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Reina-Valera 1865 Spanish translation

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LA PROFECÍA DE EZEQUIEL

1  1 Y fue que a los treinta años, en el mes cuarto, a los cinco del mes, estando yo en medio de los trasportados junto al río de Cobar, los cielos se abrieron, y ví visiones de Dios. 2 A los cinco del mes, que fue en el quinto año de la transmigración del rey Joacín, 3 Fue palabra de Jehová a Ezequiel sacerdote, hijo de Buzi, en la tierra de los Caldeos, junto al río de Cobar; y fue allí sobre él la mano de Jehová. 4 Y miré, y, he aquí, un viento tempestuoso venía de la parte del aquilón, y una gran nube, y un fuego, que venía revolviéndose, y tenía al derredor de sí un resplandor, y en medio del fuego una cosa que parecía como de ámbar. 5 Y en medio de ella venía una figura de cuatro animales; y este era su parecer: había en ellos una figura de hombre. 6 Y cada una tenía cuatro rostros, y cuatro alas. 7 Y los pies de ellos eran derechos, y la planta de sus pies como la planta de pie de becerro; y centelleaban que parecían metal acicalado. 8 Y tenían manos de hombre debajo de sus alas todos cuatro; y sus rostros, y sus alas en todos cuatro. 9 Con las alas se juntaban el uno al otro: no se volvían cuando andaban, cada uno caminaba en derecho de su rostro. 10 Y la figura de sus rostros era rostros de hombre, y rostros de león a la parte derecha en todos cuatro; y rostros de buey a la izquierda en todos cuatro; y rostros de águila en todos cuatro. 11 Tales pues eran sus rostros: mas sus alas tenían extendidas por encima cada uno dos, las cuales se juntaban; y las otras dos cubrían sus cuerpos. 12 Y cada uno caminaba en derecho de su rostro: hacia donde el espíritu era que anduviesen, andaban: no se volvían, cuando andaban. 13 Y la semejanza de los animales, su parecer, era como de carbones de fuego encendidos, como parecer de hachas encendidas: el fuego discurría entre los animales, y el resplandor del fuego: y del fuego salían relámpagos. 14 Y los animales corrían, y tornaban que parecían relámpagos. 15 Y estando yo mirando los animales, he aquí una rueda en la tierra, con sus cuatro caras junto a los animales. 16 Y el parecer de las ruedas, y su hechura, parecía de Társis. Y todas cuatro tenían una misma semejanza: su parecer, y su hechura, como es una rueda en medio de otra rueda. 17 Cuando andaban, andaban sobre sus cuatro costados: no se volvían cuando andaban. 18 Y sus costillas eran altas, y temerosas, y llenas de ojos al derredor, en todas cuatro. 19 Y cuando los animales andaban, las ruedas andaban junto a ellos; y cuando los animales se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban. 20 Hacia donde el espíritu era que anduviesen, andaban: hacia donde era el espíritu que anduviesen, las ruedas también se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los animales estaba en las ruedas. 21 Cuando ellos andaban, andaban ellas; y cuando ellos se paraban, se paraban ellas; y cuando se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los animales estaba en las ruedas. 22 Y sobre las cabezas de cada animal parecía un extendimiento a manera de cristal, maravilloso, extendido encima sobre sus cabezas. 23 Y debajo del extendimiento estaban las alas de ellos derechas la una a la otra, a cada uno dos; y otras dos con que se cubrían sus cuerpos. 24 Y oí el sonido de sus alas, como sonido de muchas aguas, como la voz del Omnipotente: cuando andaban, la voz de la palabra, como la voz de un ejército: cuando se paraban, aflojaban sus alas; 25 Y oíase voz de arriba del extendimiento, que estaba sobre sus cabezas: cuando se paraban, aflojaban sus alas. 26 Y sobre el extendimiento que estaba sobre sus cabezas había una figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sobre él encima. 27 Y ví una cosa que parecía como de ámbar, que parecía que había fuego dentro de ella, la cual se veía desde sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo, ví que parecía como fuego, y que tenía resplandor al derredor. 28 Que parecía al arco del cielo que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor al derredor. 29 Esta era la visión de la semejanza de la gloria de Jehová; y yo ví, y caí sobre mi rostro, y oí voz que hablaba. 2  1 Y díjome: Hijo del hombre, está sobre tus pies, y hablaré contigo. 2 Y entró espíritu en mí después que me habló; y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba. 3 Y díjome: Hijo del hombre, yo te envió a los hijos de Israel, a gentes rebeldes, que se rebelaron contra mí: ellos y sus padres se rebelaron contra mí, hasta este mismo día. 4 Y a hijos duros de rostros, y fuertes de corazón yo te envío; y decirles has: Así dijo el Señor Jehová. 5 Y ellos no oirán, ni cesarán, porque son casa rebelde: mas conocerán que hubo profeta entre ellos. 6 Y tú, o! hijo del hombre, no temas de ellos, ni hayas miedo de sus palabras, porque son rebeldes; y espinos viven contigo, y tu moras con abrojos: no hayas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde. 7 Hablarles has mis palabras, mas no oirán, ni cesarán, porque son rebeldes. 8 Mas tú, hijo del hombre, oye lo que yo te hablo: No seas rebelde como la casa rebelde: abre tu boca, y come lo que yo te doy. 9 Y miré, y, he aquí, una mano me fue enviada, y en ella había un libro envuelto. 10 Y extendióle delante de mí, y estaba escrito delante y detrás; y estaban en él escritas endechas, y lamentación, y ayes. 3  1 Y díjome: Hijo del hombre, come lo que hallares: come este envoltorio; y vé, y habla a la casa de Israel. 2 Y abrí mi boca, e hízome comer aquel envoltorio. 3 Y díjome: Hijo del hombre, haz a tu vientre que coma, e hinche tus entrañas de este envoltorio que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel. 4 Y díjome: Hijo del hombre, vé, y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con mis palabras. 5 Porque no eres enviado a pueblo de profunda habla, ni de lengua difícil, sino a la casa de Israel: 6 No a muchos pueblos, de profunda habla, ni de lengua difícil, cuyas palabras no entiendas; y si a ellos te enviara, ellos te oyeran. 7 Mas los de la casa de Israel, no te querrán oír, porque no me quieren oír a mí; porque toda la casa de Israel son fuertes de frente, y duros de corazón. 8 He aquí que yo he hecho tu rostro fuerte contra los rostros de ellos, y tu frente fuerte contra su frente. 9 Como diamante, más fuerte que pedernal he hecho tu frente: no los temas, ni hayas miedo delante de ellos, porque casa rebelde es. 10 Y díjome: Hijo del hombre, todas mis palabras que yo te hablaré, toma en tu corazón, y oye con tus oídos. 11 Y vé, y entra a los trasportados, a los hombres de tu pueblo; y hablarles has, y decirles has: Así dijo el Señor Jehová: no oirán, ni cesarán. 12 Y el espíritu me levantó, y oí detrás de mí una voz de grande estruendo de la bendita gloria de Jehová, que se iba de su lugar; 13 Y el sonido de las alas de los animales que se juntaban la una con la otra, y el sonido de las ruedas delante de ellos, y sonido de grande estruendo. 14 Y el espíritu me levantó, y me tomó; y me fue amargo con el descontento de mi espíritu, porque la mano de Jehová era fuerte sobre mí. 15 ¶ Y vine a los trasportados en Telabib, que moraban junto al río de Cobar; y asenté donde ellos estaban asentados: allí asenté siete días atónito entre ellos. 16 Y aconteció que al cabo de los siete días fue a mí palabra de Jehová, diciendo: 17 Hijo del hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel: oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y amonestarlos has de mi parte. 18 Cuando yo dijere al impío: Muerte morirás; y tú no le amonestares, ni le hablares, para que el impío sea amonestado de su mal camino, para que viva, el impío morirá por su maldad: mas su sangre demandaré de tu mano. 19 Y si tú amonestares al impío, y él no se convertiere de su impiedad, y de su mal camino, él morirá por su maldad; y tú escapaste tu alma. 20 Y cuando el justo se apartare de su justicia, e hiciere maldad, y yo pusiere tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste: en su pecado morirá, ni sus justicias que hizo vendrán en memoria: mas su sangre demandaré de tu mano. 21 Y si al justo amonestares, para que el justo no peque, y no pecare, viviendo vivirá, porque fue amonestado; y tú escapaste tu alma. 22 ¶ Y fue allí la mano de Jehová sobre mí, y díjome: Levántate, y sal al campo; y allí hablaré contigo. 23 Y levantéme, y salí al campo; y he aquí que allí estaba la gloria de Jehová, como la gloria que había visto junto al río de Cobar; y caí sobre mi rostro. 24 Entonces entró espíritu en mí, y me afirmó sobre mis pies, y me habló, y díjome: Entra, y enciérrate dentro de tu casa. 25 Y tú, o! hijo del hombre, he aquí que pondrán sobre ti cuerdas, y con ellas te ligarán: no salgas pues entre ellos. 26 Y haré apegar tu lengua a tu paladar, y serás mudo, porque no los reprendas; porque son casa rebelde. 27 Mas cuando yo te hubiere hablado, yo abriré tu boca, y decirles has: Así dijo el Señor Jehová: el que oye, oiga; y el que cesa, cese; porque casa rebelde son. 4  1 Y tú, o! hijo del hombre, tómate un adobe, y pónlo delante de ti, y pinta sobre él la ciudad de Jerusalem: 2 Y pondrás contra ella cerco, y edificarás contra ella fortaleza, y sacarás contra ella baluarte, y asentarás delante de ella campo, y pondrás contra ella batidores al derredor. 3 Y tú, tómate una sartén de hierro, y ponerla has en lugar de muro de hierro entre ti y la ciudad; y afirmarás tu rostro contra ella, y será en lugar de cerco, y cercarla has. Es señal a la casa de Israel. 4 ¶ Y tú dormirás sobre tu lado izquierdo y pondrás sobre él la maldad de la casa de Israel: el número de los días que dormirás sobre él, llevarás sobre ti la maldad de ellos. 5 Yo te he dado los años de su maldad por el número de los días, trescientos y noventa días; y llevarás sobre ti la maldad de la casa de Israel. 6 Y cumplidos estos, dormirás sobre tu lado derecho segunda vez; y llevarás sobre ti la maldad de la casa de Judá cuarenta días, día por año, día por año te lo he dado. 7 ¶ Y al cerco de Jerusalem afirmarás tu rostro, y descubierto tu brazo, profetizarás contra ella. 8 Y he aquí que yo puse sobre ti cuerdas, y no te tornarás del un tu lado al otro lado, hasta que hayas cumplido los días de tu cerco. 9 Y tú tómate trigo, y cebada, y habas, y lentejas, y mijo, y avena, y pónlo en un vaso, y hazte pan de ello el número de los días que durmieres sobre tu lado: trescientos y noventa días comerás de él. 10 Y la comida que has de comer será por peso de veinte siclos al día: de tiempo a tiempo lo comerás. 11 Y beberás el agua por medida, la sexta parte de un hin: de tiempo a tiempo beberás. 12 Y comerás pan de cebada cocido debajo de la ceniza; y cocerlo has con los estiércoles que salen del hombre, delante de los ojos de ellos. 13 Y dijo Jehová: Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo entre las gentes, a las cuales yo los lanzaré allá. 14 Y dije: ¡Ay, Señor Jehová! he aquí que mi alma no es inmunda, ni nunca desde mi mocedad hasta este tiempo comí cosa mortecina, ni despedazada, ni nunca en mi boca entró carne inmunda. 15 Y respondióme: He aquí, te doy estiércoles de bueyes en lugar de los estiércoles de hombre; y harás tu pan con ellos. 16 Y díjome: Hijo del hombre, he aquí que yo quebranto la fuerza del pan en Jerusalem; y comerán el pan por peso, y con angustia; y beberán el agua por medida, y con espanto: 17 Porque les faltará el pan y el agua, y espantarse han los unos con los otros; y desmayarse han por su maldad. 5  1 Y tú o! hijo del hombre, tómate un cuchillo agudo, una navaja de barbero: esta te toma, y házla pasar sobre tu cabeza y tu barba; y tómate un peso de balanzas, y repártelos. 2 La tercera parte quemarás con fuego en medio de la ciudad, cuando se cumplieren los días del cerco; y tomarás la otra tercera parte, y herirás con cuchillo al derredor de ella; y la otra tercera parte esparcirás al viento; y yo desvainaré espada en pos de ellos. 3 Y tomarás de allí unos pocos por cuenta, y atarlos has en el canto de tu ropa. 4 Y tomarás otra vez de ellos, y echarlos has en mitad del fuego, y quemarlos has en el fuego: de allí saldrá el fuego en toda la casa de Israel. 5 Así dijo el Señor Jehová: Esta es Jerusalem: yo la he puesto en medio de las naciones, y las tierras al derredor de ella. 6 Y ella mudó mis juicios y mis ordenanzas en impiedad más que las naciones, y más que las tierras que están al derredor de ella; porque desecharon mis juicios, y mis mandamientos, y no anduvieron en ellos. 7 Por tanto así dijo el Señor Jehová: Por haberos yo multiplicado más que a las naciones que están al derredor de vosotros, no habéis andado en mis mandamientos, ni habéis hecho según mis leyes, ni aun según las leyes de las naciones que están al rededor de vosotros habéis hecho: 8 Por tanto así dijo el Señor Jehová: He aquí, yo contra ti: sí, yo; y haré juicios en medio de ti delante de los ojos de las naciones. 9 Y haré en ti lo que nunca hice, ni jamás haré cosa semejante, a causa de todas tus abominaciones. 10 Por tanto los padres comerán a los hijos en medio de ti, y los hijos comerán a sus padres; y haré en ti juicios; y aventaré toda tu resta hacia todas partes. 11 Por tanto vivo yo, dijo el Señor Jehová, si por haber violado mi santuario con todas tus contaminaciones, y con todas tus abominaciones, no te quebrantaré yo también: ni mi ojo perdonará, ni aun yo habré misericordia. 12 La tercera parte de ti morirá de pestilencia, y será consumida de hambre en medio de ti; y la tercera parte caerá a espada al rededor de ti; y a la tercera parte esparciré en todos los vientos, y tras de ellos desvainaré espada. 13 Y acabarse ha mi furor, y haré que cese en ellos mi enojo, y tomaré consuelo; y sabrán que yo Jehová habré hablado en mi zelo, cuando habré cumplido en ellos mi enojo. 14 Y tornarte he en desierto, y en vergüenza entre las naciones que están al rededor de ti, delante de los ojos de todo pasante. 15 Y serás vergüenza, y deshonra, y castigo, y espanto a las naciones que están al derredor de ti, cuando yo hiciere en ti juicios en furor e ira, y en reprensiones de ira. Yo Jehová he hablado. 16 Cuando yo echaré las malas saetas de la hambre en ellos, que serán para destrucción, las cuales yo enviaré para destruiros, y aumentaré la hambre sobre vosotros, y quebrantaré entre vosotros, la fuerza del pan; 17 Y enviaré sobre vosotros hambre, y malas bestias que te destruirán; y pestilencia, y sangre pasará por ti, y meteré sobre ti espada: Yo Jehová he hablado. 6  1 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Hijo del hombre, pon tu rostro hacia los montes de Israel, y profetiza contra ellos; 3 Y dirás: Montes de Israel, oíd palabra del Señor Jehová: Así dijo el Señor Jehová a los montes y a los collados, a los arroyos y a los valles: He aquí que yo, yo, hago venir sobre vosotros espada, y destruiré vuestros altos. 4 Y vuestros altares serán asolados, y vuestras imágenes del sol serán quebradas; y haré que caigan vuestros muertos delante de vuestros ídolos. 5 Y pondré los cuerpos muertos de los hijos de Israel delante de sus ídolos, y vuestros huesos esparciré en derredor de vuestros altares. 6 En todas vuestras habitaciones las ciudades serán desiertas, y los altos serán asolados, para que sean asolados y se hagan desiertos vuestros altares; y vuestros ídolos serán quebrados, y cesarán; y vuestras imágenes del sol serán destruidas, y serán deshechas vuestras obras. 7 Y muertos caerán en medio de vosotros, y sabréis que soy Jehová. 8 Y dejaré que haya de vosotros quien escape de la espada entre las naciones, cuando fuereis esparcidos por las tierras. 