos.

2 Dense cuenta de que son ustedes y no sus hijos los que han experimentado la disciplina del Señor su Dios. Fueron ustedes los que vieron su grandeza, su poder y su fuerza, 3 sí como sus milagros. Vieron lo que hizo con el Faraón, rey de Egipto, y con todo su país. 4 Vieron lo que le hizo al ejército egipcio y a sus caballos y carros cuando los arrastró por el Mar Rojo, ahogándolos mientras los perseguían a ustedes. ¡La historia no ha cambiado! 5 Vieron lo que hizo por ustedes en el desierto hasta que llegaron aquí. 6 Vieron lo que hizo, allí mismo entre ustedes, a Dotán y a Abiram, los hijos de Eliab de la tribu de Rubén, cuando la tierra se abrió y se los tragó: sus familias, sus tiendas y todos sus animales. 7 Ustedes vieron con sus propios ojos todas las cosas asombrosas que el Señor ha hecho.

8 Así que debes cumplir todos los mandamientos que te doy hoy. De esta manera tendrás la fuerza para entrar y apoderarte del país que estás cruzando el Jordán para tenerlo como tuyo, 9 También tendrás una larga vida en el país que el Señor prometió dar a tus antepasados y a sus descendientes, una tierra que fluye leche y miel. 10 El país al que entrarán no es como el país de Egipto del que vienen. Allí tenían que sembrar tu semilla y trabajar duro, regando la tierra, como si estuvieran cuidando de un huerto. 11 Pero en este país que habitarán al cruzar el Jordán es una tierra de montañas y valles que recibe mucha lluvia. 12 Es una tierra que el Señor su Dios cuida él mismo. El Señor su Dios siempre la está cuidando, todo el año.

13 Así que si te dedicas a guardar los mandamientos que te doy hoy, si amas al Señor tu Dios y adoras con toda tu mente y con todo tu ser, 14 entonces enviaré lluvia para tu tierra en el momento adecuado, lluvia en otoño y primavera, para que puedan cosechar el grano, el vino nuevo y el aceite de oliva. 15 También proveeré los campos de pasto para tu ganado. Tendrás más que suficiente para comer.

16 Pero asegúrate de que no dejarte engañar e ir a adorar e inclinarte ante otros dioses, 17 o el Señor se enojará contigo. No enviará ninguna lluvia, y la tierra no producirá ninguna cosecha, y pronto morirás, incluso en la buena tierra que el Señor te está dando. 18 Concentren sus mentes en las palabras que les estoy diciendo. Amárrenlas en sus manos como recordatorio y pónganlas también en sus frentes. 19 Enséñenlas a sus hijos y hablen de ellas cuando estén en casa y al viajar, cuando se acuesten y cuando se levanten. 20 Escríbanlas en los postes de sus casas y en sus puertas, 21 para que mientras dure la tierra, ustedes y sus hijos tengan una larga vida en el país que el Señor prometió a sus antepasados.

22 Si se cuidan de cumplir todos estos mandamientos que les doy para seguir, si aman al Señor su Dios y siguen todos sus caminos, y se aferran a él, 23 entonces el Señor expulsará a todas estas naciones que están delante de ustedes, y se apoderan del país de las naciones que son más grandes y más fuertes que ustedes. 24 Todos los lugares por los que camines te pertenecerán. Su territorio se extenderá desde el desierto hasta el Líbano, y desde el río Éufrates hasta el mar Mediterráneo. 25 Nadie podrá resistirte; el Señor tu Dios hará que todos los que viven allí te teman absolutamente, dondequiera que vayas, tal como te prometió.

26 ¡Miren! Hoy pongo ante ustedes una bendición y una maldición. 27 Recibirán una bendición si obedecen los mandamientos del Señor su Dios que les doy hoy. 28 Pero recibirán una maldición si desobedecen los mandamientos del Señor su Dios y no siguen el camino que te ordeno hoy, y adoran a otros dioses desconocidos. 29 Cuando el Señor su Dios los lleve al país donde habitarán, anuncien la bendición en el Monte Gerizim y la maldición en el Monte Ebal. 30 (Estas montañas están al oeste del Jordán, en el país de los cananeos que viven en el Arabá cerca de Gilgal, junto a los robles de Moreh). 31 Pronto cruzarán el Jordán para entrar y ocupar el país que el Señor su Dios les da. Cuando lo tomen y se establezcan allí, 32 asegúrense de seguir todas las reglas y preceptos que hoy les estoy dando.

12  1 Estas son las normas y preceptos que debes asegurarte de seguir todo el tiempo que vivas en la tierra que el Señor, el Dios de tus antepasados, te ha dado para que la poseas.

2 Debes destruir completamente todos los santuarios paganos donde las naciones que expulsas adoraban a sus dioses: en la cima de las altas montañas, en las colinas y bajo todo árbol verde. 3 Derriba sus altares, derriba sus pilares idólatras, quema sus postes de Asera, y destruye los ídolos de sus dioses. Elimina todas partes cualquier rastro de ellos. 4 No debes adorar al Señor tu Dios de la manera en que ellos lo hacían.

5 Sino que debes ir al lugar que el Señor tu Dios elija entre el territorio de todas tus tribus para establecer un lugar donde viva contigo. Allí es donde debes ir. 6 Llevarás allí tus holocaustos y sacrificios, tus diezmos y todas tus ofrendas, tus ofrendas voluntarias y las ofrendas para cumplir una promesa, junto con los primogénitos de tus rebaños y manadas. 7 Allí es donde, en presencia del Señor tu Dios, ustedes y sus familias comerán y celebrarán todo aquello por lo que han trabajado, porque el Señor su Dios los ha bendecido.

8 No deben hacer lo que estamos haciendo aquí hoy. En este momento cada uno hace lo que cree correcto, 9 porque no han llegado a la tierra que les pertenecerá y que el Señor su Dios les está dando, y donde estarán en paz. 10 Después de que crucen el Jordán y se establezcan en el país que el Señor su Dios les está dando como posesión, y los deje descansar de la lucha contra todos sus enemigos y vivan seguros, 11 entonces el Señor su Dios elegirá un lugar donde vivir con ustedes. Allí es donde llevarán todo lo que les he ordenado hacer: sus holocaustos y sacrificios, sus diezmos y ofrendas voluntarias, y todos los regalos especiales que prometan darle al Señor.

12 Celebrarán allí en presencia del Señor su Dios, ustedes, sus hijos e hijas, sus esclavos y esclavas, y los levitas que viven en sus pueblos, porque no tienen ninguna participación en la asignación de tierras. 13 Asegúrense de no presentar sus holocaustos donde quieran. 14 Sino que los ofrecerás solamente en el lugar que el Señor elija, en el territorio de una de tus tribus. Allí es donde deben hacer todo lo que les ordeno.

15 Por supuesto que puedes sacrificar y comer carne donde estés, cuando quieras, dependiendo de cuánto te haya bendecido el Señor tu Dios. Todos ustedes, ya sea que estén ceremonialmente limpios o no, pueden comerla como lo harían con una gacela o un ciervo, 16 pero no deben comer el derramamiento de sangre que hay en el suelo.

17 En sus pueblos no deben comer el diezmo de su grano o del vino nuevo ni del aceite de oliva; o los primogénitos de sus manadas o rebaños, ni ninguna de las ofrendas que hagan para cumplir una promesa, sus ofrendas voluntarias o susofrendas especiales. 18 Sino que deben comerlos en presencia del Señor su Dios en el lugar que el Señor tu Dios elija: ustedes, sus hijos e hijas, sus esclavos y esclavas y los levitas que viven en sus ciudades. Celebren en presencia del Señor su Dios en todo lo que hagan, 19 y asegúrense de no olvidarse de los levitas durante todo el tiempo que vivan en su tierra.

20 Cuando el Señor su Dios les de más tierra, como prometió, y desees un poco de carne, y digas: “Quiero comer carne”, podrás hacerlo cuando quieras. 21 Si el lugar donde el Señor tu Dios elige está muy lejos, entonces puedes sacrificar cualquier animal del rebaño o manada que te ha dado, siguiendo los preceptos que yo te he dado, y puedes comerlo en tu ciudad cuando quieras. 22 De hecho, puedes comerlo como si te comieras una gacela o un ciervo, tanto si estás ceremonialmente limpio como si no, puedes comerlo. 23 Sólo asegúrate de no comer la sangre, porque la sangre es la vida, y no debes comer la vida con la carne. 24 No debes comer la sangre; derrámala en el suelo. 25 No la comas, para que en todo te vaya bien a ti y a tus hijos, porque harás lo que es correcto ante los ojos del Señor.

26 Toma tus santos sacrificios y las ofrendas para cumplir tus votos y ve al lugar que el Señor elija. 27 Presenta tus holocaustos, la carne y la sangre, en el altar del Señor tu Dios. La sangre de tus otros sacrificios se derramará junto al altar del Señor tu Dios, pero se te permitirá comer la carne. 28 Cumplan todo lo que yo les mando, para que les vaya bien a ustedes y a sus hijos, porque seguirán lo que es bueno y recto ante los ojos del Señor su Dios.

29 Cuando el Señor tu Dios destruya las naciones que están delante de ti cuando entres en el país para poseerlas, y las expulses y te establezcas en su tierra, 30 asegúrate de no caer en la trampa de seguir sus caminos después de haber sido destruidos delante de ti. No intentes averiguar sobre sus dioses, preguntando, “¿Cómo adora este pueblo a sus dioses? Haré lo mismo que ellos”. 31 No debes adorar al Señor tu Dios así, porque cuando adoran a sus dioses hacen todo tipo de cosas abominables que el Señor odia. ¡Incluso queman a sus hijos e hijas como sacrificios a sus dioses! 32 Con toda dedicación, obedezcan todo lo que les ordeno. No añadan ni quiten nada de lo que dicen estas instrucciones.

13  1 Tal vez un profeta o alguien que tiene sueños sobre el futuro llega y te da una predicción sobre alguna señal o milagro, 2 y la señal o el milagro ocurre. Si después de eso te dicen: “Sigamos a otros dioses que no conoces, y adorémoslos”, 3 entonces no debes escuchar lo que ese profeta o soñador dice porque el Señor tu Dios está tratando de probar si realmente lo amas con toda tu mente y con todo tu ser.

4 Debes seguir al Señor tu Dios y respetarlo. Guarda sus mandamientos y obedece su palabra. Adóralo y aférrate a él. 5 Esta clase de profeta o soñador debe ser ejecutado, porque ha promovido la rebelión contra el Señor tu Dios, que te sacó de Egipto y te rescató de la prisión de la esclavitud. Hatratado de alejarte del camino que el Señor tu Dios te ha ordenado seguir. Debes eliminar el mal entre tu pueblo.

6 Aunque tu propio hermano, o tu hijo o hija, o la esposa que amas, o tu mejor amigo te animen en secreto, diciendo: “Vamos a adorar a otros dioses” desconocidos para ti y tus antepasados, 7 los dioses de tus vecinos de la nación pagana, ya sea que amen de cerca o de lejos en cualquier dirección, 8 no te rindas a ellos ni los escuches. No les muestres misericordia. No los perdones ni los protejas. 9 ¡Es absolutamente necesario matarlos! Empieza a matarlos y luego haz que todos los demás te ayuden. 10 Apedrea a la persona hasta la muerte por tratar de alejarte del Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, de la prisión de la esclavitud. 11 Entonces todo israelita se enterará de ello y tendrá miedo, y no hará jamás algo tan malo entre ustedes.

12 Puede suceder que una vez que vivas en las ciudades que el Señor tu Dios te da oigas 13 que gente malvada se ha apoderado de una de tus ciudades y ha desviado a la gente de allí, diciéndoles: “Vamos a adorar a otros dioses” que tú no conoces. 14 Si esto ocurre, hay que hacer una investigación completa, preguntar sobre los hechos e interrogar a los testigos.

Si se demuestra, sin lugar a duda, que este terrible pecado se ha cometido realmente entre ustedes, 15 entonces tienen que matar con espada al pueblo que vive en esa ciudad. Sepáralos para la destrucción, tanto a la gente como a su ganado. 16 Deberás amontonar todas las posesiones del pueblo en medio de la plaza pública, y quemar completamente el pueblo y todo lo que hay en él como una completa ofrenda quemada al Señor tu Dios. La ciudad debe permanecer como un montón de ruinas para siempre. Nunca debe ser reconstruida. 17 No tomen para ustedes nada de lo que ha sido apartado para la destrucción, para que el Señor no se enfade más. Él será misericordioso con ustedes, mostrándoles compasión y dándoles muchos descendientes como se lo prometió a sus antepasados, 18 porque obedecen al Señor su Dios, guardando todos sus mandamientos que yo les doy hoy y haciendo lo que es correcto ante los ojos del Señor su Dios.