9 Y acordarse han de mí, los que de vosotros escaparen entre las naciones, entre las cuales serán cautivos; porque yo me quebranté a causa de su corazón fornicario, que se apartó de mí, y a causa de sus ojos, que fornicaron tras sus ídolos; y serán confusos en su misma presencia, a causa de los males que hicieron en todas sus abominaciones. 10 Y sabrán que yo soy Jehová, y que no en vano dije que les había de hacer este mal. 11 Así dijo el Señor Jehová: Hiere con tu mano, y patea con tu pie, y dí: ¡Ay, por todas las abominaciones de los males de la casa de Israel! porque con espada, y con hambre, y con pestilencia caerán. 12 El que estuviere lejos, morirá de pestilencia; y el que estuviere cerca, caerá con espada; y el que quedare, y el cercado, morirá de hambre; y cumpliré en ellos mi enojo. 13 Y sabréis que yo soy Jehová, cuando sus muertos estarán en medio de sus ídolos, en derredor de sus altares, en todo collado alto, y en todas las cumbres de los montes, y debajo de todo árbol sombrío, y debajo de toda encina espesa, y en todo lugar donde dieron olor suave a todos sus ídolos. 14 Y extenderé mi mano sobre ellos, y tornaré la tierra asolada, y espantosa, desde el desierto de Deblata hasta todas sus habitaciones; y sabrán que yo soy Jehová. 7  1 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Y tú, o! hijo del hombre, así dijo el Señor Jehová a la tierra de Israel: El fin, el fin viene sobre los cuatro cantones de la tierra. 3 Ahora será el fin sobre ti; y enviaré sobre ti mi furor, y juzgarte he según tus caminos, y pondré sobre ti todas tus abominaciones. 4 Y mi ojo no te perdonará, ni tendré misericordia: mas tus caminos pondré sobre ti, y tus abominaciones estarán en medio de ti; y sabréis que yo soy Jehová. 5 Así dijo el Señor Jehová: Un mal, he aquí que viene un mal. 6 El fin viene, el fin viene: despertádose ha contra ti: he aquí que viene. 7 La mañana viene para ti, o! morador de la tierra: el tiempo viene, cercano es el día del alboroto, y no será eco de los montes. 8 Ahora presto derramaré mi ira sobre ti, y cumpliré en ti mi furor; y juzgarte he según tus caminos, y pondré sobre ti todas tus abominaciones. 9 Y mi ojo no perdonará, ni habré misericordia: según tus caminos, pondré sobre ti, y tus abominaciones serán en medio de ti; y sabréis que yo soy Jehová que hiero. 10 He aquí el día, he aquí que viene, la mañana ha salido: florecido ha el báculo: reverdecido ha la soberbia. 11 La violencia se ha levantado en vara de impiedad: ni de ellos, ni de sus riquezas, ni de lo de ellos quedará nada, ni aun habrá lamentación por ellos. 12 El tiempo es venido, allegóse el día. El que compra, no se huelgue; y el que vende, no llore; porque la ira está sobre toda su multitud. 13 Porque el que vende no tornará a la venta, aunque queden vivos; porque la visión es dada sobre toda su multitud, no se cancelará; y ninguno en su iniquidad de su vida se esforzará. 14 Tocarán trompeta, y aparejarán todas las cosas, y no habrá quien vaya a la batalla; porque mi ira está sobre toda su multitud. 15 De fuera espada, de dentro pestilencia y hambre. El que estuviere en el campo, morirá a cuchillo; y al que estuviere en la ciudad, hambre y pestilencia le consumirá. 16 Y los que escaparen de ellos, estarán sobre los montes como palomas de los valles, gimiendo todos, cada uno por su iniquidad. 17 Todas manos serán descoyuntadas, y todas rodillas se escurrirán en aguas. 18 Y ceñirse han de sacos, y cubrirlos ha temblor; y en todo rostro habrá vergüenza, y en todas sus cabezas peladura. 19 Arrojarán su plata por las calles, y su oro lejos: su plata, ni su oro, no los podrá librar en el día del furor de Jehová: no hartarán su alma, ni henchirán sus entrañas; porque será caída por su maldad. 20 Porque la gloria de su ornamento pusieron en soberbia; e hicieron en ella imágenes de sus abominaciones, de sus estatuas: por tanto se la torné a ellos en alejamiento; 21 Y en mano de extraños la entregué para ser saqueada, y en despojos a los impíos de la tierra, y contaminarla han. 22 Y apartaré de ellos mi rostro, y violarán mi secreto, y entrarán en él destruidores, y contaminarlo han. 23 Haz una cadena; porque la tierra es llena de juicio de sangres, y la ciudad es llena de violencia. 24 Yo pues traeré los más malos de todas las gentes, los cuales poseerán sus casas; y haré cesar la soberbia de los poderosos, y sus santuarios serán profanados. 25 Destrucción viene, y buscarán la paz, y no se hallará. 26 Quebrantamiento sobre quebrantamiento vendrá, y oído sobre oído; y buscarán visión del profeta, y la ley perecerá del sacerdote, y el consejo de los ancianos. 27 El rey se enlutará, y el príncipe se vestirá de asolamiento, y las manos del pueblo de la tierra serán conturbadas. Según su camino haré con ellos, y con los juicios de ellos los juzgaré; y sabrán que yo soy Jehová. 8  1 Y aconteció en el sexto año, en el mes sexto, a los cinco del mes, que yo estaba sentado en mi casa, y los ancianos de Judá estaban sentados delante de mí, y allí cayó sobre mí la mano del Señor Jehová. 2 Y miré, y he aquí una semejanza que parecía de fuego: desde donde parecían sus lomos para abajo, era fuego; y desde sus lomos arriba parecía como un resplandor, como la vista de un ámbar. 3 Y aquella semejanza extendió la mano, y tomóme por las guedejas de mi cabeza; y el espíritu me alzó entre el cielo y la tierra, y llevóme a Jerusalem en visiones de Dios, a la entrada de la puerta de adentro que mira hacia el aquilón, donde estaba la habitación de la imagen del zelo, la que hacía zelar. 4 Y he aquí que allí estaba la gloria del Dios de Israel, como la visión que yo había visto en el campo. 5 Y díjome: Hijo del hombre, alza ahora tus ojos camino del aquilón. Y alcé mis ojos camino del aquilón, y he aquí al aquilón, junto a la puerta del altar, la imagen del zelo en la entrada. 6 Y díjome: Hijo del hombre, ¿no ves lo que estos hacen: las grandes abominaciones que la casa de Israel hace aquí para alejarme de mi santuario? mas vuélvete aun, y verás abominaciones mayores. 7 Y llevóme a la entrada del patio, y miré, y he aquí un agujero que estaba en la pared. 8 Y díjome: Hijo del hombre, cava ahora en la pared. Y cavé en la pared, y he aquí una puerta. 9 Y díjome: Entra, y vé las malas abominaciones que estos hacen allí. 10 Y entré, y miré, y he aquí imágenes de todas serpientes y animales: la abominación, y todos los ídolos de la casa de Israel, que estaban pintados en la pared al derredor. 11 Y setenta varones de los ancianos de la casa de Israel, y Jezonías, hijo de Safán, estaba en medio de ellos, los cuales estaban delante de ellos, cada uno con su incensario en su mano; y espesura de niebla del sahumerio que subía. 12 Y díjome: Hijo del hombre, ¿has visto las cosas que los ancianos de la casa de Israel hacen en tinieblas, cada uno en las cámaras de su pintura? Porque dicen: No nos vé Jehová: Jehová ha dejado la tierra. 13 Y díjome: Vuélvete aun, verás abominaciones mayores, que hacen estos. 14 Y llevóme a la entrada de la puerta de la casa de Jehová, que está al aquilón; y he aquí mujeres que estaban allí sentadas endechando a Tammuz. 15 Y díjome: ¿No ves, hijo del hombre? Vuélvete aun, verás abominaciones mayores que estas. 16 Y metióme en el patio de adentro de la casa de Jehová; y he aquí junto a la entrada del templo de Jehová, entre la entrada y el altar, como veinte y cinco varones, sus traseras vueltas al templo de Jehová, y sus rostros al oriente, y se encorvaban al nacimiento del sol. 17 Y díjome: ¿No has visto, hijo del hombre? ¿Es cosa liviana para la casa de Judá hacer las abominaciones que hacen aquí? después que han henchido la tierra de maldad, y se tornaron a irritarme, he aquí que ponen hedor a sus narices. 18 Pues también yo haré en mi furor, no perdonará mi ojo, ni tendré misericordia; y gritarán a mis oídos con gran voz, y no los oiré. 9  1 Y clamó en mis oídos con gran voz, diciendo: Las visitaciones de la ciudad han llegado, y cada uno trae en su mano su instrumento para destruir. 2 Y he aquí que seis varones venían de camino de la puerta de arriba que está vuelta al aquilón, y cada uno traía en su mano su instrumento para destruir; y entre ellos había un varón vestido de lienzos, el cual traía a su cinta una escribanía de escribano; y entrados, paráronse junto al altar de metal. 3 Y la gloria del Dios de Israel se alzó de sobre el querubín, sobre el cual había estado, al umbral de la casa; y llamó al varón vestido de lienzos, que tenía a su cinta la escribanía de escribano. 4 Y díjole Jehová: Pasa por medio de la ciudad, por medio de Jerusalem, y señala con una señal en las frentes a los varones que gimen, y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella. 5 Y dijo a los otros a mis oídos: Pasád por la ciudad en pos de él, y heríd: no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. 6 Viejos, mozos, y vírgenes, niños, y mujeres matád, hasta que no quede ninguno: mas a todo hombre sobre el cual hubiere señal, no llegaréis; y comenzaréis desde mi santuario. Y comenzaron desde los varones ancianos que estaban delante del templo. 7 Y díjoles: Contaminád la casa, y henchíd los patios de muertos: salíd. Y salieron, e hirieron en la ciudad. 8 Y aconteció, que habiéndolos herido, yo quedé, y postréme sobre mi rostro, y clamé, y dije: Ah, Señor Jehová, ¿has de destruir todo el resto de Israel, derramando tu furor sobre Jerusalem? 9 Y díjome: La maldad de la casa de Israel y de Judá es grande a maravilla; porque la tierra es llena de sangres, y la ciudad es llena de perversidad; porque han dicho: Dejado ha Jehová la tierra, y Jehová no ve. 10 Y yo también, no perdonará mi ojo, ni tendré misericordia: el camino de ellos tornaré sobre su cabeza. 11 Y he aquí que el varón vestido de lienzos, que tenía la escribanía a su cinta, respondió una palabra, diciendo: Hecho he conforme a todo lo que me mandaste. 10  1 Y miré, y he aquí sobre el extendimiento que estaba sobre la cabeza de los querubines, como una piedra de zafiro, que parecía como semejanza de un trono, que se mostró sobre ellos. 2 Y dijo al varón vestido de lienzos: díjole: Entra en medio de las ruedas debajo de los querubines, e hinche tus manos de carbones encendidos de entre los querubines, y derrama sobre la ciudad. Y entró delante de mis ojos. 3 Y los querubines estaban a la mano derecha de la casa cuando este varón entró; y una nube henchía el patio de a dentro. 4 Y la gloria de Jehová se había alzado del querubín al umbral de la puerta; y la casa fue llena de la nube, y el patio se hinchió del resplandor de la gloria de Jehová. 5 Y el estruendo de las alas de los querubines se oyó hasta el patio de afuera, como la voz del Dios Omnipotente cuando habla. 6 Y aconteció, que como mandó al varón vestido de lienzos, diciendo: Toma fuego de entre las ruedas, de entre los querubines: él entró y se paró entre las ruedas. 7 Y un querubín extendió su mano de entre los querubines al fuego que estaba entre los querubines; y tomó, y puso en las palmas del que estaba vestido de lienzos, el cual lo tomó, y salióse. 8 Y apareció en los querubines la figura de una mano humana debajo de sus alas. 9 Y miré, y he aquí cuatro ruedas junto a los querubines: junto a cada querubín había una rueda, y el parecer de las ruedas era como parecer de piedra de Társis. 10 Y el parecer de ellas, todas cuatro eran de una manera, como si fuera una en medio de otra. 11 Cuando andaban, sobre sus cuatro costados andaban, no se tornaban cuando andaban: mas al lugar donde se volvía el primero, en pos de él iban, ni se tornaban cuando andaban. 12 Y toda su carne, y sus costillas, y sus manos, y sus alas, y las ruedas, estaba lleno de ojos al derredor en sus cuatro ruedas. 13 A las ruedas, a ellas, fue clamado en mis oídos: Rueda. 14 Y cada uno tenía cuatro rostros: el primer rostro era de querubín: el segundo rostro era de hombre: el tercer rostro, de león: el cuarto rostro, de águila. 15 Y levantáronse los querubines: estos son los animales que ví en el río de Cobar. 16 Y cuando los querubines andaban, andaban las ruedas junto con ellos; y cuando los querubines alzaban sus alas, para alzarse de la tierra, las ruedas también no se volvían de junto a ellos. 17 Cuando se paraban ellos, se paraban; y cuando se alzaban ellos, se alzaban con ellos, porque el espíritu de los animales estaba en ellas. 18 Y la gloria de Jehová se salió de sobre el umbral de la casa, y paró sobre los querubines. 19 Y alzando los querubines sus alas, alzáronse de la tierra delante de mis ojos: cuando ellos salían, también las ruedas estaban delante de ellos; y paráronse a la entrada de la puerta oriental de la casa de Jehová, y la gloria del Dios de Israel encima de sobre ellos. 20 Estos eran los animales que ví debajo del Dios de Israel en el río de Cobar; y conocí que eran querubines. 21 Cada uno tenía cuatro rostros, y cada uno cuatro alas, y figura de manos humanas debajo de sus alas. 22 Y la figura de sus rostros, eran los rostros que ví junto al río de Cobar, su parecer; y su ser: cada uno caminaba en derecho de su rostro. 11  1 Y el espíritu me levantó, y me metió por la puerta oriental de la casa de Jehová, la cual mira hacia el oriente; y he aquí en la entrada de la puerta veinte y cinco varones, entre los cuales ví a Jezonías, hijo de Azur, y a Pelcías, hijo de Banaías, príncipes del pueblo. 2 Y díjome: Hijo del hombre, estos son los hombres que piensan perversidad, y aconsejan mal consejo en esta ciudad. 3 Los que dicen: No será tan presto: edifiquemos casas: esta será la caldera, y nosotros la carne. 4 Por tanto profetiza contra ellos: profetiza, hijo del hombre. 5 Y cayó sobre mí el Espíritu de Jehová, y díjome: Dí: Así dijo Jehová: Así habéis hablado, o! casa de Israel, y las cosas que suben a vuestro espíritu yo las he entendido. 6 Habéis multiplicado vuestros muertos en esta ciudad, y habéis henchido de muertos sus calles. 7 Por tanto así dijo el Señor Jehová: Vuestros muertos que habéis puesto en medio de ella, esos son la carne, y ella es la caldera: mas a vostros yo os sacaré de en medio de ella. 8 Espada habéis temido, y espada traeré sobre vosotros, dijo el Señor Jehová. 9 Y yo os sacaré de en medio de ella, y os entregaré en mano de extraños, y yo haré juicios en vosotros. 10 A espada caeréis: en el término de Israel os juzgaré, y sabréis que yo soy Jehová. 11 Esta no os será por caldera, ni vosotros seréis en medio de ella por la carne: en el término de Israel os tengo de juzgar. 12 Y sabréis que yo soy Jehová, porque no habéis andado en mis ordenanzas, ni habéis hecho según mis juicios: mas según los juicios de las gentes que están en vuestros al derredores habéis hecho. 13 Y aconteció que estando yo profetizando, Pelcías, hijo de Banaías, murió. Y caí sobre mi rostro, y clamé con grande voz, y dijo: ¡Ah, Señor Jehová! ¿haces tú consumación del resto de Israel? 14 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 15 Hijo del hombre, tus hermanos, tus hermanos, los hombres de tu parentesco, y toda la casa de Israel, toda ella: a quien dijeron los moradores de Jerusalem: Alejáos de Jehová: a nosotros es dada la tierra en posesión, 16 ¶ Por tanto dí: Así dijo el Señor Jehová: Aunque los he echado lejos entre las gentes, y los he esparcido por las tierras, con todo eso les seré por un pequeño santuario en las tierras donde vinieren. 17 Por tanto dí: Así dijo el Señor Jehová: Yo os congregaré de los pueblos, y os apañaré de las tierras en las cuales estáis esparcidos, y os daré la tierra de Israel. 18 Y vendrán allá, y quitarán de ella todas sus contaminaciones, y todas sus abominaciones. 19 Y darles he un corazón, y espíritu nuevo daré en sus entrañas; y quitaré el corazón de piedra de su carne, y darles he corazón de carne; 20 Para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis juicios, y los hagan; y me sean a por pueblo, y yo les sea a ellos por Dios. 21 Y aquellos cuyo corazón anda al corazón de sus contaminaciones, y de sus abominaciones, yo daré su camino sobre su cabeza, dijo el Señor Jehová. 