14  1 Ustedes son los hijos del Señor su Dios. No se mutilen ni se afeiten la frente como hacen los paganos[fn] cuando lloran a los muertos, 2 porque ustedes son un pueblo santo que pertenece al Señor su Dios. El Señor los eligió como su pueblo especial entre todas las naciones de la tierra.

3 No deberán comer nada repulsivo. 4 Estos son los animales que podrás comer:[fn] ganado vacuno, ovejas, cabras, 5 ciervos, gacelas, cabras salvajes, antílopes y ovejas de montaña. 6 Puedes comer cualquier animal que tenga la pezuña dividida y que también mastique el bolo alimenticio. 7 Pero no puedes comer de aquellos que, o bien mastican el bolo alimenticio, o tienen la pezuña dividida. Esto incluye: camellos, conejos y damanes de las rocas. Aunque mastiquen el bolo alimenticio, no tienen la pezuña dividida. Debes tratarlos como inmundos. 8 Lo mismo se aplica al cerdo. Aunque tenga una pezuña dividida, no mastica el bolo alimenticio. Así que debes tratarlo como inmundo. No debes comer su carne ni tocar su cuerpo muerto.

9 Cuando se trata de criaturas que viven en el agua, se permite comer cualquier cosa que tenga aletas y escamas. 10 Pero no debes comer nada que no tenga aletas y escamas. Debes tratarlos como inmundos. 11 Está permitido comer cualquier ave limpia. 12 Pero no debes comer lo siguiente: águila, buitre leonado, quebrantahuesos, 13 ratonero, milanos, cualquier clase de halcón, 14 cualquier miembro de la familia de los cuervos, 15 cárabo, búho chico, gaviotas, cualquier clase de halcón, 16 búho pequeño, búho real, lechuza, 17 búho del desierto, buitre egipcio, búho pescador, 18 cigüeñas, cualquier clase de garza, abubilla o murciélago. 19 Todos los insectos que vuelan son inmundos para ustedes; no deben comerlos. 20 Pero podrán comer cualquier animal limpio que tenga alas. 21 No deben comer ningún animal que muera. Puedes dárselo a un extranjero en tu ciudad, y ellos pueden comérselo, o puedes venderlo a un extranjero. Tú, sin embargo, eres un pueblo santo que pertenece al Señor tu Dios. No cocines una cabra joven en la leche de su madre.

22 Asegúrense de pagar un diezmo de cada cosecha que se produzca cada año en sus campos. 23 Debes comer una décima parte de tu grano, vino nuevo y aceite de oliva, y los primogénitos de tus rebaños y manadas, en presencia del Señor tu Dios en el lugar que elija, para que aprendas a respetar siempre al Señor tu Dios. 24 Sin embargo, si está demasiado lejos para llevar todo el diezmo con el que el Señor tu Dios te ha bendecido, porque el lugar donde el Señor tu Dios eligió está demasiado lejos, 25 entonces puedes cambiarlo por dinero, llevar el dinero contigo e ir al lugar que el Señor tu Dios elegirá. 26 Luego puedes gastar el dinero en lo que quieras: ganado, ovejas, vino, bebida alcohólica o cualquier otra cosa que desees. Entonces podrás tener un banquete allí en presencia del Señor tu Dios y celebrar con tu familia.

27 No te olvides de cuidar a los levitas de tu pueblo, porque no tienen ninguna participación en la asignación de tierras. 28 Al final de cada tercer año, recoge una décima parte de todos tus productos de ese año y guárdalos en tu pueblo. 29 De esta manera los levitas (que no tienen ninguna participación en la asignación de tierras), los extranjeros, los huérfanos y las viudas de tu pueblo recibirán lo que necesitan. El Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas.

15  1 Debes cancelar las deudas al final de cada siete años. 2 Esta es la forma en que funcionará: Si le diste un préstamo a alguien debes cancelarlo. No se te permite cobrar nada de otro israelita, porque el tiempo de cancelación de la deuda del Señor ha sido anunciado. 3 Se te permite cobrarle a un extranjero, pero debes cancelar lo que te debe tu compañero israelita.

4 Sin embargo, no debes tener gente pobre entre ti, porque el Señor te bendecirá de verdad en el país que el Señor tu Dios te da para que lo poseas. 5 Sólo tienes que asegurarte de que obedeces al Señor tu Dios, y que te preocupas por seguir todos estos mandamientos que te doy hoy.

6 El Señor tu Dios te va a bendecir como prometió. Prestarás dinero a muchas naciones, pero no necesitarás pedir prestado a ninguna de ellas; gobernarás sobre muchas naciones, pero no serás gobernado por ellas. 7 Si hay israelitas que son pobres en cualquiera de tus pueblos en el país que el Señor tu Dios te está dando, entonces no debes ser insensible o avaro con ellos.

8 Al contrario. Deben ser generosos con ellos y prestarles lo que necesiten. 9 No tengan malos pensamientos como: “Se acerca el séptimo año en el que se cancelarán las deudas”, para despreciar a los pobres con burlas y rehusarse a darles algo. Ellos se quejarán de ti ante el Señor, y serás hallado culpable de pecado. 10 Dales una y otra vez, y hazlo sin enojo. Cuando das generosamente, el Señor tu Dios te bendecirá en todo tu trabajo y en todo lo que emprendas. 11 Siempre habrá personas pobres y necesitadas entre ustedes, por eso les ordeno que los ayuden generosamente.

12 Si un hebreo, uno de tu propio pueblo, sea hombre o mujer, se vende a ti como esclavo y trabaja para ti durante seis años, tienes que liberarlo en el séptimo año. 13 Y cuando los liberes, no los despidas sin nada. 14 Dales muchos regalos: animales de tus rebaños, grano de tu era y vino de tu lagar. Dales tan generosamente como el Señor tu Dios te ha bendecido. 15 No olviden que una vez fueron esclavos en Egipto, y el Señor su Dios los liberó. Por eso hoy les doy esta orden.

16 Sin embargo, si tu esclavo varón te dice: “No quiero dejarte”, porque te ama a ti y a tu familia y es mejor que se quede contigo, 17 entonces usa una herramienta de metal[fn] para perforar su oreja contra la puerta, y será tu esclavo de por vida. Haz lo mismo con tu esclava. 18 No veas como un problema liberar a tu esclava, porque los seis años de servicio de tu esclava valieron el doble de lo que hubieras pagado por contratar a alguien. El Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas por actuar de esta manera.

19 Debes separarte para darle al Señor tu Dios todos los primogénitos de tus rebaños y manadas. No debes hacer trabajar al primogénito de tu ganado, y no esquilar al primogénito de tus ovejas. 20 Cada año tú y tu familia comerán estos animales que han sido sacrificados en presencia del Señor tu Dios en el lugar que el Señor elija. 21 Sin embargo, si un animal tiene algún defecto o es cojo o ciego, de hecho si tiene algún defecto grave, no debes sacrificarlo al Señor tu Dios. 22 Cómanlo en casa. Todos ustedes, tanto si están ceremonialmente limpios como si no, pueden comerlo como si se comieran una gacela o un ciervo, 23 pero no comeránla sangre derramada en el suelo.

16  1 Debes observar el mes de Abib y celebrar la Pascua[fn] al Señor tu Dios, porque fue en el mes de Abib que el Señor tu Dios te sacó de Egipto por la noche.

2 El sacrificio de la Pascua de tu rebaño o manada debe ser ofrecido al Señor tu Dios en el lugar que el Señor elija. 3 No comas pan ordinario con él. Durante siete días debes comer pan hecho sin levadura con él, el pan de las penurias, porque tuviste que salir de Egipto con tanta prisa. Así recordarán el día en que dejasteis Egipto para el resto de sus vidas.

4 No tengan levadura en ningún lugar de su país durante siete días. No guarden nada de la carne que sacrifiquen por la tarde del primer día hasta la mañana. 5 No sacrifiquen el animal de la Pascua en ninguno de los pueblos que el Señor su Dios les da. 6 El sacrificio de la Pascua debe ser ofrecido por ti sólo en el lugar que el Señor tu Dios elija. Debes hacerlo al atardecer, al mismo tiempo que dejaste Egipto. 7 Cocínalo y cómelo en el lugar que el Señor tu Dios elija. Luego por la mañana regresa a tus tiendas. 8 Coman pan sin levadura durante seis días, y el séptimo día tendrán una reunión sagrada para honrar al Señor su Dios. No harás ese día ningún trabajo.

9 Cuenta siete semanas a partir de la fecha en que comiences la cosecha de granos. 10 Luego celebra el Festival de las Semanas para honrar al Señor tu Dios dándole una ofrenda voluntaria, dependiendo de cuánto te haya bendecido el Señor tu Dios. 11 Celebrarás en presencia del Señor en el lugar que él elija. Esto los incluye a ustedes, a sus hijos e hijas, a sus esclavos y esclavas, y a los levitas que viven en sus ciudades, así como a los extranjeros, huérfanos y viudas que hay entre ustedes. 12 No olviden que una vez fueron esclavos en Egipto, y tengan cuidado de seguir estos preceptos.

13 Celebren la Fiesta de los Refugios durante siete días, una vez que hayan terminado de trillar el grano y de prensar las uvas. 14 Disfruten de la fiesta ustedes, sus hijos e hijas, sus esclavos y esclavas, y los levitas que viven en sus ciudades, así como los extranjeros, huérfanos y viudas que hay entre ustedes. 15 Celebren esta fiesta durante siete días para honrar al Señor su Dios en el lugar que él elija, porque el Señor su Dios bendecirá toda su cosecha y todo lo que hagan, para que sean realmente felices.

16 Todos tus hombres deben presentarse ante el Señor tu Dios en el lugar que él elija tres veces al año: la Fiesta del Pan sin Levadura, la Fiesta de las Semanas y la Fiesta de los Refugios. Nadie debe presentarse ante el Señor sin una ofrenda. 17 Cada uno de ustedes debe traer cualquier regalo que pueda, dependiendo de cuánto el Señor su Dios le ha bendecido.

18 Elijan jueces y oficiales para cada una de sus tribus en cada pueblo que el Señor su Dios les dé. Deben juzgar a la gente con justicia. 19 No perviertan la justicia ni muestren favoritismo. No aceptes un soborno, porque un soborno ciega a los sabios y tuerce las palabras de los verdaderos. 20 Hagan siempre lo que es justo y recto, para que puedan seguir viviendo, ocupando la tierra que el Señor su Dios les da. 21 No pongas nunca un palo de madera de Asera junto al altar que construyas para el Señor tu Dios, 22 y no te hagas un pilar de piedra para ídolos, porque el Señor tu Dios aborrece esto.

17  1 No sacrifiques al Señor tu Dios ganado o una oveja que tenga un defecto grave, porque eso es ofensivo para el Señor tu Dios.

2 Puede que exista un informe de que uno de ustedes, ya sea hombre o mujer, que vive en un pueblo que el Señor su Dios le dio, ha sido encontrado pecando a los ojos del Señor su Dios al romper el pacto del Señor. 3 Esta persona ha hecho esto yendo a adorar a otros dioses, inclinándose ante ellos – o ante el sol, la luna o cualquiera de las estrellas del cielo – lo cual yo les he ordenado que no hagan.

4 Si escuchas tal informe, necesitas hacer una investigación completa. Si se descubre que el informe es cierto, y que se ha cometido un pecado tan terrible en Israel, 5 deben hacer que el hombre o la mujer que ha cometido este terrible acto sea sacado del pueblo y apedreado hasta la muerte. 6 Esa persona debe ser ejecutada basándose en las pruebas aportadas por dos o tres testigos. Nadie será ejecutado sobre la base de la evidencia dada por un solo testigo. 7 Los testigos deben actuar primero en la ejecución de la persona, y luego el resto de los presentes. Deben eliminar el mal de entre ustedes.

8 Si hay un caso ante el tribunal de su ciudad que sea demasiado problemático para resolverlo ustedes mismos, ya sea que la discusión sea sobre asesinato u homicidio, una decisión legal contra otra, o diferentes grados de asalto, debentraer el asunto al lugar que el Señor su Dios elija. 9 Acudan a los sacerdotes, a los levitas y al juez encargado. Preséntenles el caso y ellos te darán su decisión. 10 Deben acatar la decisión que les den allí, en el lugar que el Señor elija. Asegúrense de hacer todo lo queles digan, 11 de acuerdo con las instrucciones legales que les den y con el veredicto que dicten. No te desvíes de tal decisión. 12 Todo aquel que trate con desprecio al sacerdote (que ministra ante el Señor su Dios) o al juez, debe ser ejecutado. Debes eliminar este mal de Israel. 13 Entonces todos los demás se enterarán y tendrán miedo, y no actuarán con desprecio en el futuro.