22 ¶ Y los querubines alzaron sus alas, y las ruedas en pos de ellos; y la gloria del Dios de Israel sobre ellos encima. 23 Y la gloria de Jehová se fue de en medio de la ciudad, y paró sobre el monte que está al oriente de la ciudad. 24 Y el espíritu me levantó, y me tornó a traer en la tierra de los Caldeos a los trasportados, en visión del Espíritu de Dios; y partióse de mí la visión que había visto. 25 Y hablé a los trasportados todas las palabras de Jehová, que él me había mostrado. 12  1 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Hijo del hombre, tú habitas en medio de casa rebelde, los cuales tienen ojos para ver, y no ven: tienen oídos para oír, y no oyen; porque son casa rebelde. 3 Por tanto tú, o! hijo del hombre, hazte aparejos de partida, y pártete de día delante de sus ojos; y pasarte has de tu lugar a otro lugar delante de sus ojos: quizá verán, porque son casa rebelde. 4 Y sacarás tus aparejos, como aparejos de partida, de día delante de sus ojos: mas tú saldrás a la tarde delante de sus ojos, como quien sale para partirse. 5 Delante de sus ojos horadarás la pared, y saldrás por ella. 6 Delante de sus ojos llevarás sobre tus hombros, sacarás de noche: cubrirás tu rostro, y no mirarás la tierra; porque en señal te he dado a la casa de Israel. 7 Y yo lo hice así de la manera que me fue mandado: saqué mis aparatos de día, como aparatos de partida, y a la tarde horadé la pared a mano: salí de noche: llevé sobre los hombros delante de sus ojos. 8 Y fue palabra de Jehová a mí por la mañana, diciendo: 9 Hijo del hombre, ¿nunca te dijeron los de la casa de Israel, aquella casa rebelde: Qué haces? 10 Díles pues: Así dijo el Señor Jehová: Al príncipe que está en Jerusalem es esta profecía grave, y a toda la casa de Israel que está en medio de ellos. 11 Díles: Yo soy vuestra señal: como yo hice, así les harán a ellos: en traspuesta, en cautividad irán: 12 Y el príncipe que está en medio de ellos llevará a cuestas de noche, y saldrá: horadarán la pared para sacarle por ella: cubrirá su rostro por no ver con sus ojos la tierra. 13 Mas yo extenderé mi red sobre él, y será preso de mi red, y traerle hé a Babilonia, a tierra de Caldeos: mas no la verá, y allá morirá. 14 Y a todos los que estuvieren al rededor de él para su ayuda, y a todas sus compañías esparciré a todo viento, y desvainaré espada en pos de ellos. 15 Y sabrán que yo soy Jehová, cuando los esparciere entre las naciones; y yo los esparciré por la tierra. 16 Y haré que queden de ellos pocos en número de la espada, y de la hambre, y de la pestilencia, para que cuenten todas sus abominaciones entre las gentes adonde llegaren; y sabrán que yo soy Jehová. 17 ¶ Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 18 Hijo del hombre, come tu pan con temblor, y bebe tus aguas con estremecimiento, y con angustia. 19 Y dirás al pueblo de la tierra: Así dijo el Señor Jehová sobre los moradores de Jerusalem, sobre la tierra de Israel: Su pan comerán con temor, y con espanto beberán sus aguas; porque su tierra será asolada de su multitud, por la maldad de todos los que en ella moran. 20 Y las ciudades habitadas serán asoladas, y la tierra será desierta; y sabréis que yo soy Jehová. 21 ¶ Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 22 Hijo del hombre, ¿qué refrán es este que tenéis vosotros en la tierra de Israel, diciendo: Alargarse han los días, y perecerá toda visión? 23 Por tanto díles: Así dijo el Señor Jehová: Yo hice cesar este refrán, ni refranearán más este refrán, en Israel: mas decirles has: Acercádose han aquellos días, y la cosa de toda visión. 24 Porque no habrá más alguna visión vana, ni habrá adivinación de lisonjero en medio de la casa de Israel. 25 Porque yo Jehová hablaré: la palabra que yo hablare, se hará: no se dilatará más; antes en vuestros días, casa rebelde, hablaré palabra, y la cumpliré, dijo el Señor Jehová. 26 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 27 Hijo del hombre, he aquí que los de la casa de Israel, dicen: La visión que este ve es para muchos días, y para luengos tiempos profetiza este. 28 Por tanto díles: Así dijo el Señor Jehová: No se dilatarán más todas mis palabras: la palabra que hablare, se hará, dijo el Señor Jehová. 13  1 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Hijo del hombre, profetiza contra los profetas de Israel que profetizan; y di a los que profetizan de su corazón: Oíd palabra de Jehová. 3 Así dijo el Señor Jehová: ¡Ay de los profetas ignorantes, que andan en pos de su espíritu, y nada vieron! 4 Como zorras en los desiertos fueron tus profetas, o! Israel. 5 Nunca subisteis a los portillos, ni echasteis vallado sobre la casa de Israel, estando en la batalla en el día de Jehová. 6 Vieron vanidad, y adivinación de mentira. Dicen: Dijo Jehová: y nunca Jehová los envió; y hacen esperar para confirmar la palabra. 7 ¿No habéis visto visión vana? ¿y no habéis dicho adivinación de mentira? ¿y decís: Dijo Jehová: no habiendo yo hablado? 8 Por tanto así dijo el Señor Jehová: Por cuanto vosotros habéis hablado vanidad, y habéis visto mentira: por tanto he aquí que yo a vosotros, dijo el Señor Jehová. 9 Y será mi mano contra los profetas que ven vanidad, y adivinan mentira: no serán en la congregación de mi pueblo, ni serán escritos en el libro de la casa de Israel, ni volverán a la tierra de Israel; y sabréis que yo soy el Señor Jehová. 10 Por tanto, y por cuanto engañaron mi pueblo, diciendo: Paz, no habiendo paz; y el uno edificaba la pared, y he aquí que los otros la embarraban con lodo suelto. 11 Di a los embarradores con lodo suelto, que caerá: vendrá lluvia en avenida, y daré piedras de granizo que la hagan caer, y viento tempestuoso la romperá. 12 Y he aquí que la pared cayó. No os dirán entonces: ¿Dónde está la embarradura con que embarrasteis? 13 Por tanto así dijo el Señor Jehová: Y yo haré que la rompa viento tempestuoso con mi ira, y lluvia en avenida venga con mi furor, y piedras de granizo con mi enojo para consumir. 14 Y derribaré la pared que vosotros embarrasteis con lodo suelto, y hacerla he llegar a tierra, y será descubierto su cimiento, y caerá, y seréis consumidos en medio de ella; y sabréis que yo soy Jehová. 15 Y cumpliré mi furor en la pared, y en los que la embarraron con lodo suelto, y deciros he: No parece la pared, ni parecen los que la embarraron: 16 Los profetas de Israel que profetizan a Jerusalem, y ven para ella visión de paz, no habiendo paz, dijo el Señor Jehová. 17 Y tú, o! hijo del hombre, pon tu rostro a las hijas de tu pueblo, que profetizan de su corazón, y profetiza contra ellas, 18 Y dí: Así dijo el Señor Jehová: ¡Ay de aquellas que cosen cojinetes a todos codos de manos, y hacen veletas sobre la cabeza de toda edad, para cazar las almas! ¿Habéis de cazar las almas de mi pueblo? ¿y habéis de dar vida a las almas para vosotros? 19 ¿Y habéisme de contaminar en mi pueblo por puños de cebada, y por pedazos de pan, matando las almas que no mueren, y dando vida a las almas que no vivirán, mintiendo a mi pueblo que oye mentira? 20 Por tanto así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo a vuestros cojinetes, con que cazáis allí las almas volando: yo los arrancaré de vuestros brazos, y enviaré las almas que cazáis, las almas volando. 21 Y romperé vuestras veletas, y libraré mi pueblo de vuestra mano, y no estarán más en vuestra mano para caza; y sabréis que yo soy Jehová. 22 Por cuanto entristecisteis el corazón del justo con mentira, al cual yo no entristecí; y esforzasteis las manos del impío, para que no se apartase de su mal camino dándole vida: 23 Por tanto no veréis vanidad, ni más adivinaréis adivinación; y libraré mi pueblo de vuestra mano; y sabréis que yo soy Jehová. 14  1 Y vinieron a mí algunos de los ancianos de Israel, y sentáronse delante de mí. 2 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 3 Hijo del hombre, estos hombres han levantado sus ídolos sobre su corazón; y el tropezadero de su maldad han puesto delante de su rostro: ¿cuándo me preguntaren, téngoles de responder? 4 Por tanto háblales, y decirles has: Así dijo el Señor Jehová: Cualquiera hombre de la casa de Israel, que hubiere levantado sus ídolos sobre su corazón, y hubiere puesto el tropezadero de su maldad delante de su rostro, y viniere al profeta, yo Jehová responderé al que así viniere en la multitud de sus ídolos: 5 Para tomar a la casa de Israel en su corazón, que se han apartado de mí todos ellos en sus ídolos. 6 Por tanto di a la casa de Israel: Así dijo el Señor Jehová: Convertíos, y hacéd que se conviertan de vuestros ídolos; y de todas vuestras abominaciones apartád vuestros rostros. 7 Porque cualquiera hombre de la casa de Israel, y de los extranjeros que moran en Israel, que se hubiere apartado de andar en pos de mí, y hubiere levantado sus ídolos en su corazón, y hubiere puesto delante de su rostro el tropezadero de su maldad, y viniere al profeta para preguntarle por mí, yo Jehová le responderé por mí. 8 Y yo pondré mi rostro contra aquel varón, y le pondré por señal, y por refranes, y yo le cortaré de entre mi pueblo; y sabréis que yo soy Jehová. 9 Y el profeta cuando fuere engañado, y hablare palabra, yo Jehová engañé el tal profeta; y yo extenderé mi mano sobre él, y le raeré de en medio de mi pueblo de Israel. 10 Y llevarán su maldad: como la maldad del que pregunta, así será la maldad del profeta: 11 Porque no yerren más los de la casa de Israel de en pos de mí, ni más se contaminen en todas sus rebeliones; y me sean a por pueblo, y yo les sea a ellos por Dios, dijo el Señor Jehová. 12 ¶ Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 13 Hijo del hombre, la tierra, cuando pecare contra mí rebelando de rebelión, y extendiere yo mi mano sobre ella, y le quebrantare la fuerza del pan, y enviare en ella hambre, y talare de ella hombres y bestias; 14 Si estuvieren en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel, y Job, ellos por su justicia librarán su vida, dijo el Señor Jehová. 15 Y si hiciere pasar mala bestia por la tierra, y la asolare, y fuere asolada que no haya quien pase a causa de la bestia, 16 Y estos tres varones estuvieren en medio de ella, vivo yo, dijo el Señor Jehová, ni a sus hijos, ni a sus hijas librarán: ellos solos serán libres, y la tierra será asolada. 17 O si yo trajere espada sobre la tierra, y dijere: Espada, pasa por la tierra; e hiciere talar de ella hombres y bestias, 18 Y estos tres varones estuvieren en medio de ella, vivo yo, dijo el Señor Jehová, no librarán sus hijos, ni sus hijas: ellos solos serán libres. 19 O si pestilencia enviare sobre esa tierra, y derramare mi ira sobre ella en sangre para talar de ella hombres y bestias. 20 Y estuvieren en medio de ella Noé, y Daniel, y Job, vivo yo, dijo el Señor Jehová, no librarán a su hijo, ni a su hija: ellos por su justicia librarán su vida. 21 Por lo cual así dijo el Señor Jehová: ¿Cuánto más, si mis cuatro malos juicios, espada, y hambre, y mala bestia, y pestilencia, enviare contra Jerusalem, para talar de ella hombres y bestias? 22 Y he aquí que quedará en ella alguna resta de los cuales serán llevados cautivos sus hijos y sus hijas: he aquí que ellos entrarán a vosotros, y veréis su camino, y sus hechos; y tomaréis consolación del mal que hice venir sobre Jerusalem, de todas las cosas que yo traje sobre ella. 23 Y consolaros han cuando viereis su camino y sus hechos: y conoceréis que no sin causa habré hecho todo lo que habré hecho en ella, dijo el Señor Jehová. 15  1 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Hijo del hombre, ¿qué es el palo de la vid más que todo palo? ¿el sarmiento, qué es entre los maderos del monte? 3 ¿Tomarán de él madera para hacer alguna obra? ¿Tomarán de él una estaca para colgar de ella algún vaso? 4 He aquí que es puesto en el fuego para ser consumido, sus dos cabos consumió el fuego, y la parte del medio se quemó: ¿aprovechará para alguna obra? 5 He aquí que cuando estaba entero, no era para alguna obra, ¿cuánto menos después que el fuego lo hubiere consumido, y fuere quemado? ¿será más para alguna obra? 6 Por tanto así dijo el Señor Jehová: Como el palo de la vid entre los maderos del monte, el cual yo entregué al fuego, para que lo consuma, así he entregado a los moradores de Jerusalem. 7 Y pondré mi rostro contra ellos; de un fuego salieron, y otro fuego los consumirá; y sabréis que yo soy Jehová, cuando yo pusiere mi rostro contra ellos. 8 Y tornaré la tierra en asolación, por cuanto rebelaron con rebelión, dijo el Señor Jehová. 16  1 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Hijo del hombre, notifica a Jerusalem sus abominaciones; 3 Y dirás: Así dijo el Señor Jehová sobre Jerusalem: Tu habitación, y tu raza, fue de la tierra de Canaán: tu padre, Amorreo; y tu madre, Jetea. 4 Y tu nacimiento: el día que naciste, no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas, para ablandarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas. 5 No hubo ojo que se compadeciese de ti, para hacerte algo de esto, habiendo de ti misericordia: mas fuiste echada sobre la haz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste. 6 Y yo pasé junto a ti, y te ví revolcada en tus sangres; y te dije: En tus sangres vivirás: díjete: En tus sangres vivirás. 7 En millares, como la yerba del campo, te hice multiplicar, y fuiste aumentada, y engrandecida; y veniste a ser adornada grandemente: los pechos crecieron, y tu pelo reverdeció; y tú estabas desnuda y descubierta. 8 Y yo pasé junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez: y te di juras, y entré en concierto contigo, dijo el Señor Jehová, y fuiste mía. 9 Y lavéte con aguas, y lavé tus sangres de encima de ti, y ungíte con óleo. 10 Y vestíte de bordadura, y calcéte de tejón, y ceñíte de lino, y te vestí de seda. 11 Y adornéte de ornamentos, y puse ajorcas en tus brazos, y collar a tu cuello. 12 Y puse cerquillos sobre tus narices, y zarcillos en tus orejas, y diadema de hermosura en tu cabeza. 13 Y fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido fue lino, y seda, y bordadura; comiste flor de harina de trigo, y miel, y aceite; y fuiste hermoseada en gran manera, en gran manera; y has prosperado hasta reinar. 14 Y te salió nombradía entre las gentes a causa de tu hermosura, porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dijo el Señor Jehová. 15 Mas confiaste en tu hermosura, y fornicaste a causa de tu nombradía, y derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron: suya eras. 16 Y tomaste de tus vestidos, e hicístete altares de diversos colores, y fornicaste en ellos: no vendrá, ni será cosa semejante. 17 Y tomaste los vasos de tu hermosura de mi oro y de mi plata, que yo te había dado, e hicístete imágenes de hombre, y fornicaste con ellos. 18 Y tomaste tus vestidos de diversos colores, y cubrístelas; y mi aceite, y mi perfume pusiste delante de ellas. 19 Y mi pan, que yo te había dado, la flor de la harina, y el aceite, y la miel, con que te mantuve, pusiste delante de ellas para olor suave; y fue así, dijo el Señor Jehová. 20 Demás de esto, tomaste tus hijos y tus hijas, que me habías engendrado; y los sacrificaste a ellas para consumación. ¿Es poco, esto de tus fornicaciones? 21 Y sacrificaste mis hijos, y dístelos para que los hiciesen pasar a ellas. 22 Y con todas tus abominaciones y tus fornicaciones no te has acordado de los días de tu mocedad, cuando estabas desnuda y descubierta: envuelta en tus sangres estabas. 23 Y fue que después de toda tu maldad, (¡ay, ay de ti! dijo el Señor Jehová,) 24 Edificástete alto, e hicístete altar en todas las plazas. 25 En toda cabeza de camino edificaste tu altar, y tornaste abominable tu hermosura, y abriste tus pies a cuantos pasaban, y multiplicaste tus fornicaciones. 26 Y fornicaste con los hijos de Egipto tus vecinos, de grandes carnes; y aumentaste tus fornicaciones para enojarme. 27 Por tanto he aquí que yo extendí mi mano sobre ti, y disminuí tu libertad; y te entregué a la voluntad de las hijas de los Filisteos que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu camino tan deshonesto. 28 Fornicaste también con los hijos de Asur por no haberte hartado; y fornicaste con ellos, y tampoco te hartaste. 29 Más multiplicaste tu fornicación en la tierra de Canaán, y de los Caldeos: ni tampoco con esto te hartaste. 30 ¡Cuán inconstante es tu corazón, dijo el Señor Jehová, habiendo hecho todas estas cosas, obras de una poderosa ramera! 31 Edificando tus altares en cabeza de todo camino, y haciendo tus altares en todas las plazas; y no fuiste semejante a ramera, menospreciando el salario: 32 Mas como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos. 33 A todas las rameras dan dones: mas tú diste tus dones a todos tus enamorados; y les diste presentes, porque entrasen a ti de todas partes por tus fornicaciones. 34 Y ha sido en ti al contrario de las mujeres en tus fornicaciones, ni nunca después de ti será así fornicado; porque en dar tú dones, y no ser dados dones a ti, ha sido al contrario. 35 Por tanto, ramera, oye palabra de Jehová. 36 Así dijo el Señor Jehová: Por cuanto han sido descubiertas tus vergüenzas, y tu confusión ha sido manifestada a tus enamorados en tus fornicaciones, y a los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste: 37 Por tanto he aquí que yo junto todos tus enamorados con los cuales tomaste placer, y todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y juntarlos he contra ti al derredor, y descubrirles he tu vergüenza, y verán toda tu vergüenza. 38 Y yo te juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las que derraman sangre; y te daré en sangre de ira y de zelo. 39 Y darte he en la mano de ellos, y destruirán tu alto, y derribarán tus altares, y hacerte han desnudar de tus ropas, y llevarán los vasos de tu gloria, y dejarte han desnuda y descubierta. 40 Y harán subir contra ti la compañía, y apedrearte han a piedra, y travesarte han con sus espadas. 41 Y quemarán tus casas a fuego, y harán en ti juicios a ojos de muchas mujeres; y hacerte he cesar de ser ramera, ni tampoco darás más don. 42 Y haré reposar mi ira sobre ti; y mi zelo se apartará de ti, y descansaré de más enojarme. 43 Por cuanto no te acordaste de los días de tu mocedad, y me provocaste a ira en todo esto: yo pues, también, he aquí que he tornado tu camino sobre tu cabeza, dijo el Señor Jehová, y nunca has pensado sobre todas tus abominaciones. 44 He aquí que todo proverbiador hará de ti proverbio, diciendo: Como la madre, tal su hija. 45 Hija de tu madre eres tú, que desechó a su marido, y a sus hijos; y hermana de tus hermanas eres tú, que desecharon a sus maridos, y a sus hijos. Vuestra madre, Jetea, y vuestro padre, Amorreo. 46 Y tu hermana mayor es Samaria y sus hijas, la cual habita a tu mano izquierda; y tu hermana la menor que tú es Sodoma y sus hijas, la cual habita a tu mano derecha. 47 Y aun no anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones, como que esto fuera poco y muy poco; antes te corrompiste más que ellas en todos tus caminos. 48 Vivo yo, dijo el Señor Jehová, nunca Sodoma, tu hermana y sus hijas, hizo como hiciste tú y tus hijas. 49 He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, hartura de pan, y abundancia de ociosidad tuvo ella y sus hijas; y la mano del afligido y del menesteroso nunca esforzó. 50 Y ensoberbeciéronse, e hicieron abominación delante de mí, y las quité como lo ví. 51 Y Samaria nunca pecó tanto como la mitad de tus pecados; porque tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y justificaste a tus hermanas con todas tus abominaciones que hiciste. 52 Tú también pues lleva tu vergüenza, que juzgaste a tus hermanas en tus pecados que hiciste más abominables que ellas: más justas son que tú: avergüénzate pues tú también, y lleva tu confusión: pues que has justificado a tus hermanas. 53 Yo pues haré tornar sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas, y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y los cautivos de tus cautiverios entre ellas: 54 Para que tú lleves tu confusión, y te avergüences de todo lo que has hecho, dándoles tu consuelo. 55 Y tus hermanas, Sodoma y sus hijas, y Samaria y sus hijas, volverán a sus primerías: tú también y tus hijas volveréis a vuestras primerías. 56 Sodoma tu hermana no fue nombrada en tu boca en el tiempo de tus soberbias, 57 Antes que tu maldad se descubriese, como en el tiempo de la vergüenza de las hijas de Siria, y de todas las hijas de los Filisteos al derredor, que te menosprecían en derredor. 58 Tú has llevado tu enormidad y tus abominaciones, dijo Jehová. 59 ¶ Porque así dijo el Señor Jehová: ¿Haré yo contigo como tú hiciste, que menospreciaste el juramento, para invalidar el concierto? 60 Antes yo tendré memoria de mi concierto, que concerté contigo en los días de tu mocedad; y yo te confirmaré un concierto sempiterno. 61 Y acordarte has de tus caminos, y avergonzarte has, cuando recibirás a tus hermanas las mayores que tú, con las menores que tú, las cuales yo te daré por hijas: mas no por tu concierto. 62 Y confirmaré mi concierto contigo, y sabrás que yo soy Jehová: 63 Para que te acuerdes, y te avergüences, y que nunca más abras la boca a causa de tu vergüenza, cuando me aplacare para contigo de todo lo que hiciste, dijo el Señor Jehová. 17  1 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Hijo del hombre, propón una figura, y compón una parábola a la casa de Israel; 3 Y dirás: Así dijo el Señor Jehová: Una grande águila, de grandes alas, y de luengos miembros, llena de pluma de diversos colores vino al Líbano, y tomó el cogollo del cedro. 4 Arrancó el principal de sus renuevos, y trájolo a la tierra de mercaderes, y púsolo en la ciudad de los negociantes. 5 Y tomó de la simiente de la tierra, y púsola en un campo bueno para sembrar, plantóla junto a grandes aguas, púsola como un sauce. 6 Y reverdeció, e hízose una vid de mucha rama, baja de estatura, que sus ramas la miraban, y sus raíces estaban debajo de ella: así que se hizo una vid, e hizo sarmientos, y echó mugrones. 7 Y fue otra grande águila, de grandes alas, y de muchas plumas; y he aquí que esta vid juntó cerca de ella sus raíces, y extendió hacia ella sus ramos, para ser regada de ella por los surcos de su plantación. 8 En un buen campo junto a muchas aguas fue plantada, para que hiciese ramos, y llevase fruto, y para que fuese vid fuerte. 9 Dí: Así dijo el Señor Jehová: ¿Será prosperada? ¿No arrancará sus raíces, y destruirá su fruto, y secarse ha? Todas las hojas de su verdura secará, y, no con gran brazo, ni con mucha gente, arrancándola de sus raíces. 10 Y he aquí que ella está plantada: ¿será prosperada? ¿Cuándo el viento solano la tocare, no se secará del todo? En los surcos de su verdura se secará. 11 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 12 Di ahora a la casa rebelde: ¿No habéis entendido que significan estas cosas? Dí: He aquí que el rey de Babilonia vino a Jerusalem, y tomó tu rey y sus príncipes, y trájolos consigo en Babilonia. 13 Y tomó de la simiente del reino, e hizo con él alianza, y trájole el juramento; y tomó los fuertes de la tierra, 14 Para que el reino fuese abajado, y no se levantase: mas que guardase su alianza, y estuviese en ella. 15 Y rebeló contra él enviando sus embajadores en Egipto, para que le diese caballos, y mucha gente. ¿El que estas cosas hizo, será prosperado? ¿escapará? ¿Y él que rompió la alianza, podrá huir? 16 Vivo yo, dijo el Señor Jehová, que en medio de Babilonia morirá: en el lugar del rey, que le hizo reinar, cuyo juramento menospreció, y cuya alianza con él hecha rompió. 17 Y no con grande ejército, ni con mucha compañía hará con él Faraón en la batalla, fundando baluarte, y edificando bastiones, para cortar muchas vidas. 18 Y menospreció el juramento para invalidar el concierto, y he aquí que dio su mano, e hizo todas estas cosas: no escapará. 19 Por tanto así dijo el Señor Jehová: Vivo yo, que el juramento mío que menospreció, y mi concierto que invalidó, tornaré sobre su cabeza. 20 Y extenderé sobre él mi red, y será preso en mi red; y hacerle he venir en Babilonia, y allí estaré a juicio con él, por su rebelión, con que rebeló contra mí. 21 Y todos sus fugitivos, con todos sus ejércitos, caerán a cuchillo; y los que quedaren, serán esparcidos a todo viento; y sabréis que yo Jehová he hablado. 22 Así dijo el Señor Jehová: Y tomaré yo del cogollo de aquel cedro alto, y ponerlo he: del principal de sus renuevos cortaré un tallo, y plantarlo he yo sobre el monte alto y sublime. 23 En el monte alto de Israel lo plantaré, y alzará ramos, y hará fruto; y hacerse ha cedro magnífico, y habitaran debajo de él todas las aves, toda cosa que vuela habitará a la sombra de sus ramos. 24 Y sabrán todos los árboles del campo, que yo Jehová abajé el árbol sublime, levanté el árbol bajo, hice secar el árbol verde, e hice reverdecer el árbol seco. Yo Jehová hablé, e hice. 18  1 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 ¿Qué habéis vosotros, vosotros que refranéais este refrán sobre la tierra de Israel, diciendo: Los padres comieron el agraz, y los dientes de los hijos tienen la dentera? 3 Vivo yo, dijo el Señor Jehová, que nunca más tendréis porque refranear este refrán en Israel. 4 He aquí que todas las almas son mías: como el alma del padre, así el alma del hijo, mías son: el alma que pecare, esa morirá. 5 Y el hombre que fuere justo, e hiciere juicio y justicia: 6 Que no comiere sobre los montes, ni alzare sus ojos a los ídolos de la casa de Israel, ni violare la mujer de su prójimo, ni llegare a la mujer en su mes, 7 Ni oprimiere a ninguno: al deudor tornare su prenda, no robare robo, diere de su pan al hambriento, y cubriere al desnudo con vestido: 8 No diere a logro, ni recibiere más de lo que hubiere dado: de la maldad retrajere su mano: juicio de verdad hiciere entre hombre y hombre: 9 En mis ordenanzas caminare, y guardare mis derechos para hacer según verdad: este es justo: este vivirá, dijo el Señor Jehová. 10 Y si engendrare hijo ladrón, derramador de sangre, o que haga alguna cosa de estas, 11 Y que no haga todas las demás; antes comiere sobre los montes, o violare la mujer de su prójimo, 12 Al pobre, y menesteroso oprimiere, robare robos, o no tornare la prenda, o alzare sus ojos a los ídolos, o hiciere abominación, 13 Diere a usura, y recibiere más de lo que dio, ¿este vivirá? No vivirá. ¿Todas estas abominaciones hizo? muerte morirá: su sangre será sobre él. 14 Y si engendrare hijo, el cual viere todos los pecados que su padre hizo, y viéndolos, no hiciere como ellos: 15 No comiere sobre los montes, ni alzare sus ojos a los ídolos de la casa de Israel: la mujer de su prójimo no violare, 16 Ni oprimiere a nadie: la prenda no empeñare, ni robare robos: al hambriento diere de su pan, y cubriere de vestido al desnudo: 17 Apartare su mano del pobre: usura, ni más de lo que dio, no recibiere, hiciere según mis derechos, anduviere en mis ordenanzas: este no morirá por la maldad de su padre: viviendo vivirá. 18 Su padre, por cuanto hizo agravio, robó robo del hermano, e hizo en medio de su pueblo lo que no es bueno, he aquí que él morirá por su maldad. 19 Y si dijereis: ¿Por qué el hijo no llevará por el pecado de su padre? Porque el hijo hizo juicio y justicia, guardó todas mis ordenanzas, e hizo según ellas: viviendo vivirá. 20 El alma que pecare, esa morirá: el hijo no llevará por el pecado del padre, ni el padre llevará por el pecado del hijo: la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él. 21 Mas el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardare todas mis ordenanzas, e hiciere juicio y justicia, viviendo vivirá: no morirá. 22 Todas sus rebeliones que cometió, no le vendrán en memoria: por su justicia que hizo vivirá. 23 ¿Quiero yo la muerte del impío? dijo el Señor Jehová. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos? 24 Mas si el justo se apartare de su justicia, e hiciere maldad, e hiciere conforme a todas las abominaciones, que el impío hizo, ¿vivirá él? Todas las justicias que hizo no vendrán en memoria: por su rebelión con que rebeló, y por su pecado que pecó, por ellos morirá. 25 Y si dijereis: No es derecho el camino del Señor. Oíd ahora casa de Israel: ¿No es derecho mi camino? ¿No son antes torcidos vuestros caminos? 26 Apartándose el justo de su justicia, y haciendo iniquidad, él morirá por ello: por su iniquidad que hizo, morirá. 27 Y apartándose el impío de su impiedad que hizo, y haciendo juicio y justicia, hará vivir su alma. 28 Porque miró, y apartóse de todas sus rebeliones que hizo, viviendo vivirá, no morirá. 29 Y si dijeren los de la casa de Israel: No es derecho el camino del Señor. ¿No son derechos mis caminos, casa de Israel? Cierto vuestros caminos no son derechos. 30 Por tanto yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, o! casa de Israel, dijo el Señor Jehová. Convertíos, y hacéd convertir de todas vuestras iniquidades; y no os será la iniquidad causa de ruina. 31 Echád de vosotros todas vuestras iniquidades con que habéis rebelado, y hacéos corazón nuevo, y espíritu nuevo. ¿Y por qué moriréis, casa de Israel? 32 Que no quiero la muerte del que muere, dijo el Señor Jehová: hacéd pues convertir, y viviréis. 19  1 Y tú levanta esta endecha sobre los príncipes de Israel, 2 Y dirás: ¿Cómo se echó entre los leones tu madre la leona: entre los leoncillos crió sus cachorros? 3 E hizo subir uno de sus cachorros: vino a ser leoncillo, y aprendió a prender presa, y a comer hombres. 4 Y las naciones oyeron de él: fue tomado con el lazo de ellas, y trajéronle con grillos a la tierra de Egipto. 5 Y viendo que había esperado mucho tiempo, y que se perdía su esperanza, tomó otro de sus cachorros, y púsole por leoncillo. 6 Y él andaba entre los leones, hízose leoncillo, aprendió a prender presa, comió hombres. 7 Y conoció sus viudas, y asoló sus ciudades; y la tierra, y su abundancia fue asolada de la voz de su bramido. 8 Y dieron sobre él las gentes de las provincias de al derredor; y extendieron sobre él su red: fue preso en su hoyo. 9 Y pusiéronle en cárcel con cadenas, y trajéronle al rey de Babilonia: metiéronle en fortalezas, que su voz no se oyese más sobre los montes de Israel. 10 Tu madre fue como una vid en tu sangre, plantada junto a aguas, haciendo fruto, y echando ramas a causa de las muchas aguas. 11 Y ella tuvo varas fuertes para cetros de señores, y su estatura se levantó encima entre las ramas; y fue vista con su altura, y con la multitud de sus ramos. 12 Y fue arrancada con ira, derribada en tierra, y viento solano secó su fruto: fueron quebradas sus ramas, y secáronse: la vara de su fuerza consumió fuego. 13 Y ahora es plantada en el desierto, en tierra de sequedad y de sequera. 14 Y salió fuego de la vara de sus ramos que consumió su fruto, y no quedó en ella vara fuerte, cetro para enseñorear. Endecha es, y de endecha servirá. 20  1 Y aconteció en el año séptimo, en el mes quinto, a los diez del mes, que vinieron algunos de los ancianos de Israel a consultar a Jehová, y asentáronse delante de mí. 2 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 3 Hijo del hombre, habla a los ancianos de Israel, y díles: Así dijo el Señor Jehová: ¿A consultarme venís vosotros? Vivo yo, que yo no os responderé, dijo el Señor Jehová. 