14 Una vez que hayas entrado en la tierra que el Señor tu Dios te da, y la hayas tomado y te hayas establecido en ella, y decidas: “Tengamos un rey que nos gobierne como lo hacen todas las demás naciones que nos rodean”, 15 puedes tener un rey pero sólo uno elegido por el Señor tu Dios. Debe ser un israelita. No debes tener un rey que sea extranjero, alguien que no sea israelita. 16 Tu rey no debe tener grandes cantidades de caballos,[fn] ni enviar a sus hombres a Egipto para comprar más caballos, porque el Señor ha declarado: “No debes volver allí nunca más”. 17 No debe tener muchas esposas, para que no lo alejen de seguir al Señor. No debe tener grandes cantidades de plata y oro. 18 Una vez que sea rey y se siente en su trono real, debe hacer una copia para sí mismo de estas instrucciones, escribiéndolas en un pergamino en presencia de los sacerdotes levitas. 19 Debe guardarlo con él, y debe leerlo cada día durante toda su vida, para que aprenda a respetar al Señor su Dios, teniendo cuidado de seguir cada palabra de estas instrucciones y normas. 20 Entonces no pensará más en sí mismo que en sus compatriotas israelitas, y no se desviará de los mandamientos, para que él y sus hijos puedan tener un largo reinado sobre el reino de Israel.

18  1 Los sacerdotes levitas, de hecho toda la tribu de Leví, no tendrán una participación en la asignación de tierras con los otros israelitas. Deben comer de las ofrendas de comida presentadas al Señor, que es lo que tienen derecho a recibir. 2 Aunque no son dueños de tierras entre las otras tribus, el Señor cuida de ellos, como lo prometió.

3 La parte de los sacerdotes del sacrificio de un toro o una oveja que es traída por el pueblo es la siguiente. A los sacerdotes se les debe dar el hombro, la mandíbula y el interior. 4 Darán las primicias de su grano, vino nuevo y aceite de oliva, así como la primera lana esquilada de su rebaño. 5 Porque el Señor tu Dios ha elegido a Leví y a sus descendientes de todas tus tribus para que estén ante él y sirvan en su nombre para siempre.

6 Si un levita se convence de que debe mudarse de cualquier ciudad israelita y va al lugar que el Señor elija, 7 entonces se le permitirá servir en el nombre del Señor su Dios como todos sus compañeros levitas que están allí en servicio ante el Señor. 8 Todos ellos recibirán las mismas asignaciones de comida, a pesar de que él haya recibido dinero de la venta de la propiedad de su padre.

9 Una vez que entres en el país que el Señor tu Dios te da, no copies los modos ofensivos de las naciones allí. 10 No debe haber nadie que sacrifique a su hijo o hija en el fuego, que practique adivinación o adivinación de la fortuna, que utilice magia o hechicería, 11 que practique brujería, que visite a un médium o espiritista, o que se comunique con los muertos. Cualquiera que haga tales cosas ofende al Señor. 12 Es por estas cosas ofensivas que el Señor tu Dios está expulsando a las naciones antes que tú. 13 Debes ser inocente de tales cosas en la presencia del Señor tu Dios. 14 Aunque estas naciones, cuya tierra ocuparán ustedes, escuchen a los magos y adivinos, el Señor su Dios les prohíbe a ustedes hacer lo mismo.

15 El Señor tu Dios les enviará un profeta como yo, y será de entre el mismo pueblo. Deben escucharlo. 16 Recuerden lo que le dijeron al Señor su Dios en Horeb cuando estaban reunidos allí. Dijeron: “Por favor, no nos dejes seguir escuchando al Señor nuestro Dios ni ver este fuego aterrador nunca más. ¡Si no, moriremos!” 17 Entonces el Señor me dijo: “Tienen razón en lo que dicen. 18 Voy a enviarles un profeta de su pueblo. Le daré mis mensajes y les dirá todo lo que le ordene. 19 Me haré cargo de todo aquel que no escuche mi mensaje que el profeta habla en mi nombre. 20 Sin embargo, si algún profeta afirma estar entregando un mensaje en mi nombre que no le he ordenado dar, o habla en nombre de otros dioses, ese profeta debe ser ejecutado”.

21 Se preguntarán: “¿Cómo podemos estar seguros de que un mensaje no ha venido del Señor?” 22 Cuando un profeta habla en el nombre del Señor y lo que dice no sucede o se hace realidad, entonces eso no es un mensaje del Señor. En ese caso el profeta ha hablado con desprecio por el Señor. No se dejen intimidar por él.

19  1 Después de que el Señor tu Dios haya destruido las naciones cuya tierra te da, y después de que las hayas expulsado y te hayas establecido en sus ciudades y casas, 2 entonces debes elegir tres pueblos santuarios en el país que el Señor tu Dios te da como posesión. 3 Debes construir caminos a estas ciudades. Divide el país en tres secciones. De esta manera, cualquiera que mate a alguien más puede fácilmente correr a estos pueblos para protegerse.

4 Esto es lo que sucederá cuando una persona mate accidentalmente a alguien sin quererlo y corra a uno de estos pueblos santuarios para salvar su vida. 5 Por ejemplo, si un hombre va a cortar madera en el bosque con su amigo y balancea su hacha para cortar un árbol, pero la cabeza se sale del mango y golpea y mata a su amigo, puede correr a uno de estos pueblos para salvar su vida. 6 De lo contrario, el vengador[fn] en su ira podría perseguir al hombre y atraparlo y matarlo. El hombre sería asesinado, aunque no mereciera morir, porque lo hizo sin intención de causar daño alguno.

7 Esta es la razón por la que doy esta orden de elegir tres ciudades santuario. 8 Si el Señor tu Dios expande tu territorio, como prometió a tus antepasados, y te da toda la tierra que te prometió, 9 y si te preocupas por cumplir todos estos mandamientos que te doy hoy, amando al Señor tu Dios y siguiendo siempre sus caminos, entonces debes elegir tres ciudades santuario adicionales. 10 De esta manera, la sangre de los inocentes no será derramada en el país que el Señor tu Dios te da para que lo poseas y no serás responsable de la muerte de los inocentes que no son culpables de perder sus vidas.

11 Por otra parte, si un hombre odia a alguien, se esconde a la espera, y lo ataca y lo mata, y luego el asesino corre a una de las ciudades santuario, 12 los ancianos de su ciudad natal deben mandarlo a buscar, traerlo de vuelta y entregarlo al vengador para que lo mate. 13 No le muestren ninguna piedad. Debes eliminar de Israel la culpa de derramar la sangre de los inocentes, y entonces todo estará bien.

14 No muevas los linderos de tu vecino. Fue colocado allí por tus antepasados para marcar la asignación de tierra que recibirás en el país que el Señor tu Dios te está dando como posesión.

15 La evidencia dada por un solo testigo no es suficiente para probar un pecado o un crimen contra alguien, no importa qué ofensa se alega que haya cometido. Los hechos deben ser confirmados por la evidencia dada por dos o tres testigos. 16 Si alguien acusa falsamente a otra persona de un delito, 17 ambos implicados deben ser juzgados en presencia del Señor por los sacerdotes y jueces que estén entonces a cargo. 18 Los jueces llevarán a cabo una investigación completa, y si el acusador resulta ser un mentiroso que ha hecho falsas acusaciones, 19 entonces debe castigar al acusador de la misma manera en que ellos quisieron castigar a su víctima. Deben eliminar este mal de entre ustedes. 20 Entonces el resto del pueblo oirá y tendrá miedo, y nunca más harán algo tan malo entre ustedes. Entonces todos los demás oirán y tendrán miedo, y no volverán a hacer nada semejante. 21 No muestren ninguna misericordia. La regla es vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano y pie por pie.

20  1 Cuando vayas a la guerra con tus enemigos y veas caballos y carros, y un ejército más grande que el tuyo, no les tengas miedo, porque el Señor tu Dios que te sacó de Egipto está contigo. 2 Antes de ir a la batalla, el sacerdote vendrá y hablará con el ejército. 3 Les dirá: “¡Escuchen, hombres de Israel! Hoy van a luchar contra sus enemigos. No se pongan nerviosos ni tengan miedo; no se dejen llevar por el pánico ni tengan temor de ellos. 4 Porque el Señor su Dios va con ustedes y luchará por ustedes contra sus enemigos, y les dará la victoria”.

5 Los oficiales también hablarán al ejército y les dirán: “¿Hay alguien aquí que haya construido una casa nueva y no la haya dedicado al Señor?[fn] Puede irse a casa, de lo contrario podría morir en la batalla y otro hombre se lo dedicará. 6 ¿Hay algún hombre aquí que haya plantado un viñedo y aún no haya disfrutado de su fruto? Puede irse a casa, de lo contrario podría morir en la batalla y otro hombre disfrutaría de su fruto. 7 ¿Hay algún hombre aquí que esté comprometido con una mujer y no se haya casado con ella? Puede irse a casa, de lo contrario podría morir en la batalla y otro hombre se casaría con ella”.

8 Los oficiales también deben decir al ejército: “¿Hay algún hombre aquí que tenga miedo o esté nervioso? Puede irse a casa, así no afectará a sus compañeros y los asustará tanto como a él mismo”.

9 Cuando los oficiales terminen de hablar con el ejército, se les pondrá a cargo como dirigentes de la batalla.

10 Cuando se llega a un pueblo, listo para atacarlo, primero se debe hacer una oferta de paz a las personas que viven allí. 11 Si aceptan tu oferta de paz y te abren las puertas, todos los habitantes se convertirán en tus trabajadores esclavos.

12 Sin embargo, si se niegan a hacer la paz con ustedes y deciden luchar contra ustedes, entonces asedien la ciudad. 13 Una vez que el Señor tu Dios te lo haya entregado, mata a todo varón con la espada. 14 Pero puedes tomar como botín a las mujeres, los niños, el ganado y todo lo demás que haya de la ciudad. Puedes tomar y usar todas las posesiones de tus enemigos que el Señor tu Dios te dé. 15 De esta manera te ocuparás de todos los pueblos que estén lejos de ti y no pertenezcan a las naciones vecinas.

16 Sin embargo, cuando se trate de los pueblos de las naciones cuya tierra el Señor tu Dios te da para que la ocupes, no dejes nada vivo que respire. 17 Sepáralas para su completa destrucción: hititas, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos, como te ha ordenado el Señor tu Dios. 18 Esto es para evitar que te enseñen todas las cosas ofensivas que hacen al adorar a sus dioses, y al hacerlo te hagan pecar contra el Señor tu Dios.

19 Ahora bien, cuando sities una ciudad y ésta dure mucho tiempo mientras luchas por capturarla, no destruyas los árboles frutales que hay en ella. Puedes comer sus frutos. No los corten. ¿Acaso los árboles del huerto son seres humanos que también deberías atacar? 20 Sin embargo, puedes destruir los árboles que sabes que no son frutales. Puedes usarlos para construir un equipo de asedio para atacar el pueblo que está luchando contra ti hasta que caiga.

21  1 Es posible que encuentres a un hombre asesinado, tirado en un campo en el país que el Señor tu Dios te da, y nadie sabe quién lo mató. 2 Sus ancianos y jueces deben venir y medir la distancia del cuerpo a los pueblos de alrededor. 3 Entonces los ancianos del pueblo que se encuentre más cerca del cuerpo tomarán una vaca que nunca haya sido sometida a un yugo o utilizada para el trabajo. 4 Llevarán la vaca a un valle que tenga un arroyo que lo atraviese y cuya tierra nunca haya sido arada o sembrada. Rómpele el cuello a la vaca allí, junto al arroyo.

5 Los sacerdotes levitas deben estar allí también, porque el Señor tu Dios los ha elegido para servirle y para dar bendiciones en su nombre, y para decidir sobre las disputas legales y los casos de asalto. 6 Entonces todos los ancianos del pueblo más cercano al cuerpo deben lavarse las manos en el arroyo sobre la vaca muerta, diciendo, 7 “No tuvimos nada que ver con este asesinato, y no vimos quién lo hizo. 8 Señor, por favor perdona a tu pueblo Israel, a quien rescataste, y no lo hagas culpable de derramar sangre inocente. De esta manera la culpa por derramar sangre será perdonada”. 9 Así es como deberán quitarse la culpa de derramar sangre inocente, ya que han hecho lo que es correcto a los ojos del Señor.

10 Cuando vayan a la guerra con sus enemigos y el Señor su Dios los entregue en derrota y los capturen, 11 s posible que vean que uno de ellos es una mujer hermosa que les gusta y con la que se quieren casar. 12 Llévenla a casa y hagan que se afeite la cabeza, que se corte las uñas, 13 y que se deshaga de la ropa que llevaba puesta cuando fue capturada.

Después de que haya vivido en tu casa y haya terminado su mes de luto por su padre y su madre, puedes dormir con ella y casarte con ella, y será tu esposa. 14 Sin embargo, si no eres feliz con ella, debes dejarla ir donde ella quiera. No se te permite venderla por dinero o tratarla como una esclava, porque la has avergonzado.

15 Si un hombre tiene dos esposas, una que ama y otra que no, y ambas tienen hijos a su cargo, pero el hijo primogénito es de la esposa que no ama, 16 cuando llegue el momento de que el hombre decida lo que cada hijo heredará de él, no debe preferir al hijo de la esposa que ama y tratarlo como primogénito en lugar del hijo de la esposa que no ama.

17 Sino que debe reconocer al primogénito, el hijo de la esposa que no ama por medio de la costumbre habitual de[fn] darle una doble porción de todo lo que posee. El hijo primogénito es la primicia de la fuerza de su padre, y por lo tanto los derechos del primogénito son suyos.

18 Si alguien tiene un hijo obstinado y rebelde que no obedece a sus padres y no les obedece ni siquiera cuando está castigado, 19 sus padres deben llevarlo a los ancianos del pueblo, al tribunal de su ciudad natal, 20 y decirles: “Nuestro hijo es obstinado y rebelde, no nos obedece. ¡Es un borracho inútil!” 21 Entonces todos los hombres de su pueblo lo apedrearán hasta la muerte. Deben eliminar el mal de entre ustedes, y todo israelita se enterará y tendrá miedo.

22 Si alguien comete un crimen castigado con la muerte, y la persona es ejecutada colgando de un árbol, 23 no dejes el cuerpo colgando allí de la noche a la mañana. Asegúrate de enterrar el cuerpo el mismo día, porque cualquiera que sea colgado está bajo la maldición de Dios. No profanen el país que el Señor su Dios les ha dado para que lo posean.

22  1 Si ves a la vaca o a la oveja de alguien deambulando por ahí, no lo ignores. Asegúrate de llevársela a su dueño. 2 Si su dueño no vive cerca de ti, o si no sabes quién es, llévate el animal a casa y guárdalo hasta que el dueño venga a buscarlo, entonces puedes devolverlo. 3 Haz lo mismo con cualquier otra cosa que encuentres que alguien haya perdido: un burro, una capa, cualquier cosa. No lo ignores. 4 Si ves un burro o una vaca que se ha caído en el camino, no lo ignores. Ayúdalo a levantarse.

5 Una mujer no debe usar ropa de hombre, y un hombre no debe usar ropa de mujer. Cualquiera que haga esto ofende al Señor tu Dios.

6 Si encuentras un nido de pájaros con pollos o huevos, ya sea en un árbol o en el suelo al lado del camino, y la madre está sentada sobre los pollos o los huevos, no lleves a la madre con las crías. 7 Puedes llevarte a las crías, pero asegúrate de dejar ir a la madre, para que te vaya bien y tengas una buena y larga vida.

8 Cuando construyas una casa nueva, asegúrate de instalar una barandilla alrededor del techo, para que no te culpen si alguien muere al caer de él.

9 No plantestu viñedo con otro tipo de cultivo. De lo contrario, todo lo que produzcas, la cosecha que hayas plantado y el fruto de tu viñedo, deben ser dedicados al Señor.[fn]

10 No se debe unir un buey y un burro cuando se ara.

11 No uses ropa hecha de lana y lino tejidas juntas.

12 Pon borlas en el dobladillo de la capa que usas para cubrirte.

13 Si un hombre se casa con una mujer y se acuesta con ella, pero termina odiándola, 14 y la acusa de ser inmoral, dándole un mal nombre, diciendo: “Me casé con esta mujer y me acosté con ella, pero descubrí que no era virgen”.

15 Los padres de la mujer llevarán la prueba de su virginidad a los ancianos a la puerta del pueblo, 16 y el padre les explicará: “Di mi hija en matrimonio a este hombre, pero él ha acabado odiándola. 17 Ahora la ha acusado de ser inmoral, diciendo: ‘Descubrí que su hija no era virgen’. Pero aquí está la prueba de su virginidad”. Los padres extenderán la sábana delante de los ancianos del pueblo.

18 Entonces los ancianos de esa ciudad tomarán al hombre y lo castigarán.[fn] 19 También le multarán con cien siclos de plata y le darán el dinero al padre de la joven, porque este hombre ha dado un mal nombre a una virgen israelita. Ella seguirá siendo su esposa; no se le permite divorciarse de ella mientras viva.

20 Pero si la acusación es cierta y no hay pruebas de la virginidad de la mujer, 21 ésta será llevada a la puerta de la casa de su padre y allí los hombres de su pueblo la apedrearán hasta matarla. Ella ha hecho algo vergonzoso en Israel al actuar inmoralmente en la casa de su padre. Deben eliminar el mal de entre ustedes.

22 Si se encuentra a un hombre durmiendo con la mujer de otro, tanto el hombre como la mujer deben morir. Debes eliminar el mal de Israel.

23 Si un hombre encuentra a una muchacha, una virgen comprometida con otro hombre, y se acuesta con ella allí en el pueblo, 24 entonces debes llevarlos a ambos a la puerta del pueblo y apedrearlos hasta la muerte. La joven es culpable porque no gritó por ayuda en el pueblo, y el hombre es culpable porque ha avergonzado a la prometida de otro. Deben eliminar el mal de entre ustedes.

25 Sin embargo, si el hombre encuentra por casualidad a una mujer que está comprometida en el campo, y la ataca y la viola, sólo el hombre tiene que morir. 26 No le haga nada a la mujer, porque no ha cometido un pecado que se pueda castigar con la muerte. (Esta es la misma situación que cuando un hombre ataca a otra persona y la asesina). 27 Cuando el hombre violó a la mujer que estaba comprometida en el campo, ella gritó, pero no había nadie para rescatarla.

28 Si un hombre encuentra por casualidad a una virgen no comprometida, y la agarra y la viola, y alguien los ve, 29 el hombre debe pagar al padre de la mujer cincuenta siclos de plata, y debe casarse con ella porque la ha avergonzado. No se le permite divorciarse de ella mientras viva. 30 El hombre no debe casarse con la mujer de su padre, para no avergonzarlo.

23  1 Ningún hombre cuyos genitales hayan sido dañados o cortados puede entrar en el santuario del Señor.

2 A nadie de raza mixta[fn] se le permite entrar en el santuario del Señor, y ninguno de sus descendientes puede hacerlo tampoco, hasta la décima generación.

3 Ningún amonita o moabita o cualquiera de sus descendientes puede entrar en el santuario del Señor, hasta la décima generación. 4 Porque no vinieron a recibiros con comida y agua en su viaje desde Egipto, y contrataron a Balaam, hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, para maldeciros. 5 Pero el Señor tu Dios se negó a escuchar a Balaam. El Señor tu Dios convirtió lo que debía ser una maldición en una bendición para ti porque el Señor tu Dios te ama. 6 No organices un tratado de paz con ellos ni les ayudes mientras vivas.

7 No desprecies a los edomitas, porque son tus parientes. Tampoco desprecies a un egipcio, porque viviste como extranjero en su país. 8 A la tercera generación de sus hijos se les permite entrar en el santuario del Señor.

9 Cuando estén en un campamento del ejército durante una guerra con sus enemigos, asegúrense de evitar todo lo malo. 10 Cualquier hombre que se vuelva impuro por una liberación de semen debe abandonar el campamento y permanecer fuera. 11 Al final del día debe lavarse con agua, y al atardecer puede volver al campamento. 12 Elija un lugar fuera del campamento para ser usado como baño. 13 Debe tener una pala como parte de su equipo para que pueda cavar un agujero, y luego cuando termine puede cubrir sus excrementos.

14 El Señor tu Dios está presente contigo en tu campamento para mantenerte a salvo y para derrotar a tus enemigos. Tu campamento debe mantenerse sagrado, porque si ve algo impuro entre ustedes, los abandonaré.

15 No envíes a un esclavo de vuelta a su amo si ha venido a ti en busca de protección. 16 Deja que el esclavo viva en tu país donde quiera, en el pueblo que quiera. No lo maltrates.

17 Ninguna mujer ni hombre israelita debe ser una prostituta de culto. 18 No traigas a la casa del Señor tu Dios ningún dinero de una prostituta, ya sea mujer u hombre,[fn] con el fin de cumplir una promesa al Señor, porque ambos son ofensivos para el Señor tu Dios.

19 No le cobres a un compañero israelita intereses por dinero, comida o cualquier otro tipo de préstamo. 20 Puedes cobrarle intereses a un extranjero, pero no a un israelita, para que el Señor tu Dios te bendiga en todo lo que hagas en el país que vas a ocupar.

21 Si haces una promesa al Señor tu Dios, no tardes en cumplirla, porque él definitivamente te exigirá que la cumplas y serás culpable de pecado si no lo haces. 22 Si no haces tales promesas entonces no serás culpable de pecado. 23 Pero asegúrate de cumplir lo que le has dicho al Señor tu Dios, porque fuiste tú quien eligió libremente hacer tal promesa.

24 Cuando camines por la viña de tu vecino, puedes comer tantas uvas como quieras, pero no debes recoger ninguna para llevarla contigo.

25 Cuando camines por el campo de tu prójimo, podrás recoger las espigas con tu mano, pero no debes usar una hoz para cosecharlas.

24  1 Si un hombre se casa con una mujer, pero no está contento con ella porque descubre algo vergonzoso[fn] sobre ella, se le permite escribir un certificado de divorcio para ella, dárselo, y enviarla fuera de su casa.

2 Supongamos que después de salir de su casa, se casa con otro hombre, 3 y supongamos que el segundo hombre también termina odiándola, le escribe un certificado de divorcio, se lo da, y la envía fuera de su casa, o puede que él muera. 4 El primer marido que se divorció de ella no puede volver a casarse con ella después de que se avergonzara, porque eso ofende al Señor. No traerás la culpa a la tierra que el Señor tu Dios te da para que la poseas.

5 Si un hombre acaba de casarse, no debe ser enviado a la guerra ni obligado a cumplir ningún otro deber. Es libre de quedarse en casa durante un año y hacer feliz a su esposa.

6 No aceptes un par de piedras de molino, o incluso sólo una piedra de molino superior, como garantía de una deuda, porque eso pondría la vida del prestatario en peligro.[fn]

7 Cualquiera que sea sorprendido secuestrando a un compañero israelita debe ser ejecutado, ya sea que el secuestrador lo haga esclavo o lo venda. Deben eliminar el mal de entre ustedes.

8 Cuando se trata de enfermedades infecciosas de la piel, asegúrense de seguir cuidadosamente todas las instrucciones de los sacerdotes levitas. Tengan cuidado de seguir las órdenes que les he dado. 9 Recuerda lo que el Señor tu Dios le hizo a Miriam en el viaje al salir de Egipto.

10 Si le prestas algo a alguien, no entres en su casa para tomar algún tipo de seguridad. 11 Permanece afuera mientras ellos entran y te traen la seguridad. 12 Si es un hombre pobre, puede dar su capa como promesa de pago,[fn] pero no debes guardarla al irte a dormir. 13 Asegúrate de devolverlo antes de la puesta de sol, para que pueda dormir con su propia capa y gracias, y serás considerado como haciendo el bien por el Señor tu Dios.

14 No maltrates a un sirviente asalariado, pobre y necesitado, sea israelita o extranjero que viva en uno de tus pueblos. 15 Paga su salario todos los días antes de la puesta del sol, porque es pobre y depende de ellos. Si no lo hace, puede quejarse al Señor de ti, y serás encontrado culpable de pecado.

16 Los padres no deben ser ejecutados por sus hijos, y los hijos no deben ser ejecutados por sus padres. Cada persona debe ser ejecutada por su propio pecado.

17 No trates injustamente a los extranjeros o a los huérfanos; no tomes el manto de viuda como garantía de pago. 18 Recuerden que una vez fueron esclavos en Egipto, y el Señor su Dios los rescató de ese lugar. Por eso te ordeno que hagas esto.

19 Si cuando estás cosechando en tu campo te olvidas de una gavilla allí, no vuelvas por ella. Déjala para los extranjeros, los huérfanos y las viudas, para que el Señor tu Dios te bendiga en todo lo que hagas.

20 Cuando sacudas los olivos para derribar las aceitunas, no vuelvas a pasar por encima de las ramas. Lo que queda es para los extranjeros, los huérfanos y las viudas.

21 Cuando coseches las uvas en tu viñedo, no vuelvas a repasar las vides. Lo que queda es para los extranjeros, los huérfanos y las viudas. 22 Recuerden que una vez fueron esclavos en Egipto. Por eso les ordeno que hagan esto.

25  1 Si hay algún argumento jurídico entre dos personas, deben acudir a los tribunales para que se juzgue el caso, a fin de justificar al que tiene razón y condenar al que está equivocado. 2 Si el culpable es condenado a ser azotado, el juez ordenará que se acueste y sea azotado ante él con el número de azotes que el delito merece. 3 No deben recibir más de cuarenta azotes. Más que eso sería humillarlos públicamente.

4 No se debe amordazar a un buey cuando está pisando el grano.

5 Cuando dos hermanos viven cerca uno del otro y uno de ellos muere sin tener un hijo, la viuda no debe casarse con un extraño fuera de la familia. El hermano de su marido se casará con ella y se acostará con ella, cumpliendo los requisitos de un cuñado para proporcionarle hijos.[fn] 6 El primer hijo que tenga se llamará como el hermano muerto, para que su nombre no sea olvidado en Israel.