4 ¿Quiéreslos juzgar tú, quiéreslos juzgar, hijo del hombre? notifícales las abominaciones de sus padres: 5 Y díles: Así dijo el Señor Jehová; El día que escogí a Israel, y que alcé mi mano por la simiente de la casa de Jacob, y que fue conocido de ellos en la tierra de Egipto, que alcé mi mano a ellos, diciendo: Yo soy Jehová vuestro Dios: 6 Aquel día que les alcé mi mano, que los sacaría de la tierra de Egipto, a la tierra que les había proveido, que corre leche y miel, que es la más hermosa de todas las tierras: 7 Entonces les dije: Cada uno eche de sí las abominaciones de sus ojos, y no os contaminéis en los ídolos de Egipto, yo soy Jehová vuestro Dios. 8 Y ellos se rebelaron contra mí, y no quisieron obedecerme: no echó de sí cada uno las abominaciones de sus ojos, ni dejaron los ídolos de Egipto; y dije que derramaría mi ira sobre ellos para cumplir mi enojo en ellos en medio de la tierra de Egipto. 9 Mas hice a causa de mi nombre, porque no se infamase en los ojos de las gentes, en medio de las cuales estaban, en cuyos ojos fue conocido de ellos, para sacarlos de tierra de Egipto. 10 Y saquélos de la tierra de Egipto, y trájelos al desierto; 11 Y díles mis ordenanzas, y declaréles mis derechos, los cuales el hombre que los hiciere, vivirá por ellos. 12 Y díles también mis sábados que fuesen por señal entre mí y ellos, porque supiesen que yo soy Jehová que los santifico. 13 Y rebelaron contra mí la casa de Israel en el desierto, no anduvieron en mis ordenanzas, y desecharon mis derechos, los cuales el hombre que los hiciere, vivirá por ellos; y mis sábados profanaron en gran manera; y dije que había de derramar sobre ellos mi ira en el desierto, para consumirlos. 14 Mas hice a causa de mi nombre, porque no se infamase delante de los ojos de las gentes, delante de cuyos ojos los saqué. 15 Y también yo les alcé mi mano en el desierto, que no los metería en la tierra que les dí, que corre leche y miel, que es la más hermosa de todas las tierras: 16 Porque desecharon mis derechos, y no anduvieron en mis ordenanzas, y mis sábados profanaron; porque tras sus ídolos iba su corazón. 17 Y perdonólos mi ojo, no los matando, ni los consumí en el desierto. 18 Mas dije en el desierto a sus hijos: No andéis en las ordenanzas de vuestros padres, ni guardéis sus leyes, ni os contaminéis en sus ídolos. 19 Yo soy Jehová vuestro Dios: andád en mis ordenanzas, y guardád mis derechos, y hacédlos; 20 Y santificád mis sábados, y sean por señal entre mí y vosotros; para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios. 21 Y los hijos se rebelaron contra mí: no anduvieron en mis ordenanzas, ni guardaron mis derechos para hacerlos, los cuales el hombre que los hiciere, vivirá por ellos: profanaron mis sábados. Y dije, que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el desierto. 22 Mas retraje mi mano, e hice por causa de mi nombre, porque no se infamase en los ojos de las gentes, delante de cuyos ojos los saqué. 23 Y también, yo les alcé mi mano en el desierto, que los esparciría entre las gentes, y que los aventaría por las tierras: 24 Porque no hicieron mis derechos, y desecharon mis ordenanzas, y profanaron mis sábados, y tras los ídolos de sus padres se les fueron sus ojos. 25 Y también yo les di ordenanzas no buenas, y derechos por los cuales no vivirán. 26 Y contaminélos en sus ofrendas, haciendo pasar todo primogénito, para hacerle asolar, porque supiesen que yo soy Jehová. 27 ¶ Por tanto, hijo del hombre, habla a la casa de Israel, y díles: Así dijo el Señor Jehová: Aun en esto me afrentaron vuestros padres cuando rebelaron contra mí rebelión: 28 Porque yo los metí en la tierra, sobre la cual yo había alzado mi mano que les había de dar; y miraron a todo collado alto, y a todo árbol espeso; y allí sacrificaron sus sacrificios, y allí dieron la ira de sus ofrendas, y allí pusieron el olor de su suavidad, y allí derramaron sus derramaduras. 29 Y yo les dije: ¿Qué es este alto, que vosotros venís allí? Y fue llamado su nombre Bama, hasta el día de hoy. 30 Por tanto di a la casa de Israel: Así dijo el Señor Jehová: ¿No os contamináis vosotros a la manera de vuestros padres, y fornicáis tras sus abominaciones? 31 Porque ofreciendo vuestras ofrendas, haciendo pasar vuestros hijos por el fuego, os habéis contaminado con todos vuestros ídolos hasta hoy: ¿y responderos he yo, casa de Israel? Vivo yo, dijo el Señor Jehová, que no os responderé. 32 Y lo que pensasteis, no será; porque decís: Seamos como las gentes, como las familias de las naciones, sirviendo a la madera, y a la piedra. 33 Vivo yo, dijo el Señor Jehová, que con mano fuerte, y brazo extendido, y enojo derramado tengo de reinar sobre vosotros. 34 Y os sacaré de entre los pueblos, y os juntaré de las tierras en que estáis esparcidos, con mano fuerte, y brazo extendido, y enojo derramado. 35 Y traeros he al desierto de pueblos, y allí litigaré con vosotros cara a cara. 36 Como litigué con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así litigaré con vosotros, dijo el Señor Jehová. 37 Y haceros he pasar debajo de vara, y traeros he en vínculo de concierto. 38 Y apartaré de entre vosotros los rebeldes, y los que se rebelaron contra mí: de la tierra de sus destierros los sacaré, y a la tierra de Israel no vendrán; y sabréis que yo soy Jehová. 39 ¶ Y vosotros, o! casa de Israel, así dijo el Señor Jehová: Andád cada uno tras sus ídolos, y servídles, pues que a mí no me obedecéis; y no profanéis más mi santo nombre con vuestras ofrendas, y con vuestros ídolos. 40 Porque en el monte de mi santidad, en el alto monte de Israel, dijo el Señor Jehová, allí me servirá a mí toda la casa de Israel, toda ella, en la tierra: allí los querré, y allí demandaré vuestras ofrendas, y las primicias de vuestros dones, con todas vuestras santificaciones. 41 Con olor de suavidad os querré, cuando os hubiere sacado de entre los pueblos, y os hubiere juntado de las tierras en que estáis esparcidos; y seré santificado en vosotros en los ojos de las gentes. 42 Y sabréis que yo soy Jehová, cuando os hubiere metido en la tierra de Israel, en la tierra por la cual alcé mi mano, que la daría a vuestros padres. 43 Y allí os acordaréis de vuestros caminos, y de todos vuestros hechos en que os contaminasteis; y seréis confusos en vuestra misma presencia, por todos vuestros males que hicisteis. 44 Y sabréis que yo soy Jehová, cuando hiciere con vosotros por causa de mi nombre, no según vuestros caminos malos, ni según vuestras obras corruptas, o! casa de Israel, dijo el Señor Jehová. 45 ¶ Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 46 Hijo del hombre, pon tu rostro hacia el mediodía, y gotéa al mediodía, y profetiza contra el bosque de la campiña del mediodía. 47 Y dirás al bosque del mediodía: Oye palabra de Jehová: Así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo enciendo en ti fuego, el cual consumirá en ti todo árbol verde, y todo árbol seco: no se apagará la llama del fuego, y serán quemados en ella todos rostros, desde el mediodía hasta el aquilón. 48 Y verá toda carne que yo Jehová lo encendí: no se apagará. 49 Y dije: ¡Ah, Señor Jehová! ellos me dicen: ¿No refranéa este refranes? 21  1 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Hijo del hombre, pon tu rostro contra Jerusalem, y gotéa sobre los santuarios, y profetiza sobre la tierra de Israel. 3 Y dirás a la tierra de Israel: Así dijo Jehová: He aquí que yo contra ti: y yo sacaré mi espada de su vaina, y talaré de ti al justo, y al impío: 4 Y por cuanto talaré de ti al justo y al impío, por tanto mi espada saldrá de su vaina contra toda carne, desde el mediodía hasta el aquilón: 5 Y sabrá toda carne que yo Jehová saqué mi espada de su vaina: no volverá más. 6 Y tú, hijo del hombre, gime con quebrantamiento de tus lomos, y con amargura: gime delante de los ojos de ellos. 7 Y será, que cuando te dijeren: ¿por qué gimes tú? dirás: Por la fama que viene; y todo corazón se desleirá, y todas manos se enflaquecerán, y todo espíritu se angustiará, y todas rodillas se irán en aguas: he aquí que viene, y hacerse ha, dijo el Señor Jehová. 8 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 9 Hijo del hombre, profetiza, y dí: Así dijo el Señor Jehová: Dí: La espada, la espada está aguzada; y aun está acicalada: 10 Para degollar víctimas está aguzada, para que relumbre está acicalada. ¿Alegrarnos hemos? a la vara de mi hijo menospreciando todo árbol. 11 Y dióla a acicalar para tener en la mano: la espada está aguzada, y ella está acicalada para entregarla en mano del matador. 12 Clama, y aulla, o! hijo del hombre, porque esta será sobre mi pueblo, esta será sobre todos los príncipes de Israel: temores de espada serán a mi pueblo: por tanto hiere el muslo: 13 Por que ella será prueba. ¿Y qué sería, si no menospreciase la vara? dijo el Señor Jehová. 14 Tú pues, hijo del hombre, profetiza, y bate una mano con otra, y dóblese la espada la tercera vez, la espada de muertos: esta es espada de gran matanza que los penetrará, 15 Para que el corazón se deslía, y los tropezones se multipliquen. En todas las puertas de ellos he dado espanto de espada: ¡ay! que es hecha para que relumbre, y es aderezada para degollar. 16 Ponte a una parte, ponte a la diestra, o ponte a la siniestra, hacia donde tu rostro se determinare. 17 Y yo también batiré mi mano con mi mano, y haré descansar mi ira. Yo Jehová he hablado. 18 ¶ Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 19 Y tú, hijo del hombre, señálate dos caminos por donde venga la espada del rey de Babilonia: de una misma tierra salgan ambos; y haz un ejército: en el principio del camino de la ciudad lo harás. 20 El camino señalarás por donde venga la espada a Rabbat de los hijos de Ammón, y a Judá en Jerusalem la fuerte. 21 Porque el rey de Babilonia se paró en una encrucijada, al principio de dos caminos, para adivinar adivinación acicaló saetas: consultó en ídolos, miró el hígado. 22 La adivinación fue a su mano derecha, sobre Jerusalem, para poner capitanes, para abrir la boca a la matanza, para levantar la voz en grito, para poner ingenios contra las puertas, para fundar baluarte, y edificar fuerte. 23 Y serles ha como quien adivina mentira en sus ojos, por estar juramentados con juramentos a ellos: mas él trae a la memoria la maldad, para prenderlos. 24 Por tanto así dijo el Señor Jehová: Por cuanto habéis hecho venir en memoria vuestras maldades, manifestando vuestras traiciones, y descubriendo vuestros pecados en todas vuestras obras: por cuanto habéis venido en memoria, seréis tomados a mano. 25 ¶ Y tú, profano e impío príncipe de Israel, cuyo día vino en el tiempo de la consumación de la maldad. 26 Así dijo el Señor Jehová: Quita la mitra, quita la corona: esta no será siempre esta: al bajo alzaré, y al alto abajaré. 27 Del revés, del revés, del revés la tornaré: y no será esta más, hasta que venga aquel cuyo es el derecho, y yo la entregaré. 28 ¶ Y tú hijo del hombre profetiza, y dirás: Así dijo el Señor Jehová sobre los hijos de Ammón, y su vergüenza: dirás pues: La espada, la espada está desvainada para degollar, acicalada para consumir con resplandor. 29 Profetízante vanidad, adivínante mentira, para entregarte con los cuellos de los malos sentenciados a muerte, cuyo día vino en tiempo de la consumación de la maldad. 30 ¿Tornarla he a su vaina? En el lugar donde te criaste, en la tierra donde has vivido te tengo de juzgar. 31 Y derramaré sobre ti mi ira: el fuego de mi enojo haré encender sobre ti, y yo te entregaré en mano de hombres temerarios, artífices de destrucción. 32 Del fuego serás para ser consumida: tu sangre será en medio de la tierra: no habrá más memoria de ti; porque yo Jehová he hablado. 22  1 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Y tú, o! hijo del hombre, ¿no juzgarás tú, no juzgarás tú a la ciudad derramadora de la sangre? y le mostrarás todas sus abominaciones. 3 Y dirás: Así dijo el Señor Jehová: Ciudad derramadora de sangre en medio de sí, para que venga su hora; y que hizo ídolos contra sí misma, para contaminarse. 4 En tu sangre que derramaste, pecaste; y en tus ídolos que hiciste, te contaminaste; y has hecho acercar tus días, y has llegado a tus años: por tanto te he dado en vergüenza a las gentes, y en escarnio a todas las tierras. 5 Las que están cerca, y las que están lejos de ti, se reirán de ti: sucia te llamarán de nombre, y grande en quebrantamiento. 6 He aquí que los príncipes de Israel, cada uno según su poder, fueron en ti para derramar sangre. 7 Al padre y a la madre despreciaron en ti: con el extranjero trataron con calumnia en medio de ti: al huérfano y a la viuda despojaron en ti. 8 Mis santuarios menospreciaste, y mis sábados ensuciaste. 9 Malsines hubo en ti para derramar sangre; y sobre los montes comieron en ti: hicieron suciedades en medio de ti. 10 La desnudez del padre descubrieron en ti: la inmunda de menstruo forzaron en ti. 11 Y cada uno hizo abominación con la mujer de su prójimo; y cada uno contaminó su nuera torpemente; y cada uno forzó en ti a su hermana, hija de su padre. 12 Precio recibieron en ti para derramar sangre: usura y logro tomaste; y a tus prójimos defraudaste con violencia: olvidástete de mí, dijo el Señor Jehová. 13 Y he aquí que herí mi mano a causa de tu avaricia que cometiste, y a causa de tus sangres que fueron en medio de ti. 14 ¿Estará firme tu corazón? ¿tus manos serán fuertes en los días que yo haré contigo? Yo Jehová hablé, y haré. 15 Y yo te esparciré por las gentes, y te aventaré por las tierras, y haré fenecer de ti tu inmundicia. 16 Y tomarás heredad en ti en los ojos de las gentes, y sabrás que yo soy Jehová. 17 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 18 Hijo del hombre, la casa de Israel se me han tornado en escoria; todos ellos como metal, y estaño, e hierro, plomo en medio del horno, escorias de plata se tornaron. 19 Por tanto así dijo el Señor Jehová: Por cuanto todos vosotros os habéis tornado en escorias, por tanto, he aquí que yo os junto en medio de Jerusalem. 20 Como quien junta plata, y metal, e hierro, y plomo, y estaño en medio del horno, para encender fuego en él para fundir: así os juntaré en mi furor, y en mi ira; y haré reposar, y fundiros he. 21 Yo os juntaré, y soplaré sobre vosotros en el fuego de mi furor; y seréis fundidos en medio de él. 22 Como se funde la plata en medio del horno, así seréis fundidos en medio de él; y sabréis que yo Jehová habré derramado mi enojo sobre vosotros. 23 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 24 Hijo del hombre, di a ella: Tú, tierra, eres no limpia, ni rociada con lluvia en el día del furor. 25 La conjuración de sus profetas en medio de ella, como león bramando que arrebata presa: tragaron almas, tomaron haciendas y honra, aumentaron sus viudas en medio de ella. 26 Sus sacerdotes hurtaron mi ley, y contaminaron mis santuarios: entre santo y profano no hicieron diferencia, ni entre inmundo y limpio hicieron diferencia, y de mis sábados escondieron sus ojos, y yo era profanado en medio de ellos. 27 Sus príncipes en medio de ella, como lobos que arrebatan presa, derramando sangre, para destruir las almas, para seguir la avaricia. 28 Y sus profetas los embarraban con lodo suelto, profetizándoles vanidad, y adivinándoles mentira, diciendo: Así dijo el Señor Jehová: y Jehová no había hablado. 29 El pueblo de la tierra oprimía de opresión, y robaba robo; y al afligido y menesteroso hacían violencia, y al extranjero oprimían sin derecho. 30 Y busqué de ellos hombre que hiciese vallado, y que se pusiese al portillo delante de mí por la tierra, para que yo no la destruyese, y no lo hallé. 31 Por tanto derramé sobre ellos mi ira, con el fuego de mi ira los consumí; y di el camino de ellos sobre su cabeza, dijo el Señor Jehová. 23  1 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Hijo del hombre, hubo dos mujeres hijas de una madre, 3 Las cuales fornicaron en Egipto: en sus mocedades fornicaron. Allí fueron apretados sus pechos, y allí fueron estrujados los pechos de su virginidad. 4 Y llamábanse, Aholá la mayor, y Aholibá su hermana, las cuales fueron mías, y parieron hijos e hijas; y llamábanse, Samaria, Aholá, y Jerusalem, Aholibá. 5 Y Aholá cometió fornicación en mi poder; y enamoróse de sus enamorados, los Asirios sus vecinos. 