7 Sin embargo, si el hombre se niega a casarse con la viuda de su hermano, ella irá a los ancianos a la puerta del pueblo y les dirá: “El hermano de mi marido se niega a mantener vivo el nombre de su hermano en Israel. No quiere cumplir los requisitos de un cuñado para mí”. 8 Los ancianos del pueblo deben llamarlo y hablar con él. Si continúa negándose y dice: “No quiero casarme con ella”, 9 la viuda de su hermano debe confrontarlo en presencia de los ancianos, sacarle la sandalia, escupirle en la cara y anunciar, “Esto es lo que le pasa al hombre que se niega a mantener vivo el nombre de la familia de su hermano”. 10 A partir de entonces su apellido en Israel se llamará “La familia de la sandalia arrancada”.

11 Si dos hombres están peleando, y una de sus esposas interviene para salvar a su marido de ser golpeado, y ella se agarra a los genitales del atacante, 12 eben cortarle la mano. No le muestres ninguna piedad.

13 No tengas dos pesos de medida diferentes en tu bolsa, uno que sea pesado y otro que sea ligero. 14 No tengas dos recipientes de medida diferentes en tu casa, uno que sea grande y otro que sea pequeño. 15 Asegúrate de usar siempre pesos y medidas exactas y verdaderas. De esa manera tendrás una larga vida en el país que el Señor tu Dios te ha dado. 16 Cualquiera que no lo haga y haga fraudes como este ofende al Señor su Dios.

17 Recuerda lo que te hicieron los amalecitas al salir de Egipto. 18 Salieron a enfrentarse a ti cuando estabas cansado y cansado de tu viaje, y atacaron a todos aquellos que se estaban quedando atrás. No tuvieron ningún respeto por Dios.

19 Una vez que el Señor tu Dios te dé la paz después de luchar contra tus enemigos en el país que te da para que lo tomes y lo poseas, debes borrar incluso el recuerdo de los amalecitas de la tierra. ¡No lo olvides!

26  1 Una vez que hayas entrado en el país que el Señor tu Dios te da, y lo tomes y te establezcas allí, 2 toma algunas de las primicias de todas tus cosechas producidas por la tierra que el Señor tu Dios te da y ponlas en una cesta. Luego ve al lugar que el Señor tu Dios elija, 3 y dile al sacerdote a cargo en ese momento, “Hoy declaro al Señor tu Dios que ahora vivo en el país que el Señor prometió a nuestros antepasados que nos daría”. 4 El sacerdote te quitará la cesta y la pondrá delante del altar del Señor tu Dios.

5 Entonces esto es lo que debes declarar públicamente ante el Señor tu Dios, “Mi padre era un arameo[fn] que andaba de un lugar a otro. Sólo había unos pocos cuando él y su familia se fueron a vivir a Egipto. Pero se convirtieron en una nación grande y poderosa. 6 Pero los egipcios nos trataron muy mal, nos oprimieron y nos obligaron a hacer trabajos forzados. 7 Clamamos al Señor, el Dios de nuestros antepasados, y el Señor nos respondió al ver cuánto estábamos sufriendo, obligados a trabajar tan duro con tanta crueldad. 8 El Señor nos sacó de Egipto con su gran poder y su increíble fuerza y con acciones, señales y milagros aterradores. 9 Nos trajo aquí y nos dio este país, una tierra que fluye leche y miel. 10 ¡Mira, Señor! Te he traído las primicias de la tierra que me has dado”. Colocarás la cesta ante el Señor tu Dios y te inclinarás en adoración ante él. 11 Entonces tú, los levitas y los extranjeros que viven contigo celebrarán todas las cosas buenas que el Señor tu Dios te ha dado a ti y a tu familia.

12 Cuando terminen de almacenar la décima parte de su cosecha en el tercer año (el año del diezmo), la darán a los levitas, a los extranjeros, a los huérfanos y a las viudas, para que tengan suficiente comida en sus ciudades. 13 Entonces harás esta declaración en presencia del Señor tu Dios: “He traído el santo diezmo y se lo he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a las viudas como me ordenaste. No he roto ni olvidado tus mandamientos. 14 No he comido nada del santo diezmo mientras estaba de luto, ni he tomado nada de él mientras estaba sucio, ni lo he usado como ofrenda para los muertos. He obedecido al Señor mi Dios. He hecho todo lo que me ordenaste hacer. 15 Por favor, mira desde tu casa en el cielo y bendice a tu pueblo, los israelitas, y el país que nos has dado, como prometiste a nuestros padres, una tierra que fluye leche y miel”.

16 Hoy el Señor, tu Dios, te ordena que cumplas estas preceptos y normas. Asegúrate de seguirlos con toda tu mente y con todo tu ser.

17 Hoy has declarado públicamente que el Señor es tu Dios y que seguirás sus caminos, guardarás las reglas y mandamientos y normas, y obedecerás lo que él diga.

18 Hoy el Señor ha anunciado que ustedes son un pueblo especial que le pertenece como lo prometió. Ha anunciado que deben guardar todos sus mandamientos. 19 Ha anunciado que les dará mayor alabanza, reputación y honor que a cualquier otra nación. Ha anunciado que serán un pueblo santo para el Señor su Dios, como lo prometió.

27  1 Moisés y los ancianos israelitas de Israel le dieron estas instrucciones al pueblo: Guarda todos los mandamientos que yo[fn] te entrego hoy. 2 El día que cruces el Jordán hacia el país que el Señor tu Dios te da, coloca unas grandes piedras y píntalas con cal. 3 Entonces escribe todas estas leyes en ellas una vez que hayas cruzado para entrar en el país que el Señor tu Dios te está dando, una tierra que fluye leche y miel, tal como el Señor, el Dios de tus antepasados, te lo prometió. 4 Una vez que hayas cruzado el Jordán, debes colocar estas piedras en el Monte Ebal, habiéndolas pintado con cal, como te he ordenado hacer hoy.

5 Construye también allí un altar de piedra para el Señor tu Dios, un altar de piedras. No uses ninguna herramienta de piedra en su construcción. 6 Construye el altar del Señor tu Dios con piedras sin cortar y sacrifícalo con holocaustos para el Señor tu Dios. 7 Ahí es también donde debes sacrificar y comer tus ofrendas de paz,[fn] celebrando en la presencia del Señor tu Dios. 8 Escribe todas estas leyes claramente en las piedras.

9 Moisés y los sacerdotes levitas les dieron estas órdenes a todos los israelitas: “¡Cállense, pueblo de Israel, y escuchen! Hoy se han convertido en el pueblo del Señor su Dios. 10 Así que obedezcan lo que el Señor su Dios les dice, y sigan los mandamientos y preceptos que les doy hoy”.

11 Ese día Moisés dio estas órdenes al pueblo: 12 Después de haber cruzado el Jordán, las siguientes tribus se pararán en el Monte Gerizim para bendecir al pueblo: Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín. 13 Las siguientes tribus se pararán en el Monte Ebal para la maldición: Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí.

14 Entonces los levitas gritarán en voz alta para que los israelitas puedan oír:

15 “Maldito sea el que fabrique una imagen tallada o un ídolo de metal y le adore en secreto. ¡No es sino un objeto hecho por hombres, y es ofensivo para el Señor!” Todos dicen: “¡Amén!”

16 “¡Maldito sea el que deshonre a su padre o a su madre”. Todos dicen: “¡Amén!”

17 “¡Maldito sea el que mueva los linderos de su vecino!” Todos dicen: “¡Amén!”

18 “¡Maldito sea el que permita a un ciego deambular por el camino!” Todos dicen: “¡Amén!”

19 “¡Maldito sea el que no trate bien a los extranjeros, a los huérfanos y a las viudas!” Todos dicen: “¡Amén!”

20 “¡Maldito sea el que se acueste con la mujer de su padre, porque habrá deshonrado a su padre!” Todos dicen: “¡Amén!”

21 “¡Maldito sea el que se acueste con cualquier animal!” Todos dicen: “¡Amén!”

22 “¡Maldito sea el hombre que se acueste con su hermana, la hija de su padre o la hija de su madre!” Todos dicen: “¡Amén!”

23 “¡Maldito sea el hombre que se acueste con su suegra!” Todos dicen: “¡Amén!”

24 “¡Maldito sea el que ataque en secreto a su prójimo!” Todos dicen: “¡Amén!”

25 “¡Maldito sea el que acepte un soborno para matar a un inocente!” Todos dicen: “¡Amén!”

26 “¡Maldito sea el que no obedezca cuidadosamente todas estas leyes al cumplirlas!” Todos dicen: “¡Amén!”

28  1 Si realmente obedeces lo que el Señor tu Dios te dice, y sigues cuidadosamente todos sus mandamientos que te doy hoy, entonces el Señor tu Dios te pondrá en lo alto de todas las naciones de la tierra.

2 Tendrás todas las siguientes bendiciones y aún más, si haces lo que el Señor tu Dios dice.

3 Serás bendecido cuando estés en la ciudad; serás bendecido cuando estés en el campo. 4 Serás bendecido con muchos hijos. Serás bendecido con buenas cosechas. Serás bendecido con ganado: tu ganado tendrá muchos terneros, y tus ovejas tendrán muchos corderos. 5 Serás bendecido con mucho pan.[fn] 6 Serás bendecido dondequiera que vayas y en todo lo que hagas.

7 El Señor derrotará a los enemigos que vengan a atacarte. Vendrán a ti desde una dirección, pero se dispersarán por siete caminos diferentes. 8 El Señor bendecirá tu ingreso[fn] y todo lo que hagas. El Señor tu Dios te bendecirá en el país que te está dando. 9 El Señor te hará su pueblo santo, como te prometió, si obedeces los mandamientos del Señor tu Dios y sigues sus caminos. 10 Entonces todos en la tierra verán que el Señor te ha elegido para ser suyo,[fn] y tendrán miedo de ti.

11 El Señor te hará muy próspero. Tendrás muchos hijos, tu ganado producirá muchas crías, y tu tierra tendrá buenas cosechas, todo esto en el país que el Señor prometió a tus antepasados que te daría. 12 El Señor proveerá de lluvia a tu tierra en el momento adecuado desde su almacén celestial para bendecir todo tu trabajo de cultivo. Prestarás dinero a muchas naciones, pero no necesitarás pedir prestado a ninguna de ellas. 13 El Señor te pondrá en el primer lugar, no en el último. Sólo subirás, nunca bajarás, siempre y cuando escuches y sigas cuidadosamente los mandamientos del Señor tu Dios que te doy hoy. 14 No te desvíes hoy de ninguna de mis instrucciones. No vayas a adorar a otros dioses.

15 Pero si no obedeces al Señor tu Dios siguiendo cuidadosamente todos sus mandamientos y normas que te estoy dando hoy, entonces experimentarás todas las siguientes maldiciones y más: 16 Serás maldito cuando estés en la ciudad; serás maldito cuando estés en el campo. 17 Serás malditoal no tener pan. 18 Serás malditosin poder tener hijos, ni buenas cosechas, ni tus vacas tendrán terneros ni tus ovejas tendrán corderos. 19 Serásmaldito dondequiera que vayas y en todo lo que hagas.

20 El Señor te enviará maldiciones, haciéndote confundir y frustrar en todo lo que hagas, hasta que seas derribado y mueras rápidamente por el mal que has hecho al abandonarlo.[fn] 21 El Señor te dará enfermedades infecciosas hasta que te haya borrado del país en el que estás entrando. 22 Entonces el Señor te golpeará con una enfermedad que te hará consumir, con una fiebre severa e hinchazón como si te estuvieras quemando, mientras que tus cosechas serán dañadas por la sequía y la plaga y el moho. Estos te atacarán hasta que mueras. 23 El cielo sobre ti será como el bronce, y la tierra debajo de ti será como el hierro. 24 El Señor cambiará la lluvia de tu tierra en polvo y arena; caerá del cielo sobre ti hasta que seas destruido.

25 El Señor hará que tus enemigos te derroten. Los atacarás desde una sola dirección, pero te dispersarás por siete caminos diferentes. Todos en la tierra se horrorizarán con lo que te pase. 26 Tu cadáver será alimento para las aves de rapiña y los animales salvajes, y no habrá nadie que los espante. 27 El Señor tecausará forúnculos como a los egipcios, con hinchazones y costras y sarpullidos que no se pueden curar. 28 El Señor te volverá loco y te hará quedar ciego y confundido, 29 de modo que incluso al mediodía estarás a tientas como un ciego en la oscuridad. No tendrás éxito en lo que hagas. Serás perseguido y te robarán todo el tiempo, y nadie vendrá a salvarte.

30 Te comprometerás a casarte con una mujer, pero otro hombre se acostará con ella. Construirás una casa pero no vivirás en ella. Plantarás un viñedo pero no te beneficiarás de ninguna cosecha. 31 Tu buey será sacrificado delante de ti, pero no comerás nada de él. Tu burro será retirado y no te será devuelto. Tus ovejas serán tomadas por tus enemigos, y nadie vendrá a salvarte. 32 Tus hijos e hijas serán llevados como esclavos a otras naciones mientras tú miras, y te desgastarás llorando por ellos, pero no habrá nada que puedas hacer al respecto. 33 Una nación extranjera de la que nunca has oído hablar se comerá todas las cosechas que tanto te costó cultivar. Serás continuamente perseguido y oprimido. 34 Lo que veasteenloquecerá. 35 El Señor te causará forúnculos dolorosos que no se pueden curar en tus rodillas y muslos, de hecho, de la cabeza a los pies.

36 El Señor te desterrará a ti y a tu rey elegido hacia una nación extranjera de la que ni tú ni tus antepasados habían oído hablar. Allí adorarás a otros dioses, ídolos hechos de madera y piedra. 37 Lucirás comoun espanto para todas las naciones donde has sido exiliado por el Señor. Se reirán de ti y te ridiculizarán.

38 Sembrarás mucha semilla en el campo, pero cosecharás muy poco porque las langostas la destruirán. 39 Sembrarás y cuidarás los viñedos, pero no cosecharás las uvas ni beberás el vino, porque serán comidos por los gusanos. 40 Tendrás olivos por todo el país pero no tendrás aceite de oliva para usar,[fn] porque las aceitunas se caerán pronto de los árboles. 41 Tendrás hijos e hijas, pero no los tendrás por mucho tiempo, porque serán llevados en cautiverio como esclavos. 42 Nubes de langostas destruirán todos tus árboles y cultivos. 43 Los extranjeros que vivan con ustedes se elevarán cada vez más por encima de ustedes, mientras que ustedes se hundirán cada vez más. 44 Ellos te prestarán, pero tú no les prestarás a ellos. Ellos serán los primeros y tú serás el último.

45 Todas estas maldiciones caerán sobre ti. Te perseguirán y atacarán hasta que mueras porque no has obedecido al Señor tu Dios y no has guardado los mandamientos y preceptos que te dio. 46 Serán una evidencia duradera, signos visibles de lo que te pasó a ti y a tus descendientes. 47 Por no haber servido al Señor tu Dios con alegría y con una actitud alegre, 48 servirás a tus enemigos que el Señor envía a atacarte con hambre, sed, desnudez y pobreza. Él atará un yugo de hierro en tu cuello hasta destruirte.

49 El Señor traerá una nación para atacarte desde lejos, desde los confines de la tierra. Se abalanzará sobre ti como un águila, esta nación cuya lengua no entenderás. 50 Son una nación despiadada que no respeta a los viejos y no tiene piedad de los jóvenes. 51 Se comerán tus corderos y terneros y las cosechas que has cultivado hasta que te destruyan. No te dejarán grano, ni vino nuevo, ni aceite de oliva, ni terneros de tus rebaños, ni corderos de tus rebaños, así que morirás de hambre. 52 Asediaran todas las ciudades de tu país, hasta que caigan los altos muros fortificados en los que confías. Asediarán todas las ciudades de tu país que el Señor tu Dios te ha dado. 53 Terminarás comiéndotea tus hijos, comerás la carne de los hijos e hijas que el Señor tu Dios te dio, por el asedio y el sufrimiento que te causará tu enemigo.

54 El hombre más bondadoso y sensible de entre ustedes se negará a compartir su comida con su hermano, con la mujer que ama y con los hijos que le quedan. 55 Se negará a compartir con cualquiera de ellos la carne de sus hijos que se vea obligado a comer porque no tiene otra cosa a causa del asedio y el sufrimiento que su enemigo les ha causado en todos sus pueblos.

56 La mujer más amable y sensible de entre ustedes, tan amable y sensible que no iría nunca descalza por el suelo, se negará a compartir su comida, ni a su bebé recién partido, con el marido que ama, nicon su propio hijo e hija. 57 Incluso se comerá en secreto al bebés que dé a luz y la placenta, ya que no tiene nada más por el asedio y el sufrimiento que su enemigo les ha causado en todos sus pueblos,

58 Si no observas cuidadosamente todas estas leyes escritas en este libro para que puedas mostrar respeto por este glorioso y asombroso Señor tu Dios, 59 él traerá sobre ti y tus descendientes desastres increíbles, enfermedades intensas y duraderas, y enfermedades terribles e incurables. 60 Él hará caer sobre ti las enfermedades que te aterrorizaban en Egipto, y se quedarán contigo. 61 El Señor también lescausará todas las enfermedades y dolencias, incluso las que no están registradas en este Libro de la Ley, hasta que seas destruido. 62 Ustedes, que han crecido tan numerosos como las estrellas del cielo, acabarán siendo unos pocos, porque no quisieron obedecer lo que el Señor su Dios les dijo. 63 De la misma manera que quiso hacerlos prósperos y aumentar su número, ahora los aniquilará y los destruirá. Serán desarraigado del país que van a poseer.

64 El Señor los esparcirá entre las naciones de toda la tierra, y allí adorarán a otros dioses, dioses hechos de madera y piedra, de los que ni ustedes ni sus padres han oído hablar. 65 No encontrarán ningún lugar para descansar entre esas naciones, ningún lugar propio. El Señor los pondrá ansiosos, con la vista fallida y la mente llena de desesperación. 66 Verán su vida pendiendo de un hilo mientras dudan. Tendrán miedo de día y de noche, aterrorizados de no sobrevivir. 67 Por la mañana dirán: “¡Ojalá fuera de noche!” y por la noche dirán: “¡Ojalá fuera de mañana!” porque se asustaránpor las cosas aterradoras que verán.

68 El Señor los enviará de vuelta a Egipto en barcos, a un lugar que no debían volver a ver. Se ofrecerán a la venta allí como esclavos y esclavas para sus enemigos, pero nadie querrá comprarlos.

29  1 Los siguientes son los términos del acuerdo que el Señor ordenó a Moisés hacer con los israelitas en el país de Moab Esto fue en adición al acuerdo que había hecho con ellos en Horeb.[fn]

2 Moisés convocó a todos los israelitas y les anunció: “Han visto con sus propios ojos todo lo que el Señor hizo en Egipto con el faraón, con todos sus funcionarios y con todo su país”. 3 Vieron con sus propios ojos las pruebas asombrosas, y las grandes señales y milagros. 4 Pero hasta ahora el Señor no les ha dado mentes que entiendan, ni ojos que vean, ni oídos que oigan, diciendo: 5 Durante cuarenta años los conduje por el desierto, pero sus vestidos y sandalias no se desgastaron. 6 No tenían pan para comer, ni vino o alcohol para beber, para que se dieran cuenta de que yo soy el Señor tu Dios.

7 Cuando llegamos aquí, Sehón, rey de Hesbón, y Og, rey de Basán, salieron a luchar contra nosotros en la batalla, pero los vencimos. 8 Tomamos su tierra y se la dimos a las tribus de Rubén, Gad y a la media tribu de Manasés para que la posean. 9 Así que asegúrense de cumplir y seguir los términos de este acuerdo para que tengan éxito en todo lo que hagan.

10 Todos ustedes están hoy aquí ante el Señor su Dios: los jefes de las tribus, los oficiales y todos los hombres de Israel, 11 us hijos y esposas y los extranjeros en sus campamentos que cortan la leña y acarrean el agua. 12 Están aquí para que puedanentrar a hacer parte del pacto del Señor su Dios, que hoy hace con ustedes, y para aceptar su solemne promesa; 13 para que él los confirme hoy como su pueblo. Él será tu Dios como se los dijo y como se lo prometió a sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.

14 No es sólo con ustedes que el Señor está haciendo este acuerdo y promesa solemne, 15 o es solo con los que están aquí con nosotros hoy en la presencia del Señor nuestro Dios, sino también con los que no están aquí hoy.

16 Ustedes saben muy bien cómo era cuando vivíamos en la tierra de Egipto y nuestras experiencias al pasar por las naciones en el camino hacia aquí. 17 Vieron sus repugnantes prácticas religiosas y sus ídolos de madera y piedra, y plata y oro.

18 Hoy deben asegurarse de que no haya ningún hombre o mujer, familia o tribu que quiera alejarse del Señor nuestro Dios e ir a adorar a los dioses de estas naciones. Asegúrense de que no hay nada de eso entre ustedes que produzca tal veneno y amargura. 19 Porque cuando alguien así oye las palabras de esta solemne promesa, cree que aún recibirá una bendición, diciéndose a sí mismo: “Estaré a salvo, aunque seguiré haciendo lo que me plazca”. Tal actitud destruiría lo bueno y lo malo por igual.[fn] 20 El Señor nunca querría perdonarlos. De hecho, su ferviente ira arderá contra ellos, y cada maldición escrita en este libro caerá sobre ellos. El Señor borrará su nombre de la tierra, 21 y los castigará como un ejemplo de ellos para todas las tribus israelitas, de acuerdo con todas las maldiciones del acuerdo escrito en este Libro de la Ley.

22 Las generaciones posteriores, sus descendientes y los extranjeros de lejos, verán cómo el Señor ha traído el desastre al país y lo ha devastado. 23 Todo el país será un páramo ardiente de azufre y sal. Nada se siembra, es totalmente improductivo; ninguna planta crece allí, como la destrucción de Sodoma y Gomorra, Adma y Zeboiim, que el Señor destruyó en su ardiente ira.

24 Todos en todas partes se preguntarán: “¿Por qué el Señor hizo esto al país? ¿Por qué se enojó tanto?”

25 El pueblo responderá: “Es porque abandonaron el pacto del Señor, el Dios de sus antepasados, que hizo con ellos cuando los sacó de Egipto. 26 Se fueron y adoraron a otros dioses, inclinándose ante dioses que nunca habían escuchado, dioses que el Señor no les había dado. 27 Por eso el Señor estaba tan enojado con esta tierra, y llovió sobre ella cada maldición escrita en este libro. 28 El Señor los arrancó de su país con su ira, su furia y su furia, y los echó, dejándolos en otra tierra, donde están hasta hoy”.

29 El Señor, nuestro Dios, tiene secretos que le pertenecen, pero lo que se ha revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros descendientes para siempre, para que podamos seguir todo en esta ley.

30  1 Un día después de que experimenten todo esto, las bendiciones y maldiciones de las que te he hablado, pensarás en ellas, viviendo en todas las diferentes naciones donde el Señor tu Dios te ha exiliado. 2 Cuando eso suceda, y cuando tú y tus hijos regresen al Señor tu Dios, y cuando hagas lo que él dice con toda tu mente y todo tu ser de acuerdo con todo lo que te estoy diciendo hoy, entonces el Señor tu Dios será misericordioso contigo. 3 Él te traerá de vuelta a casa, reuniéndote de todas las naciones donde te dispersó. 4 Aunque te exiliases hasta los confines de la tierra, te recogerá de allí y te traerá de vuelta.

5 El Señor tu Dios te traerá de vuelta al país que perteneció a tus antepasados y lo volverás a poseer. Él te hará triunfar, y tendrás aún más descendientes que tus antepasados. 6 El Señor tu Dios te hará a ti y a tus descendientes suyos de nuevo,[fn] y lo amarás con toda tu mente y con todo tu ser, para que vivas.

7 Entonces el Señor tu Dios hará caer todas estas maldiciones sobre tus enemigos, sobre aquellos que te odian y persiguen. 8 Una vez más harás lo que el Señor te diga y seguirás todos sus mandamientos que te doy hoy. 9 El Señor tu Dios te hará triunfar en todo lo que hagas, tendrás hijos, tu ganado será productivo y tendrás buenas cosechas. El Señor, una vez más, se alegrará de hacerte el bien, como lo hizo con tus antepasados, 10 si obedeces al Señor tu Dios guardando sus mandamientos y preceptos escritos en este libro de la Ley, y si vuelves a él con toda tu mente y con todo tu ser.

11 La instrucción que les doy hoy no es demasiado difícil de seguir para ustedes. No es que esté tan lejos que te sea imposible alcanzarla. 12 No está en el cielo como para preguntarte: “¿Quién va a subir al cielo a conseguirla para nosotros y hacernos saber lo que dice para que podamos obedecerla?” 13 No está al otro lado del océano ni más allá del mar, así que tienes que preguntarte: “¿Quién va a cruzar el océano para traérnosla y hacernos saber lo que dice para que podamos obedecerla?” 14 Sino que esta instrucción está aquí mismo con ustedes. Está en su boca y en su mente para que puedan obedecerla.

15 ¡Escuchen! Hoy he puesto una elección ante ustedes: la vida y lo que es bueno, o la muerte y lo que es malo. 16 Yo les exhorto para que amen al Señor su Dios, que sigan sus caminos, y que guarden sus mandamientos, normas, y preceptos, para que puedan vivir y crecer en número, y para que el Señor su Dios los bendiga en el país que están entrando y que les pertenecerá.