6 Vestidos de cárdeno, capitanes, y príncipes, mancebos para codiciar todos, caballeros que andaban a caballo. 7 Y puso sus fornicaciones con ellos, con todos los más escogidos de los hijos de los Asirios, y con todos aquellos de quien se enamoró: con todos los ídolos de ellos se contaminó. 8 Y no dejó sus fornicaciones de Egipto; porque con ella se echaron en su mocedad, y ellos apretaron los pechos de su virginidad, y derramaron sobre ella su fornicación. 9 Por lo cual la entregué en mano de sus enamorados, en mano de los hijos de los Asirios, de quien se enamoró. 10 Ellos descubrieron sus vergüenzas, tomaron sus hijos, y sus hijas, y a ella mataron a cuchillo; y fue nombre a las mujeres; e hicieron en ella juicios. 11 Y viólo su hermana Aholibá, y corrompió su amor más que ella; y sus fornicaciones, más que las fornicaciones de su hermana. 12 De los hijos de los Asirios sus vecinos se enamoró, capitanes, y príncipes, vestidos en perfección, caballeros que andan a caballo, todos ellos mancebos de codiciar. 13 Y ví que se había contaminado, y que un camino era él de ambas. 14 Y aumentó sus fornicaciones, y cuando vio unos hombres pintados en la pared, imágenes de los Caldeos, pintadas de bermellón, 15 Ceñidos de talabartes por sus lomos, y mitras pintadas en sus cabezas: todos ellos tenían parecer de capitanes, a la manera de los hombres de Babilonia, nacidos en tierra de Caldeos: 16 Enamoróse de ellos en viéndolos, y envióles mensajeros en la tierra de los Caldeos. 17 Y entraron a ella los hombres de Babilonia a la cama de los amores, y contamináronla con su fornicación; y ella también se contaminó con ellos, y su deseo se hartó de ellos. 18 Y desnudó sus fornicaciones, y descubrió sus vergüenzas: por lo cual mi alma se hartó de ella, como se había ya hartado mi alma de su hermana. 19 Y multiplicó sus fornicaciones trayendo en memoria los días de su mocedad, en los cuales había fornicado en la tierra de Egipto. 20 Y enamoróse de sus rufianes, cuya carne es como carne de asnos, y cuyo flujo, como flujo de caballos. 21 Y tornaste a la memoria la suciedad de tu mocedad, cuando estrujaron tus pechos en Egipto, por pechos de tu mocedad. 22 Por tanto, Aholibá, así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo despierto tus enamorados contra ti, de los cuales se hartó tu deseo; y yo les haré que vengan contra ti en derredor: 23 Los de Babilonia, y todos los Caldeos, mayordomos, y príncipes, y capitanes, todos los de Asiria con ellos, mancebos de codiciar, capitanes, y príncipes, todos ellos, nobles, y principales, que cabalgan a caballo, todos ellos: 24 Y vendrán sobre ti carros, carretas, y ruedas, y multitud de pueblos: escudos, y paveses, y capacetes pondrá contra ti en derredor; y yo daré el juicio delante de ellos, y por sus leyes te juzgarán. 25 Y pondré mi zelo contra ti, y harán contigo con furor: quitarte han tu nariz, y tus orejas; y lo que te quedare, caerá a cuchillo: ellos tomarán tus hijos y tus hijas; y lo que te quedare consumirá el fuego. 26 Y desnudarte han de tus vestidos, y tomarán los vasos de tu gloria. 27 Y haré cesar de ti tu suciedad, y tu fornicación de la tierra de Egipto: ni más levantarás a ellos tus ojos, ni nunca más te acordarás de Egipto. 28 Porque así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo te entrego en mano de aquellos que tú aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hartó tu deseo. 29 Los cuales harán contigo con odio, y tomarán todo lo que tú trabajaste, y dejarte han desnuda y descubierta; y descubrirse ha la torpeza de tus fornicaciones, y tu suciedad, y tus fornicaciones. 30 Estas cosas se harán contigo, porque fornicaste en pos de las gentes, con las cuales te contaminaste en sus ídolos. 31 En el camino de tu hermana anduviste: yo pues pondré su cáliz en tu mano. 32 Así dijo el Señor Jehová: El cáliz de tu hermana beberás, hondo y ancho: será que las gentes te mofarán, y te escarnecerán: grande será el cáliz en que quepa mucho. 33 Serás llena de embriaguez, y de dolor: cáliz de soledad y de asolamiento, cáliz al fin de tu hermana Samaria. 34 Beberlo has pues, y agotarlo has, y quebrarás sus tiestos, y tus pechos arrancarás; porque yo he hablado, dijo el Señor Jehová. 35 Por tanto así dijo el Señor Jehová: Por cuanto te has olvidado de mí, y me has echado tras tus espaldas, lleva pues tú también tu suciedad, y tus fornicaciones. 36 Y díjome Jehová: Hijo del hombre, ¿no juzgarás tú a Aholá, y a Aholibá, y les denunciarás sus abominaciones? 37 Porque han adulterado, y hay sangre en sus manos, y han fornicado con sus ídolos; y aun sus hijos que me habían engendrado, hicieron pasar a ellos, quemándolos. 38 Aun esto más me hicieron: contaminaron mi santuario en aquel día, y profanaron mis sábados. 39 Y habiendo sacrificado sus hijos a sus ídolos, entrábanse en mi santuario el mismo día para contaminarlo; y he aquí que así hicieron en medio de mi casa. 40 Y cuanto más, que enviaron por los hombres que vienen de lejos, a los cuales había sido enviado mensajero; y he aquí que vinieron; y por amor de ellos te lavaste, y alcoholaste tus ojos, y te ataviaste de atavíos; 41 Y te sentaste sobre lecho honroso, y fue adornada mesa delante de él, y pusiste sobre ella mi perfume y mi óleo. 42 Y oyóse en ella voz de compañía pacífica; y con los varones fueron traídos los sabeos del desierto para multiplicar los hombres; y pusieron manillas sobre sus manos, y corona de gloria sobre sus cabezas. 43 Y dije a la envejecida en adulterios: Ahora fenecerán sus fornicaciones, y ella. 44 Porque vinieron a ella como quien viene a mujer ramera: así vinieron a las sucias mujeres Aholá y Aholibá. 45 Y hombres justos las juzgarán por la ley de las adúlteras, y por la ley de las que derraman sangre; porque son adúlteras, y hay sangres en sus manos. 46 Porque así dijo el Señor Jehová: Yo haré subir contra ellas compañías, y yo las entregaré en alboroto, y en rapiña. 47 Y la compañía las apedreará a piedra, y acuchillarlas han con sus espadas: matarán a sus hijos y a sus hijas, y sus casas quemarán a fuego. 48 Y haré fenecer la suciedad de la tierra, y todas las mujeres escarmentarán, y no harán según vuestra suciedad. 49 Y pondrán sobre vosotras vuestra suciedad, y llevaréis los pecados de vuestros ídolos: y sabréis que yo soy el Señor Jehová. 24  1 Y fue palabra de Jehová a mí en el noveno año, en el mes décimo, a los diez del mes, diciendo: 2 Hijo del hombre, escríbete el nombre de este día, de este mismo día; porque el rey de Babilonia se fortificó sobre Jerusalem este mismo día. 3 Y habla a la casa de rebelión por parábola, y díles: Así dijo el Señor Jehová: Pon una olla: pónla, y echa también en ella agua. 4 Junta sus piezas de carne en ella, todas buenas piezas, pierna y espalda: hínchela de huesos escogidos. 5 Toma una oveja escogida, y también enciende los huesos debajo de ella: haz que hierva sus hervores, cocéd también sus huesos dentro de ella. 6 Por tanto así dijo el Señor Jehová: ¡Ay de la ciudad de sangres, de la olla no espumada, y que su espuma no salió de ella! Por sus piezas, por sus piezas la saca: no caiga sobre ella suerte. 7 Porque su sangre fue en medio de ella: sobre la cima de la piedra la puso: no la derramó sobre la tierra, para que fuese cubierta con polvo. 8 Para hacer subir la ira, para hacer venganza, yo puse su sangre sobre el lugar alto de la piedra, porque no sea cubierta. 9 Por tanto así dijo el Señor Jehová: ¡Ay de la ciudad de sangres! También yo pues haré gran hoguera: 10 Multiplicando la leña, encendiendo el fuego, consumiendo la carne, y haciendo la salsa; y los huesos serán quemados. 11 Y asentándola vacía sobre sus brasas, para que se caliente, y se queme su hondón, y se funda en ella su suciedad, y se consuma su espuma. 12 En fraudes se cansó, ni nunca salió de ella su mucha espuma: en fuego será consumida su espuma. 13 En tu suciedad mala fenecerás; porque te limpié, y no te limpiaste tú de tu suciedad: nunca más te limpiarás, hasta que yo haga descansar mi ira sobre ti. 14 Yo Jehová hablé: vino, e hice: no me tornaré atrás, ni habré misericordia, ni me arrepentiré: según tus caminos y tus obras te juzgarán, dijo el Señor Jehová. 15 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 16 Hijo del hombre, he aquí que yo te quito por muerte el deseo de tus ojos: no endeches, ni llores, ni te venga lágrima. 17 Repósate de gemir, ni hagas luto de mortuorios: ata tu bonete sobre ti, y pon tus zapatos en tus pies; y no te cubras con rebozo, ni comas pan de hombres. 18 Y hablé al pueblo por la mañana, y a la tarde murió mi mujer; y a la mañana hice como me fue mandado. 19 Y el pueblo me dijo: ¿No nos enseñarás qué nos significan estas cosas, que tú haces? 20 Y yo les dije: Palabra de Jehová fue a mí, diciendo: 21 Di a la casa de Israel: Así dijo el Señor Dios: He aquí que yo contamino mi santuario, la soberbia de vuestra fortaleza, el deseo de vuestros ojos, y el regalo de vuestra alma: vuestros hijos, y vuestras hijas que dejasteis, caerán a cuchillo. 22 Y haréis de la manera que yo hice: no os cubriréis con rebozo, ni comeréis pan de hombres. 23 Y vuestros bonetes estarán sobre vuestras cabezas, y vuestros zapatos en vuestros pies: no endecharéis ni lloraréis: mas consumiros heis a causa de vuestras maldades, y gemiréis unos con otros. 24 Y seros ha Ezequiel en portento: según todas las cosas que él hizo, haréis: en viniendo esto, entonces sabréis que yo soy el Señor Jehová. 25 Y tú, hijo del hombre, el día que yo quitaré de ellos su fortaleza, el gozo de su gloria, el deseo de sus ojos, y el cuidado de sus almas, sus hijos y sus hijas; 26 Ese día vendrá a ti un escapado, para traer las nuevas. 27 En aquel día se abrirá tu boca con el escapado; y hablarás, y no estarás más mudo; y serles has en portento; y sabrán que yo soy Jehová. 25  1 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Hijo del hombre, pon tu rostro hacia los hijos de Ammón, y profetiza sobre ellos. 3 Y dirás a los hijos de Ammón: Oíd palabra del Señor Jehová: Así dijo el Señor Jehová: Por cuanto dijiste: Hala, sobre mi santuario, que fue profanado; y sobre la tierra de Israel, que fue asolada; y sobre la casa de Judá, porque anduvieron a cautividad: 4 Por tanto he aquí que yo te entrego a los orientales por heredad; y pondrán sus palacios en ti, y pondrán en ti sus tiendas: ellos comerán tus sementeras, y beberán tu leche. 5 Y pondré, a Rabbat por habitación de camellos, y a los hijos de Ammón por majada de ovejas; y sabréis que yo soy Jehová. 6 Porque así dijo el Señor Jehová: Por cuanto tú batiste tus manos, y pateaste, y te gozaste de ánimo en todo tu menosprecio sobre la tierra de Israel: 7 Por tanto he aquí que yo extendí mi mano sobre ti, y yo te entregaré a las gentes para ser saqueada; y yo te cortaré de entre los pueblos, y te destruiré de entre las tierras: yo te raeré, y sabrás que yo soy Jehová. 8 Así dijo el Señor Jehová: Por cuanto dijo Moab y Seir: He aquí, la casa de Judá es como todas las gentes. 9 Por tanto he aquí que yo abro el lado de Moab desde las ciudades, desde sus ciudades que están en su fin, las tierras deseables de Bet-jesimot, y Baal-meón, y Cariataim, 10 Los hijos del oriente contra los hijos de Ammón; y yo la entregaré por heredad, para que no haya más memoria de los hijos de Ammón entre las naciones. 11 También en Moab haré juicios; y sabrán que yo soy Jehová. 12 Así dijo el Señor Jehová: Por lo que hizo Edom cuando hizo venganza contra la casa de Judá, que pecaron pecando, y se vengaron de ellos: 13 Por tanto así dijo el Señor Jehová: Yo también extenderé mi mano sobre Edom, y talaré de ella hombres y bestias, y la asolaré: desde Temán y Dedán caerán a cuchillo. 14 Y pondré mi venganza en Edom por la mano de mi pueblo Israel; y harán en Edom según mi enojo, y según mi ira; y conocerán mi venganza, dijo el Señor Jehová. 15 Así dijo el Señor Jehová: Por lo que hicieron los Palestinos con venganza cuando hicieron venganza con menosprecio de ánimo, hasta destrucción de enemistades perpetuas: 16 Por tanto así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo extiendo mi mano sobre los Palestinos, y talaré los Cereteos, y destruiré el resto de la ribera de la mar. 17 Y haré en ellos grandes venganzas con reprensiones de ira; y sabrán que yo soy Jehová, cuando diere mi venganza en ellos. 26  1 Y aconteció en el undécimo año, en el primero del mes, que fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Hijo del hombre, por cuanto Tiro dijo sobre Jerusalem: Hala, quebrantada es la que era puerta de los pueblos: a mí se convirtió: seré llena, ella desierta: 3 Por tanto así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo contra ti, o! Tiro; y haré subir contra ti muchas naciones, como la mar hace subir sus ondas. 4 Y disiparán los muros de Tiro, y destruirán sus torres, y sacaré de ella su polvo, y ponerla he en la altura de la piedra. 5 Tendedero de redes será en medio de la mar; porque yo he hablado, dijo el Señor Jehová; y será saqueada de las naciones. 6 Y sus hijas que están en el campo, serán muertas a cuchillo; y sabrán que yo soy Jehová. 7 Porque así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo traigo contra Tiro a Nabucodonosor, rey de Babilonia, de la parte del aquilón, rey de reyes, con caballos, y carros, y caballeros, y compañías, y mucho pueblo. 8 Tus hijas que están en el campo, matará a cuchillo, y pondrá contra ti ingenios, y fundará contra ti baluarte, y afirmará contra ti escudo. 9 Y pondrá contra ella trabucos, contra tus muros, y tus torres destruirá con sus martillos. 10 Con la multitud de sus caballos te cubrirá el polvo de ellos: con el estruendo de los caballeros, y de las ruedas, y de los carros temblarán tus muros, cuando entrare por tus puertas como por portillos de ciudad destruida. 11 Con las uñas de sus caballos hollará todas tus calles; a tu pueblo pasará a cuchillo; y las estatuas de tu fortaleza descenderán a tierra. 12 Y robarán tus riquezas, y saquearán tus mercaderías, y destruirán tus muros; y tus casas preciosas destruirán; y tus piedras, y tu madera, y tu polvo pondrán en medio de las aguas. 13 Y haré cesar el estruendo de tus canciones, y el son de tus vihuelas no se oirá más. 14 Y te pondré como altura de piedra: tendedero de redes serás, ni nunca más serás edificada; porque yo Jehová he hablado, dijo el Señor Jehová. 15 Así dijo el Señor Jehová a Tiro: Ciertamente del estruendo de tu caída, cuando gritarán los heridos, cuando la matanza será hecha en medio de ti, las islas temblarán. 16 Y todos los príncipes de la mar descenderán de sus tronos, y quitarán sus mantos, y desnudarán sus ropas bordadas; vestirse han de espantos, sentarse han sobre la tierra, y espavorecerse han a cada momento, y estarán atónitos sobre ti. 17 Y levantarán sobre ti endechas, y dirán sobre ti: ¿Cómo pereciste, poblada en las mares, ciudad que fue alabada, que fue fuerte en la mar, ella y sus moradores que ponían su espanto a todos sus moradores? 18 Ahora se espavorecerán las islas el día de tu caída; y espantarse han de tu salida las islas que están en la mar. 19 Porque así dijo el Señor Jehová: Yo te tornaré ciudad asolada, como las ciudades que no se habitan: yo haré subir sobre ti el abismo, y las muchas aguas te cubrirán. 20 Y te haré descender con los que descienden al sepulcro, con el pueblo del siglo; y te pondré en lo más bajo de la tierra, como los desiertos antiguos, con los que descienden al sepulcro, porque nunca más seas poblada; y yo daré gloria en la tierra de los vivientes. 21 Yo te tornaré en nada, y no serás; y no serás buscada, y nunca más serás hallada, dijo el Señor Jehová. 27  1 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Y tú, hijo del hombre, levanta endechas sobre Tiro. 3 Y dirás a Tiro, la que habita a los puertos de la mar, la mercadera de los pueblos, de muchas islas: Así dijo el Señor Jehová: Tiro, tú has dicho: Yo soy de perfecta hermosura: 4 En el corazón de las mares están tus términos: los que te edificaron, acabaron tu hermosura. 