17 Si no haces caso de esto y te niegas a escuchar, si te sientes atraído a inclinarte ante otros dioses y adorarlos, 18 entonces les advierto ahora mismo que definitivamente morirán. No vivirán mucho tiempo en el país que van a poseer después de cruzar el Jordán.

19 Soy invoco al cielo y a la tierra para que sean mis testigos contra ti hoy que he puesto ante ustedes la vida y la muerte, las bendiciones y las maldiciones. Escojan la vida, para que ustedes y sus descendientes vivan, 20 para que amen al Señor su Dios, le obedezcan y se aferren a él. Porque él es su vida, y les dará largas vidas en el país que el Señor prometió darles a sus antepasados, a Abraham, Isaac y Jacob.

31  1 Cuando Moisés terminó[fn] de darles estas instrucciones a todos los israelitas, 2 les dijo, ahora tengo ciento veinte años. No puedo moverme como antes, y el Señor me ha dicho, “No deben cruzar el Jordán”.

3 El Señor tu Dios en persona te va a guiar a través. Él destruirá estas naciones a medida que avancen, y se apoderará de su tierra. Josué cruzará delante de ustedes, como dijo el Señor. 4 El Señor hará con ellos lo que hizo con Sehón y Og, los reyes de los amorreos, y su tierra cuando los destruyó.

5 El Señor se los entregará, y harán con ellos exactamente como se los he dicho. 6 ¡Sean fuertes! Sean valientes! No tengan miedo ni terror, porque el Señor su Dios irá con ustedes. No los dejará ni los abandonará nunca.

7 Moisés llamó a Josué y le dijo delante de todos los israelitas: “¡Sé fuerte! ¡Sé valiente! Acompañarás a este pueblo al país que el Señor prometió darles a sus antepasados, y se los asignarás como propio. 8 El Señor mismo va delante de ti. Él estará con ustedes. No te dejará ni te abandonará nunca. No tengas miedo y no te desanimes”.

9 Moisés escribió esta ley y la dio a los sacerdotes, los hijos de Leví, que llevaban el Arca del pacto del Señor, y a todos los ancianos israelitas.

10 Moses les dio estas órdenes: “Cada siete años, el año en que se cancelan las deudas durante la Fiesta de los Tabernáculos, 11 y cuando todos los israelitas se presenten ante el Señor su Dios en el lugar que él elija, deben leer esta ley para que todos la escuchen.

12 “Haz que el pueblo se reúna – hombres, mujeres, niños y extranjeros que viven contigo – para que escuchen y aprendan a respetar al Señor tu Dios y a observar cuidadosamente todas las instrucciones de esta ley. 13 Entonces sus hijos que no conocen la ley escucharán y aprenderán a respetar al Señor tu Dios durante todo el tiempo que vivas en el país del que te harás cargo después de que cruces el Jordán”.

14 Entonces el Señor le dijo a Moisés: “Escucha, pronto vas a morir. Dile a Josué que se reúna contigo, y luego los dos vendrán y se presentarán ante mí en el Tabernáculo de Reunión, para que yo lo designe a él como líder”.

Moisés y Josué fueron a presentarse ante el Señor en el Tabernáculo de Reunión. 15 El Señor se apareció allí en la tienda en una columna de nube. La nube estaba a la entrada de la tienda.

16 El Señor le dijo a Moisés, “Te unirás a tus ancestros en la muerte, y este pueblo se prostituirá adorando a los dioses extranjeros del país en el que están por entrar. Me abandonarán y romperán el pact que he hecho con ellos. 17 Entonces los abandonaré y me alejaré de ellos, por lo tanto serán destruidos, y experimentarán muchos desastres y problemas.

“En ese momento dirán: ‘¡Estamos sufriendo estos desastres porque nuestro Dios nos ha abandonado!’

18 “Entonces definitivamente los ignoraré por todo el mal que han hecho al adorar a otros dioses.

19 “Así que escribe esta canción y enséñasela a los israelitas. Ayúdalos a aprender a cantarla, así tendré pruebas contra ellos. 20 Una vez que los hayas llevado al país que prometí darles a sus antepasados, una tierra que fluye leche y miel, tendrán mucho que comer y les irá bien. Entonces irán a adorar a otros dioses, y me abandonarán y romperán mi acuerdo. 21 Una vez que hayan experimentado muchos problemas y sufrimientos, esta canción testificará en su contra, porque sus descendientes no olvidarán las palabras. Sé cómo son, incluso antes de llevarlos al país que prometí darles”.

22 Entonces Moisés escribió esta canción y se la enseñó a los israelitas.

23 Entonces el Señor designó a Josué hijo de Nun como líder, y le dijo: “¡Sé fuerte! ¡Sé valiente! Porque vas a llevar a los israelitas al país que prometí darles, y yo estaré contigo”.

24 Cuando Moisés terminó de escribir esta Ley en un libro de principio a fin, 25 ordenó a los levitas que llevaban el Arca del Acuerdo del Señor: 26 “Pongan este libro de la Ley junto al Arca del Pacto del Señor su Dios, para que se guarde allí como testimonio contra ustedes. 27 Sé lo obstinado y rebelde que son. Si ya han empezado a rebelarse contra el Señor mientras yo estoy vivo, ¿cuánto peor les irá después de que yo muera?

28 “Convoca a todos los ancianos de tus tribus y a todos tus oficiales para que se reúnan aquí ante mí para que pueda decirles esto directamente y llamar al cielo y a la tierra como testigos contra ellos. 29 Sé que después de mi muerte se volverán completamente inmorales, abandonando el camino que les he ordenado seguir. En el futuro, te sucederán cosas malas por los pecados malvados que cometas a los ojos del Señor, haciéndole enojar por lo que hagas”.

30 Entonces Moisés recitó todas las palabras de esta canción mientras los israelitas escuchaban.

32  1 Cielo, escucha mientras hablo; Tierra, escucha lo que digo.

2 Que mi enseñanza caiga suavemente como la lluvia; que mis palabras caigan ligeramente como el rocío, como una suave lluvia sobre la hierba nueva, como lluvias primaverales sobre las plantas en crecimiento.

3 Alabaré el carácter del Señor. ¡Que todo el mundo sepa de su grandeza!

4 Él es la Roca. Todo lo que hace es perfecto, porque todos sus caminos son correctos. Él es el Dios confiable que nunca es injusto; es justo y honesto.

5 Sus hijos han actuado inmoralmente con él; por eso ya no son sus hijos a causa de sus manchas pecaminosas. Son un pueblo perverso y corrupto.

6 ¿Es esta la manera de pagar al Señor, pueblo tonto y estúpido? ¿No es tu Padre quien te ha creado? ¿No es él quien te convirtió en una nación y te hizo fuerte?

7 Recuerda los tiempos antiguos; piensa en los tiempos pasados. Pregúntenle a Dios y a su padre, y él se los explicará. Hablen con los ancianos, y ellos se lo harán saber.

8 El Altísimo les dio a las naciones sus tierras cuando dividió la raza humana; fijó sus fronteras según sus dioses.[fn]

9 Pero el pueblo del Señor es suyo, Israel es su elegido.

10 Los encontró en una tierra desértica, en un páramo desolado de torbellinos. Los protegió, los cuidó, los cuidó como a la persona que más amaba.[fn]

11 Como un águila que vigila[fn] su nido, revoloteando sobre sus polluelos, extendió sus alas, te recogió y te llevó consigo.[fn]

12 El Señor fue el único que te guió; ningún dios extranjero estaba con él.

13 El Señor te dio el país alto para gobernar,[fn] y te alimentó con los cultivos del campo para comer. Te alimentó con miel de la roca y aceite de oliva del peñón de piedra,

14 Con yogur del rebaño y leche del rebaño, con grasa de corderos, con carneros de Basán, y cabras, junto con el mejor trigo. Bebiste el vino hecho de las mejores uvas.

15 Pero Israel,[fn] te engordaste y te rebelaste: con grasa, sobrepeso y llenura de comida. Abandonaste al Dios que te hizo y despreciaste la Roca de tu salvación.

16 Celebraste al Señor adorando a dioses extranjeros; lo enojaste con prácticas tan repugnantes.

17 Ofreciste sacrificios a los demonios en lugar de a Dios, a dioses que no conocías, a nuevos dioses que tus antepasados no adoraban.

18 Abandonaste a la Roca que te engendró; olvidaste al Dios que te dio a luz.

19 El Señor los rechazó cuando vio esto; sus hijos e hijas lo enojaron.

20 Dijo: Me apartaré de ellos. ¡Entonces veré qué les pasa! Son un pueblo perverso, hijos infieles.

21 Me han dado celos adorando cosas que no son Dios; me han hecho enojar con sus ídolos inútiles. Así que los pondré celosos usando un pueblo que no es realmente una nación; los haré enojar usando extranjeros ignorantes.

22 Mi ira se ha encendido, quemando hasta las profundidades de la tumba,[fn] destruyendo la tierra y todo lo que produce, incluso prendiendo fuego a los cimientos de las montañas.

23 Amontonaré desastres sobre ellos; usaré mis flechas para dispararles.

24 Se consumirán por el hambre, destruidos por la enfermedad y la peste venenosa. Enviaré animales salvajes para que los muerdan con sus dientes, los colmillos de las serpientes que se deslizan por el suelo.

25 Afuera en las calles la espada mata a sus hijos, dentro de sus casas, mueren de miedo; jóvenes y mujeres jóvenes, niños y ancianos.

26 Les habría dicho que iba a cortarlos en pedazos y borrar incluso su memoria;

27 Pero no quería oír a sus conquistadores burlándose, sus enemigos malinterpretando lo que había pasado y diciendo: “Ganamos por nuestra propia cuenta, el Señor no tuvo nada que ver”.

28 Israel es una nación que no piensa con claridad; ninguno de ellos entiende nada.

29 Cómo me gustaría que fueran sabios, para que pudieran entenderlo; así reconocerían cuál puede ser su fin!

30 ¿Cómo podría un hombre perseguir a mil, o dos hacer huir a diez mil, si su Roca de protección no los hubiera vendido, si el Señor no los hubiera entregado?

31 La roca en la que confían no es como nuestra Roca, como incluso nuestros enemigos admiten.[fn]

32 Pero su vid proviene de la vid de Sodoma, de los campos de Gomorra. Sus uvas son venenosas; son racimos amargos.

33 Su vino es el veneno de las serpientes, el veneno de las serpientes mortales.

34 He guardado todo esto; está sellado en mis bóvedas.

35 Me aseguro de que se haga justicia, lo pagaré. Se acerca el momento en que caerán, se acerca el día del desastre, su perdición llegará pronto.

36 El Señor va a reivindicar a su pueblo; será misericordioso con sus siervos cuando vea que no les quedan fuerzas y que todos se han ido, ya sean esclavos o libres.

37 Preguntará: ¿Qué pasó con tus dioses, la roca a la que acudiste para protegerte?

38 ¿Quién comió la grasa de sus sacrificios y bebió el vino de sus ofrendas? ¡Haz que vengan a ayudarte! ¡Haz que vengan a protegerte!

39 ¡Escuchen! ¡Yo soy el único Dios! ¡No hay otro Dios excepto yo! Traigo la muerte y doy la vida; hiero y curo. Nadie puede ser rescatado de mi poder.

40 Levanto mi mano al cielo y declaro solemnemente sobre mi vida eterna,

41 Cuando afile mi brillante espada y la recoja para ejecutar el juicio, pagaré a mis enemigos y castigaré a los que me odian como se merecen.

42 Mis flechas se emborracharán de sangre, como mi espada come carne; la sangre de los muertos y capturados, las cabezas de los líderes del enemigo.

43 ¡Celebren con él! ¡Que todos los ángeles de Dios lo adoren![fn] Celebren, extranjeros, con su pueblo; porque él pagará a los que mataron a sus hijos.[fn] Castigará a sus enemigos, y pagará a los que lo odien;[fn] purificará su tierra y su pueblo.

44 Entonces Moisés vino con Josué hijo de Nun y recitó todas las palabras de esta canción para que el pueblo la escuchara.

45 Después de que Moisés terminó de recitar toda la canción a todos los israelitas, 46 les dijo: “Piensen en todas estas palabras que les he declarado hoy, para que puedan instruir a sus hijos a seguir cuidadosamente todo lo que está en esta ley. 47 No traten estas palabras como triviales porque son su vida, y por ellas tendrán larga vida en el país que posean después de cruzar el Jordán”.

48 Ese mismo día el Señor le dijo a Moisés: 49 “Sube a los montes de Abarim al monte Nebo, en la tierra de Moab, frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán, que doy a los israelitas para que la posean.

50 “Allí, en el monte que has subido, morirás y te unirás a tu pueblo en la muerte, de la misma manera que tu hermano Aarón murió en el monte Hor y se unió a su pueblo.

51 “Porque allí, en las aguas de Meribá-Cades, en el desierto de Zin, ambos me fuisteis infieles. Me tergiversasteis ante los israelitas cuando no me tratasteis como a un santo en su presencia. 52 Aunque verás el país que les doy a los israelitas desde lejos, no entrarás en él”.

33  1 La siguiente es la bendición que Moisés, el hombre de Dios, les dio a los israelitas antes de morir. 2 Dijo: El Señor vino del monte Sinaí y nos iluminó desde el monte Seir. Salió del monte Paran con diez mil santos, con fuego ardiente en su mano derecha.

3 Cuánto amas al pueblo; tienes a todos los santos en tu mano. Se sientan a tus pies para escuchar tus palabras: 4 la ley que Moisés nos entregó y que pertenece a todos los israelitas. 5 El Señor se convirtió en el Rey en Israel[fn] cuando los líderes del pueblo se reunieron, cuando las tribus de Israel se reunieron.

6 A Rubén le dijo: “Que viva y no muera, pero que sólo tenga unos pocos hombres”.

7 A Judá le dijo: “Señor, por favor escucha el clamor de Judá y reúnelo con su pueblo. Aunque él luche por sí mismo, ayúdalo contra sus enemigos”.

8 A Leví le dijo: “Tu Tumim le fue dado a Leví y tu Urim a los consagrados a Dios, los que probaste en Masá y con los cuales discutiste en las aguas de Meribá. 9 Leví dijo que no prestaba atención a su padre y a su madre, que no reconocía a sus hermanos y que no reconocía a sus hijos.[fn] Los levitas hicieron lo que usted dijo y cumplieron su acuerdo. 10 Ellos le enseñarán tu reglamento a Jacob y tu ley a Israel. Pondrán incienso ante ti y sacrificarán holocaustos enteros en tu altar. 11 Señor, por favor bendice lo que tienen y acepta su servicio para ti. Destruye a los que los atacan; asegúrate de que sus enemigos no se levanten nunca más”.

12 A Benjamín le dijo: “Que el que ama el Señor se mantenga seguro y a salvo en el Señor. El Señor siempre lo protege, dejándolo descansar sobre sus hombros”.

13 A José le dijo: “Que el Señor bendiga su tierra con los mejores regalos del cielo, con el rocío y el agua de las profundidades de abajo; 14 con las mejores cosechas maduradas por el sol y los mejores productos de las estaciones; 15 con las mejores contribuciones de las antiguas montañas y los mejores materiales de las colinas eternas; 16 con los mejores regalos de la tierra y de todo lo que hay en ella, junto con el aprecio de quien estaba en la zarza ardiente. Que estas bendiciones descansen en la cabeza de José como una corona para este príncipe entre sus hermanos. 17 Es tan majestuoso como un toro primogénito; sus cuernos son como los de un buey salvaje. Los usará para cornear a las naciones, conduciéndolas hasta los confines de la tierra. Los cuernos representan los diez mil de Efraín, y los miles de Manasés”.

18 A Zabulón le dijo: “Que celebre Zabulón en sus viajes e Isacar en sus tiendas. 19 Convocarán a los pueblos[fn] a una montaña; ofrecerán los sacrificios apropiados allí. Disfrutarán de los ricos productos de los mares y del comercio a orillas del mar”.

20 A Gad le dijo: “¡Bienaventurado el que extienda el territorio de Gad! Gad es como un león al acecho, listo para arrancar un brazo o una cabeza. 21 Eligió la mejor tierra para sí mismo, ya que se le asignó una parte de la regla. Se reunió con los líderes del pueblo; hizo lo que el Señor dijo que era correcto, siguiendo los preceptos del Señor para Israel”.

22 A Dan le dijo: “Dan es un joven león que salta de Basán”.

23 A Neftalí le dijo: “Neftalí es realmente favorecido, lleno de la bendición del Señor. Se apoderará de la tierra al oeste y al sur”.

24 A Aser le dijo: “Que Aser sea bendecido más que todos los demás hijos; que sea favorecido por encima de sus hermanos y que bañe sus pies en aceite de oliva. 25 Que los cerrojos de tu puerta sean fuertes como el hierro y el bronce, y que seas fuerte toda tu vida”.

26 No hay nadie como el Dios de Israel, que cabalga por los cielos para venir a ayudarte; que cabalga por las nubes en majestad.

27 El Dios eterno es tu hogar, y te sostiene con sus brazos eternos. Expulsa al enemigo delante de ti y da la orden: “¡Destrúyelo!”

28 Como resultado, Israel vive en paz; Jacob no tiene problemas en un país de grano y vino nuevo, donde los cielos gotean de rocío.

29 ¡Cuán bendito eres, Israel! ¿Hay alguien como tú, un pueblo salvado por el Señor? Él es el escudo que te protege, la espada que te da confianza. Tus enemigos se estremecerán ante ti, y tú los pisotearás.[fn]

34  1 Moisés dejó las llanuras de Moab y se dirigió al Monte Nebo, subiendo hasta la cima del Pisga que mira en dirección a Jericó. El Señor le mostró todo el país, desde Galaad hasta Dan. 2 Esto incluía todos los territorios de Neftalí, Efraín y Manasés, Judá hasta el mar Mediterráneo, 3 el Néguev y el valle del Jordán desde Jericó (la ciudad de las palmeras) hasta Zoar.

4 El Señor le dijo: “Este es el país que prometí solemnemente a Abraham, Isaac y Jacob cuando dije: ‘Se lo daré a tu descendencia’. Te he permitido verlo por ti mismo, pero no vas a entrar en él”.

5 Moisés, el siervo del Señor, murió allí en el país de Moab, tal como el Señor había dicho. 6 Lo enterró en un valle allí en Moab que está frente a Bet-peor, pero nadie sabe hasta hoy dónde está la tumba de Moisés.

7 Moisés tenía 120 años cuando murió, pero aún veía claramente y era fuerte. 8 Los israelitas lloraron por Moisés en las llanuras de Moab durante treinta días, hasta que el tiempo de duelo terminó.

9 Josué, hijo de Nun, se llenó de espíritu de sabiduría porque Moisés había puesto sus manos sobre él para dedicarlo.[fn] Los israelitas atendieron y siguieron las instrucciones que el Señor le había dado a Moisés. 10 Desde entonces nunca ha habido un profeta en Israel como Moisés que fuera amigo íntimo del Señor.[fn] 11 El Señor lo envió a llevar a cabo todas las señales y milagros en Egipto para convencer al Faraón y a sus oficiales, y a toda la gente del país. 12 Moisés hizo estas increíbles cosas con tremendo poder mientras los israelitas lo observaban.

Footnotes

1.1 “El Arabá”: otro nombre para el Valle del Jordán.

1.3 “Cuadragésimo año”: después de que salieron de Egipto.

1.5 Moisés da tres largos discursos que constituyen la mayor parte del libro. Este discurso comienza desde el versículo 4:40. Para reducir el número de citas dentro de las comillas, esta sección no comienza ni termina con comillas. Este procedimiento se repite para los otros discursos.

1.28 “Nos aterrorizaron”: literalmente, “hicieron que nuestros corazones se derritieran”.

2.10 Ver 1:28.

2.11 “Refaím”: Una raza de gigantes.

2.13 “Entonces el Señor nos dijo”: añadido para mayor claridad.

2.22 Ver el versículo 12.

2.23 “Filisteos”: literalmente, “Caftoreos”.

2.23 “Creta”: literalmente, “Caftor”.

2.24 “Entonces el Señor nos dijo”: añadido para mayor claridad.

2.26 “Moisés les dijo a los israelitas:” añadido para mayor claridad.

2.34 “Los separamos para su destrucción”: un término especial que describía una dedicación al Señor, indicando que lo prometido debía ser entregado al Señor y no retenido.

3.14 “Havvoth-jair” quiere decir: “las ciudades de Jair”.

3.15 “El resto de”: añadido para mayor claridad.

3.18 Refiriéndose a las tribus de Rubén, Gad y la mitad de la tribu de Manasés.

4.10 “Horeb”: another name for Mount Sinai.

4.48 “Sirión”, aquí es “Sión”, pero vea 3:9.

5.1 Ver 1:6.

6.4 “Es el único”: o “is uno”.

6.16 Ver Éxodo 17:7.

7.2 Ver nota al pie correspondiente a 2:34.

7.20 Ver nota al pie correspondiente a Josué 24:12,

7.22 Ver Éxodo 23:29.

10.16 “Dedíquense a Dios” literalmente, “circunciden el prepucio de sus corazones”.

14.1 “Como hacen los paganos”: añadido para mayor claridad.

14.4 Véase también la lista en el Levítico 11. No todos los animales y aves están identificados de manera específica.

15.17 “Herramienta de metal”, literalmente, “un punzón”.

16.1 Ver también Éxodo 12:14-28; Levítico 23:4-8; Números 28:16-25.

17.16 Los caballos se usaban para proporcionar al rey la caballería necesaria para luchar en las batallas.

19.6 Ver Números 35:19.

20.5 “Al Señor”: implícito.

21.17 “Por medio de la costumbre habitual de”: añadido para mayor claridad.

22.9 “Al Señor”: añadido para mayor claridad.

22.18 Probablemente por medio de azotes en público.

23.2 “Raza mixta”: Esta palabra solo se usa aquí y en Zacarías 9:6, y su significado no está claro. Algunos la toman como “ilegítimo” y otros como “nacido del incesto”.

23.18 “Hombre”: el hebreo utiliza el término despectivo “perro”.

24.1 “Vergonzoso”: la palabra significa “desnudez” o “genitales”. Es probable que esté relacionado con el sexo.

24.6 Porque sin el molino la familia no podría moler el grano para hacer pan.

24.12 “Puede dar su capa como promesa de pago”: añadido para mayor claridad. Por el contexto esto es lo que ha sucedido, pero el texto no lo hace explícito.

25.5 Ver Génesis 38:8.

26.5 Probablemente se refiere a Jacob.

27.1 “Yo”: Aquí habla Moisés.

27.7 Ver Éxodo 20:24.

28.5 Literalmente, “tu cesta y tu bol de amasar serán bendecidos”. De manera similar, lo opuesto en el versículo 17.

28.8 Literalmente, “ordena una bendición para tus graneros”.

28.10 Literalmente, “llamado por el nombre del Señor”.

28.20 “Abandonarlo”: Hebreo “abandonarme”.

28.40 “Usar”: literalmente, “ungir”, el proceso de aplicar aceite de oliva en la piel.

29.1 “Horeb”: Otro nombre dado al Monte Sinaí.

29.19 “Destruiría lo bueno y lo malo por igual”: literalmente, “destruye tanto el suelo regado como el suelo reseco”.

30.6 “Te hará a ti y a tus descendientes suyos de nuevo”: literalmente, “circuncidará tu corazón y el de tus descendientes”. La circuncisión era un signo de la “titularidad” de Dios sobre el pueblo, y la circuncisión del corazón era una descripción de la verdadera dedicación al Señor.

31.1 Tomado de los Rollos del Mar Muerto y de la Septuaginta.

32.8 “Según sus dioses”: esta frase no está clara. El texto masorético tiene “según el número de los hijos de Israel”. Algunos de los Rollos del Mar Muerto y la Septuaginta tienen “según el número de dioses”. Si esta última es la lectura correcta, puede significar que cada nación fue separada y se le dieron sus fronteras según los dioses que adoraban.

32.10 “La persona que más amaba”: o “la niña de sus ojos”.

32.11 “Que vigila”: Lectura de la Septuaginta. Hebreo: “Que está despierta”.

32.11 “Te llevó consigo”: literalmente, “sobre sus piñones”, el nombre de una parte del ala de un ave, que a menudo no se usa en el lenguaje.

32.13 “Te dio el país alto para gobernar”: literalmente, “Lo puso en las espaldas de la nación”.

32.15 Literalmente, “Jesurún”, que significa: “el bueno”.

32.22 “La tumba”: literalmente, “Seol”.

32.31 Tomado de la Septuaginta.

32.43 Esta línea no está en el texto masorético, pero sí en los Pergaminos del Mar Muerto y la Septuaginta. También se cita en Hebreos 1:6.

32.43 Lectura según los Pergaminos del Mar Muerto y la Septuaginta.

32.43 “Pagará a los que lo odien”: Según la Septuaginta y la Vulgata.

33.5 “Israel”: literalmente, “Jesurún”. Ver 32:15. También el versículo 26.

33.9 Lo que significa que no estaba influenciado por la opinión de nadie en su familia.

33.19 “Pueblos”: No está claro si esto se refiere a otras tribus israelitas o a naciones extranjeras.

33.29 O “sus lugares altos”, los santuarios paganos.

34.9 Ver Números 27:18.

34.10 “Que fuera amigo íntimo del Señor”: literalmente, “a quien el Señor conoció cara a cara”.