5 De hayas del monte Senir te fabricaron todas las tillas: tomaron cedros del Líbano para hacerte el mástil: 6 De castaños del Basán hicieron tus remos: compañía de Asirios hizo tus bancos de marfil de las islas de Quitim: 7 De fino lino bordado de Egipto fue tu cortina, para que te sirviese de vela: de cárdeno y grana de las islas de Elisa fue tu toldo. 8 Los moradores de Sidón y de Aruad fueron tus remeros: tus sabios, o! Tiro, estaban en ti, ellos fueron tus pilotos. 9 Los ancianos de Gebal y sus sabios repararon tus hendeduras: todas las galeras de la mar, y los remeros de ellas fueron en ti para negociar tus negocios. 10 Persas, y Lidos, y Africanos, fueron en tu ejército tus hombres de guerra: escudos y capacetes colgaron en ti: ellos te dieron tu honra. 11 Los hijos de Aruad con tu ejército estuvieron sobre tus muros al rededor, y los Pigmeos en tus torres: colgaron sus escudos sobre tus muros al derredor: ellos acabaron tu hermosura. 12 Társis tu mercadera, a causa de la multitud de todas riquezas en plata, hierro, estaño, y plomo, dio en tus ferias. 13 Grecia, Tubal, y Mesec, tus mercaderes, con hombres, y con vasos de metal dieron en tus ferias. 14 De la casa de Togorma, caballos, y caballeros, y mulos, dieron en tu mercado. 15 Los hijos de Dedán tus negociantes: muchas islas mercadería de tu mano: cuernos de marfil, y pavos te dieron en presente. 16 Siria tu mercadera por la multitud de tus hechuras con carbúnculos, granas, y vestidos bordados, y linos finos, y corales, y perlas, dio en tus ferias. 17 Judá, y la tierra de Israel, tus mercaderes con trigos, Minit, Pannag, y miel, y aceite, y triaca dieron en tu mercado. 18 Damasco tu mercadera por la multitud de tus hechuras, por la abundancia de todas riquezas, con vino de Holbón, y lana blanca. 19 Y Dan, y Grecia, y Mozel, dieron en tus ferias: hierro limpio, cañafístula, y caña aromática fue en tu mercado. 20 Dedán tu mercadera con paños preciosos para carros. 21 Arabia y todos los príncipes de Cedar mercaderes de tu mano en corderos, y carneros, y machos de cabrío, en estas cosas fueron tus mercaderes. 22 Los mercaderes de Sabá y de Reema fueron tus mercaderes con lo principal de toda especiería, y toda piedra preciosa, y oro, dieron en tus ferias. 23 Harán, y Canneh, y Edén: los mercaderes de Sabá, y Asiria, y Quelma, fueron en tu mercadería. 24 Estos fueron tus mercaderes en todas suertes de cosas: en mantos de cárdeno, y bordados, y en cajas de ropas preciosas, juntas con cordones, y en collares en tu negociación. 25 Las naos de Társis, tus cuadrillos fueron en tu negociación, y fuiste llena, y fuiste multiplicada en gran manera en medio de las mares. 26 En muchas aguas te trájeron tus remeros: viento solano te quebrantó en medio de las mares. 27 Tus riquezas, y tus mercaderías, y tu negociación, tus remeros, y tus pilotos, los reparadores de tus hendeduras, y los negociantes de tus negocios, y todos tus hombres de guerra que fueron en ti, y toda tu compañía que está en medio de ti, caerán en medio de las mares el día de tu caída. 28 Al estruendo de las voces de tus marineros temblarán los ejidos. 29 Y descenderán de sus naves todos los que toman remo: remeros, y todos los pilotos de la mar se pararán sobre la tierra: 30 Y harán oír su voz sobre ti, y gritarán amargamente, y echarán polvo sobre sus cabezas, y revolcarse han en la ceniza. 31 Y harán por ti calva, y ceñirse han de sacos, y endecharán por ti endechas amargas con amargura de alma. 32 Y levantarán sobre ti endechas en sus lamentaciones, y endecharán sobre ti: ¿Quién como Tiro, cortada en medio de la mar? 33 Cuando tus mercaderías salían de las mares, hartabas muchos pueblos: los reyes de la tierra enriqueciste con la multitud de tus riquezas, y de tus contrataciones. 34 En el tiempo que serás quebrantada de las mares, en los profundos de las aguas, tu contratación y toda tu compañía caerán en medio de ti. 35 Todos los moradores de las islas se maravillarán sobre ti, y sus reyes temblarán de temblor: turbarse han en sus rostros. 36 Los mercaderes en los pueblos silbarán sobre ti: conturbada fuiste, mas nunca más serás para siempre. 28  1 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Hijo del hombre, di al príncipe de Tiro: Así dijo el Señor Jehová: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy Dios, en el asiento de Dios estoy sentado en medio de las mares, siendo tú hombre, y no Dios; y pusiste tu corazón como corazón de Dios: 3 He aquí que tú eres más sabio que Daniel: nada hay oculto que a ti sea oculto: 4 Con tu sabiduría, y con tu prudencia te has juntado riquezas, y has adquirido oro y plata en tus tesoros; 5 Con la multitud de sabiduría en tu contratación has multiplicado tus riquezas; y a causa de tus riquezas se ha enaltecido tu corazón. 6 Por tanto así dijo el Señor Jehová: Por cuanto pusiste tu corazón como corazón de Dios: 7 Por tanto he aquí que yo traigo sobre ti extraños, los fuertes de las naciones, que desvainarán sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría, y ensuciarán tu resplandor. 8 En la sepultura te harán descender, y morirás de las muertes de los que mueren en medio de las mares. 9 ¿Hablarás delante de tu matador, diciendo: Yo soy Dios? Tú hombre serás, y no Dios, en la mano de tu matador. 10 De muertes de incircuncisos morirás por mano de extraños; porque yo he hablado, dijo el Señor Jehová. 11 ¶ Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 12 Hijo del hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y decirle has: así dijo el Señor Jehová: Tú sellas la suma, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. 13 En Edén, en el huerto de Dios, estuviste: toda piedra preciosa fue tu vestidura: sardio, topacio, diamante, turquesa, ónix, y berilo, zafiro, carbúnculo, y esmeralda, y oro: las obras de tus atambores y de tus pífanos estuvieron apercibidas en ti el día que fuiste creado. 14 Tú, querubín grande, que cubre, y yo te puse: en el santo monte de Dios estuviste: en medio de piedras de fuego anduviste. 15 Acabado eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló maldad en ti. 16 A causa de la multitud de tu contratación fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; y yo te eché del monte de Dios, y te eché a mal de entre las piedras de fuego, o! querubín que cubre. 17 Enaltecióse tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu resplandor: yo te arrojaré por tierra: delante de los reyes te pondré para que miren en ti. 18 Con la multitud de tus maldades, y con la iniquidad de tu contratación ensuciaste tu santuario: yo pues saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió; y te puse en ceniza sobre la tierra en los ojos de todos los que te miran. 19 Todos los que te conocieron en los pueblos, se maravillarán sobre ti: conturbado fuiste, y nunca más serás para siempre. 20 ¶ Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 21 Hijo del hombre, pon tu rostro sobre Sidón, y profetiza contra ella; 22 Y dirás: Así dijo el Señor Jehová: He aquí, yo contra ti, o! Sidón, y seré glorificado en medio de ti; y sabrán que yo soy Jehová, cuando hiciere en ella juicios, y me santificare en ella. 23 Y enviaré en ella pestilencia y sangre en sus plazas, y caerán muertos en medio de ella con espada contra ella al derredor: y sabrán que yo soy Jehová. 24 Y nunca más será a la casa de Israel espino que le punce, ni espino que le dé dolor, en todos los al derredores de los que los menosprecían; y sabrán que yo soy Jehová. 25 ¶ Así dijo el Señor Jehová: Cuando juntaré la casa de Israel de los pueblos entre los cuales están esparcidos, y en ellos me santificaré en los ojos de las gentes, habitarán sobre su tierra, la cual di a mi siervo Jacob. 26 Y habitarán sobre ella seguros; y edificarán casas, y plantarán viñas, y habitarán confiadamente, cuando yo haré juicios en todos los que los saquean en sus al derredores; y sabrán que yo soy Jehová su Dios. 29  1 En el año décimo, en el mes décimo, a los doce del mes, fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Hijo del hombre, pon tu rostro contra Faraón rey de Egipto; y profetiza contra él, y contra todo Egipto. 3 Habla, y dí: Así dijo el Señor Jehová, He aquí, yo contra ti, Faraón, rey de Egipto, el gran dragón que duerme en medio de sus ríos, que dijo: mío es mi río, y yo me lo hice. 4 Yo pues pondré anzuelos en tus mejillas, y pegaré los peces de tus ríos a tus escamas, y yo te sacaré de en medio de tus ríos, y todos los peces de tus ríos saldrán pegados a tus escamas. 5 Y dejarte he en el desierto, a ti y a todos los peces de tus ríos: sobre la haz del campo caerás; no serás recogido, ni serás juntado: a las bestias de la tierra, y a las aves del cielo te he dado por comida. 6 Y sabrán todos los moradores de Egipto que yo soy Jehová: por cuanto fueron bordón de caña a la casa de Israel. 7 Cuando te tomaren con la mano, te quebrarás, y les romperás todo el hombro; y cuando se recostaren sobre ti, te quebrarás, y hacerles has parar todos los riñones. 8 Por tanto así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo traigo contra ti espada, y talaré de ti hombres, y bestias. 9 Y la tierra de Egipto será asolada y desierta; y sabrán que yo soy Jehová; porque dijo: Mi río, y yo lo hice. 10 Por tanto he aquí yo contra ti, y a tus ríos; y pondré la tierra de Egipto en asolamientos de la soledad del desierto: desde la torre de Sevené, hasta el término de Etiopía. 11 No pasará por ella pie de hombre, ni pie de bestia pasará por ella, ni será habitada por cuarenta años. 12 Y pondré a la tierra de Egipto en soledad entre las tierras asoladas, y sus ciudades entre las ciudades destruidas serán asoladas por cuarenta años; y esparciré a Egipto entre las naciones, y aventarlos he por las tierras. 13 Porque así dijo el Señor Jehová: Al fin de cuarenta años juntaré a Egipto de los pueblos entre los cuales fueren esparcidos. 14 Y tornaré a traer los cautivos de Egipto: yo los tornaré a la tierra de Patures, a la tierra de su habitación; y allí serán reino bajo. 15 En comparación de los otros reinos será humilde, ni más se alzará sobre las naciones; porque yo los disminuiré para que no se enseñoreen en las naciones. 16 Y no será más a la casa de Israel por confianza, que haga acordar el pecado, mirando en pos de ellos; y sabrán que yo soy el Señor Jehová. 17 ¶ Y aconteció en el año veinte y siete, en el mes primero, al primero del mes, que fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 18 Hijo del hombre, Nabucodonosor, rey de Babilonia, hizo servir a su ejército grande servidumbre contra Tiro: toda cabeza se descabelló, y todo hombro se peló; y ni para él ni para su ejército hubo paga de Tiro, por la servidumbre que sirvió contra ella. 19 Por tanto así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo doy a Nabucodonosor, rey de Babilonia, la tierra de Egipto; y él tomará su multitud, y despojará sus despojos, y robará su presa, y habrá paga para su ejército. 20 Por su trabajo con que sirvió en ella yo le he dado la tierra de Egipto; porque hicieron por mí, dijo el Señor Jehová. 21 En aquel tiempo haré reverdecer el cuerno a la casa de Israel, y yo te daré abertura de boca en medio de ellos; y sabrán que yo soy Jehová. 30  1 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Hijo del hombre, profetiza, y dí: Así dijo el Señor Jehová: Aullád, ¡ay del día! 3 Porque cerca está el día, que cerca está el día del Señor; día de nublado: día de las gentes será. 4 Y vendrá espada en Egipto, y habrá miedo en Etiopía, cuando caerán heridos en Egipto, y tomarán su multitud, y serán destruidos sus fundamentos. 5 Etiopía, y Libia, y Lidia, y todo el vulgo, y Cub, y los hijos de la tierra de la liga caerán con ellos a cuchillo. 6 Así dijo Jehová: También caerán los que sustentan a Egipto; y la altivez de su fortaleza caerá: desde la torre de Sevené caerán en él a cuchillo, dijo el Señor Jehová. 7 Y serán asolados entre las tierras asoladas; y sus ciudades serán entre las ciudades desiertas. 8 Y sabrán que yo soy Jehová, cuando yo pusiere fuego a Egipto, y fueren quebrantados todos sus ayudadores. 9 En aquel tiempo saldrán mensajeros de delante de mí en navíos a espantar a Etiopía la confiada; y tendrán espanto como en el día de Egipto; porque he aquí que viene. 10 Así dijo el Señor Jehová: Haré cesar la multitud de Egipto por mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia: 11 El, y su pueblo con él, los más fuertes de las naciones serán traídos a destruir la tierra; y desvainarán sus espadas sobre Egipto; y henchirán la tierra de muertos. 12 Y secaré los ríos, y entregaré la tierra en mano de malos, y destruiré la tierra y su plentitud por mano de extranjeros: yo Jehová he hablado. 13 Así dijo el Señor Jehová: Y destruiré las imágenes, y haré cesar los ídolos de Mémfis, y no habrá más capitán de la tierra de Egipto, y pondré temor en la tierra de Egipto. 14 Y asolaré a Patures, y pondré fuego a Tafnes, y haré juicios en No. 15 Y derramaré mi ira sobre Pelusio, la fuerza de Egipto, y talaré la multitud de No. 16 Y pondré fuego a Egipto: Pelusio tendrá gran dolor, y No será rota, y Mémfis tendrá continas angustias. 17 Los mancebos de Heliópolis y de Pubasti caerán a cuchillo, y ellas irán en cautividad. 18 Y en Tafnes será prohibido el día, quebrantando yo allí las barras de Egipto; y allí cesará la soberbia de su fortaleza: nublado la cubrirá, y los moradores de sus aldeas irán en cautividad. 19 Y haré juicios en Egipto; y sabrán que yo soy Jehová. 20 ¶ Y aconteció en el año undécimo, en el mes primero, a los siete del mes, que fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 21 Hijo del hombre, yo he quebrantado el brazo de Faraón, rey de Egipto; y he aquí que no ha sido vendado, para que se le pongan medicinas, para que se lo ponga venda para ligarle, para esforzarle a que pueda tener espada. 22 Por tanto así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo vengo a Faraón, rey de Egipto, y quebraré sus brazos fuertes; y quebrado es; y haré que la espada se le caiga de la mano. 23 Y esparciré entre las naciones a Egipto, y aventarlos he por las tierras. 24 Y fortificaré los brazos del rey de Babilonia, y daré mi espada en su mano; y quebraré los brazos de Faraón, y delante de él gemirá con gemidos de herido de muerte. 25 Y fortificaré los brazos del rey de Babilonia, y los brazos de Faraón caerán; y sabrán que yo soy Jehová, cuando yo diere mi espada en la mano del rey de Babilonia, y él la extendiere sobre la tierra de Egipto. 26 Y esparciré a Egipto entre las naciones, y aventarlos he por las tierras; y sabrán que yo soy Jehová. 31  1 Y aconteció en el año onceno, en el mes tercero, al primero del mes, que fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Hijo del hombre, di a Faraón, rey de Egipto, y a su pueblo: ¿A quién te comparaste en tu grandeza? 3 He aquí el Asur, cedro en el Líbano, hermoso en ramas, y sombrío con sus ramos, y alto en grandeza, y su copa fue entre la espesura. 4 Las aguas le hicieron crecer, el abismo le encumbró: sus ríos iban al derredor de su pie, y a todos los árboles del campo enviaba sus corrientes. 5 Por tanto se encumbró su altura sobre todos los árboles del campo, y sus ramos se multiplicaron, y sus ramas se alongaron a causa de sus muchas aguas que enviaba. 6 En sus ramas hacían nido todas las aves del cielo, y debajo de sus ramas parían todas las bestias del campo, y a su sombra habitaban muchas naciones. 7 Hízose hermoso en su grandeza con la longura de sus ramas; porque su raíz estaba junto a las muchas aguas. 8 Los cedros no lo cubrieron en el huerto de Dios: hayas no fueron semejantes a sus ramas, ni castaños fueron semejantes a sus ramos: ningún árbol en el huerto de Dios fue semejante a él en su hermosura. 9 Yo le hice hermoso con la multitud de sus ramas; y todos los árboles de Edén, que estaban en el huerto de Dios, tuvieron envidia de él. 10 Por tanto así dijo el Señor Jehová: Por cuanto te encumbraste en altura, y puso su cumbre entre la espesura, y su corazón se elevó con su altura, 11 Yo le entregué en mano del fuerte de las gentes, él le tratará: por su impiedad le derribé. 12 Y extraños le cortarán, los fuertes de las naciones, y dejarlo han: sus ramas caerán sobre los montes, y por todos los valles, y por todos los arroyos de la tierra serán quebrados sus ramos; e irse han de su sombra todos los pueblos de la tierra, y dejarle han. 13 Sobre su ruina habitarán todas las aves del cielo, y sobre sus ramas estarán todas las bestias del campo. 14 Porque no se eleven en su altura todos los árboles de las aguas, ni pongan su cumbre entre las espesuras, ni en sus ramas se paren en su altura todos los que beben aguas; porque todos serán entregados a muerte, a la tierra baja, en medio de los hijos de los hombres, con los que descienden a la sepultura. 15 Así dijo el Señor Jehová: El día que descendió al infierno, hice hacer luto, hice cubrir por él el abismo, y detuve sus ríos; y las muchas aguas fueron detenidas; y al Líbano cubrí de tinieblas por él, y todos los árboles del campo se desmayaron. 16 Del estruendo de su caída hice temblar las naciones, cuando le hice descender al infierno con los que descienden a la sepultura; y todos los árboles de Edén escogidos, y los mejores del Líbano, todos los que beben aguas, tomaron consolación en la tierra baja. 17 También ellos descendieron con él al infierno con los muertos a cuchillo, los que fueron su brazo, los que estuvieron a su sombra en medio de las gentes. 18 ¿A quién pues te has comparado así en gloria y en grandeza entre los árboles de Edén? Serás pues derribado con los árboles de Edén en la tierra baja: entre los incircuncisos yacerás con los muertos a cuchillo. Este es Faraón y todo su pueblo, dijo el Señor Jehová. 32  1 Y aconteció en el año duodécimo, en el mes duodécimo, al primero del mes, que fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Hijo del hombre, levanta endechas sobre Faraón, rey de Egipto, y díle: A leoncillo de naciones eres semejante, y eres como la ballena en las mares: que sacabas tus ríos, y enturbiabas las aguas con tus pies, y hollabas sus riberas. 3 Así dijo el Señor Jehová: Yo extenderé sobre ti mi red con congregación de muchos pueblos, y hacerte han subir con mi red. 4 Y te dejaré en tierra: yo te echaré sobre la haz del campo, y haré que se asienten sobre ti todas las aves del cielo, y hartaré de ti las bestias de toda la tierra. 5 Y pondré tus carnes sobre los montes, y henchiré los valles de tu altura. 6 Y regaré la tierra donde tu nadas de tu sangre, hasta los montes, y los arroyos se henchirán de ti. 7 Y cuando te mataré cubriré los cielos; y haré entenebrecer sus estrellas: el sol cubriré con nublado, y la luna no hará resplandecer su luz. 8 Todas las lumbreras de luz haré entenebrecer en el cielo por ti, y pondré tinieblas sobre tu tierra, dijo el Señor Jehová. 9 Y entristeceré el corazón de muchos pueblos, cuando llevaré en las naciones tu quebrantamiento, por las tierras que no conociste. 10 Y haré atónitos sobre ti muchos pueblos; y sus reyes sobre ti tendrán horror grande, cuando haré resplandecer mi espada delante de sus rostros, y todos se despavorirán en sus ánimos a cada momento en el día de tu caída. 11 Porque así dijo el Señor Jehová: La espada del rey de Babilonia te vendrá. 12 A espadas de fuertes haré caer tu pueblo, todos ellos serán los fuertes de las naciones; y destruirán la soberbia de Egipto, y toda su multitud será deshecha. 13 Todas sus bestias destruiré de sobre las muchas aguas; ni más las enturbiará pie de hombre, ni uñas de bestias las enturbiarán. 14 Entonces haré hundir sus aguas, y haré ir sus ríos como aceite, dijo el Señor Jehová. 15 Cuando asolaré la tierra de Egipto, y la tierra fuere asolada de su plenitud, cuando heriré a todos los que en ella moran, sabrán que yo soy Jehová. 16 Esta es la endecha, y cantarla han: las hijas de las naciones la cantarán: endecharán sobre Egipto, y sobre toda su multitud, dijo el Señor Jehová. 17 ¶ Y aconteció en el año duodécimo, a los quince del mes, que fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 18 Hijo del hombre, endecha sobre la multitud de Egipto; y despéñale a él, y a las villas de las naciones fuertes, en la tierra de los profundos, con los que descienden a la sepultura. 19 Porque eres tan hermoso, desciende, y yace con los incircuncisos. 20 Entre los muertos a espada caerán: a la espada es entregado: traédle a él, y a todos sus pueblos. 21 Hablarán a él los fuertes de los fuertes de en medio del infierno, con los que le ayudaron, que descendieron, y yacieron con los incircuncisos muertos a cuchillo. 22 Allí el Assur con toda su multitud: sus sepulcros estarán en sus al derredores, todos ellos muertos a cuchillo. 23 Sus sepulcros fueron puestos a los lados del sepulcro, y su multitud está por los al derredores de su sepulcro: todos ellos cayeron muertos a cuchillo los cuales pusieron miedo en la tierra de los vivientes. 24 Allí Elam y toda su multitud por los al derredores de su sepulcro: todos ellos cayeron muertos a cuchillo, los cuales descendieron incircuncisos a la tierra de los profundos, que pusieron su temor en la tierra de los vivientes, y llevaron su vergüenza con los que descienden al sepulcro. 25 En medio de los muertos le pusieron cama con toda su multitud, por sus al derredores sus sepulcros: todos ellos incircuncisos muertos a cuchillo, porque fue puesto su espanto en la tierra de los vivientes, y llevaron su vergüenza con los que descienden al sepulcro: en medio de los muertos fue puesto. 26 Allí Mesec y Tubal, y toda su multitud, sus sepulcros en sus al derredores: todos ellos incircuncisos muertos a cuchillo, porque dieron su temor en la tierra de los vivientes. 27 Y no yacerán con los fuertes que cayeron de los incircuncisos, los cuales descendieron al infierno con sus armas de guerra, y pusieron sus espadas debajo de sus cabezas: mas sus pecados estarán sobre sus huesos; porque fueron terror de fuertes en la tierra de los vivientes. 28 Mas tú entre los incircuncisos serás quebrantado, y yacerás con los muertos a cuchillo. 29 Allí Idumea, sus reyes, y todos sus príncipes, los cuales con su fortaleza fueron puestos con los muertos a cuchillo; ellos yacerán con los incircuncisos, y con los que descienden al sepulcro. 30 Allí los príncipes del aquilón, todos ellos, y todos los de Sidón, que con su terror descendieron con los muertos, avergonzados de su fortaleza, también yacieron incircuncisos con los muertos a cuchillo; y llevaron su vergüenza con los que descienden al sepulcro. 31 A estos verá Faraón, y consolarse ha sobre toda su multitud: muerto a cuchillo Faraón, y todo su ejército, dijo el Señor Jehová. 32 Porque yo puse mi terror en la tierra de los vivientes, también yacerá entre los incircuncisos con los muertos a cuchillo, Faraón y toda su multitud, dijo el Señor Jehová. 33  1 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Hijo del hombre, habla a los hijos de tu pueblo, y díles: Cuando yo trajere espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomaré un hombre de sus términos, y se le pusiere por atalaya; 3 Y él viere venir la espada sobre la tierra, y tocare corneta, y avisare al pueblo: 4 Cualquiera que oyere el son de la corneta, y no se apercibiere, y viniere la espada, y le tomare, su sangre será sobre su cabeza. 5 ¿El son de la corneta oyó, y no se apercibió? su sangre será sobre él: mas el que se apercibiere, su vida escapó, 6 Mas si el atalaya viere venir la espada, y no tocare la corneta, y el pueblo no se apercibiere, y viniere la espada, y tomare de él alguno, él por causa de su pecado fue tomado: mas su sangre yo la demandaré de la mano del atalaya. 7 Tú pues, hijo del hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y apercebirlos has de mi parte. 8 Diciendo yo al impío: Impío, muerte morirás; y tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, mas su sangre yo la demandaré de tu mano, 9 Y si tú avisares al impío de su camino, para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, y tú escapaste tu alma. 10 Tú pues, hijo del hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos; ¿Cómo pues viviremos? 11 Díles: Vivo yo, dijo el Señor Jehová, que no quiero la muerte del impío, si no que se torne el impío de su camino, y que viva. Volvéos, volvéos de vuestros malos caminos: ¿y por qué moriréis, o! casa de Israel? 12 ¶ Y tú, o! hijo del hombre, di a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no le escapará el día que se rebelare; y la impiedad del impío no le será estorbo el día que se volviere de su impiedad; y el justo no podrá vivir por su justicia el día que pecare. 13 Diciendo yo al justo: Viviendo vivirá; y él, confiado en su justicia, hiciere iniquidad, todas sus justicias no vendrán en memoria: mas por su iniquidad que hizo, morirá. 14 Y diciendo yo al impío: Muriendo morirás; y él se volviere de su pecado, e hiciere juicio y justicia; 15 Si el impío restituyere la prenda, volviere lo que hubiere robado, en las ordenanzas de vida caminare, no haciendo iniquidad: viviendo vivirá, y no morirá. 16 Todos sus pecados que pecó no le vendrán en memoria: ¿hizo juicio y justicia? viviendo vivirá. 17 Y dirán los hijos de tu pueblo: No es recta la vía del Señor: la vía de ellos es la que no es recta. 18 Cuando el justo se apartare de su justicia e hiciere iniquidad, morirá por ello. 19 Y cuando el impío se apartare de su impiedad e hiciere juicio y justicia, vivirá por ello. 20 Y dijisteis: No es recta la vía del Señor. Yo os juzgaré, o! casa de Israel, a cada uno conforme a sus caminos. 21 ¶ Y aconteció en el año duodécimo de nuestro cautiverio, en el mes décimo, a los cinco del mes, que vino a mí un escapado de Jerusalem, diciendo: la ciudad ha sido herida. 22 Y la mano de Jehová había sido sobre mí la tarde antes que el escapado viniese, y había abierto mi boca, hasta que vino a mí por la mañana; y abrió mi boca, y nunca más callé. 23 ¶ Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 24 Hijo del hombre, los que habitan estos desiertos en la tierra de Israel, hablando dicen: Abraham era uno, y poseyó la tierra; pues nosotros muchos, a nosotros es dada la tierra en posesión. 25 Por tanto díles: Así dijo el Señor Jehová: Con sangre comeréis, y a vuestros ídolos alzaréis vuestros ojos, y sangre derramaréis: ¿y poseeréis esta tierra? 26 Estuvisteis sobre vuestras espadas, hicisteis abominación, y cada uno contaminasteis la mujer de su prójimo: ¿y poseeréis esta tierra? 27 Les dirás así: Así dijo el Señor Jehová: Vivo yo que los que están en los desiertos, caerán a cuchillo; y al que estuviere sobre la haz del campo entregaré a las bestias, que lo traguen; y los que estuvieren en las fortalezas y en las cuevas, de pestilencia morirán. 28 Y pondré la tierra en desierto y en soledad, y cesará la soberbia de su fortaleza; y los montes de Israel serán asolados, que no haya quien pase. 29 Y sabrán que yo soy Jehová, cuando pusiere la tierra en soledad y desierto, por todas sus abominaciones que han hecho. 30 Y tú, o! hijo del hombre, los hijos de tu pueblo se mofan de ti junto a las paredes, y a las puertas de las casas, y habla el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: Veníd ahora, y oíd qué palabra que sale de Jehová. 31 Y vendrán a ti como venida de pueblo, y asentarse han delante de ti mi pueblo, y oirán tus palabras, y no las harán: antes hacen escarnios con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia. 32 Y he aquí que tú eres a ellos como canción de amores, gracioso de voz y que canta bien: y oirán tus palabras, mas no las harán. 33 Mas cuando ello viniere, he aquí que viene, sabrán que hubo profeta entre ellos. 34  1 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Hijo del hombre, profetiza contra los pastores de Israel: profetiza, y díles a los pastores: Así dijo el Señor Jehová: ¡Ay de los pastores de Israel, que apacientan a sí mismos! Los pastores no apacientan las ovejas. 3 Coméis la leche, y os vestís de la lana, la gruesa degolláis, no apacentáis las ovejas. 4 No esforzasteis las flacas, ni curasteis la enferma: no ligasteis la perniquebrada, no tornasteis la amontada, ni buscasteis la perdida: mas os enseñoreasteis de ellas con dureza, y con violencia. 5 Y están derramadas por falta de pastor; y fueron para ser comidas de toda bestia del campo, y fueron esparcidas. 6 Y anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la haz de la tierra fueron derramadas mis ovejas, y no hubo quien buscase, ni quien requiriese. 7 Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová: 8 Vivo yo, dijo el Señor Jehová, si no por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas fueron para ser comidas de toda bestia del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, mas los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas: 9 Por tanto, o! pastores, oíd palabra de Jehová: 10 Así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo a los pastores; y requeriré mis ovejas de su mano, y yo los haré dejar de apacentar las ovejas, ni más los pastores se apacentarán a sí mismos; y yo escaparé mis ovejas de sus bocas, ni más les serán por comida. 11 Porque así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo, yo, requeriré mis ovejas, y las reconoceré. 12 Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas; así reconoceré mis ovejas, y las escaparé de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad. 13 Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; y las meteré en su tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las riberas, y en todas las habitaciones de la tierra. 14 En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel será su majada: allí dormirán en buena majada, y en pastos gruesos serán apacentadas en los montes de Israel. 15 Yo apacentaré mis ovejas, y yo les haré tener majada, dijo el Señor Jehová. 16 Yo buscaré la perdida, y tornaré la amontada, y ligaré la perniquebrada, y esforzaré la enferma: mas a la gruesa, y a la fuerte destruiré: yo las apacentaré en juicio. 17 Mas vosotras ovejas mías, así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo juzgo entre oveja y oveja, los carneros y los machos de cabrío. 18 ¿Poco os es que comáis los buenos pastos, sino que también holléis con vuestros pies lo que queda de vuestros pastos, y que bebáis las profundas aguas, sino que también las que quedan holléis con vuestros pies? 19 Y mis ovejas coman la reholladura de vuestros pies, y la reholladura de vuestros pies beban. 20 Por tanto el Señor Jehová dijo así a ellos: He aquí que yo, yo, juzgaré entre la oveja gruesa y la oveja flaca: 21 Por cuanto rempujasteis con el lado y con el hombro, y acorneasteis con vuestros cuernos a todas las flacas, hasta que las esparcisteis fuera. 22 Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán en rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja. 23 Y despertaré sobre ellas un pastor, y él las apacentará, a mi siervo David: él las apacentará, y él les será por pastor. 24 Y yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado. 25 Y concertaré con ellos concierto de paz; y haré cesar de la tierra las malas bestias; y habitarán en el desierto seguramente, y dormirán en los bosques. 26 Y daré a ellas, y a los al derredores de mi collado bendición; y haré descender la lluvia en su tiempo: lluvias de bendición serán. 27 Y el árbol del campo dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y estarán sobre su tierra seguramente; y sabrán que yo soy Jehová, cuando yo quebraré las coyundas de su yugo, y los libraré de mano de los que se sirven de ellos. 28 Y no serán más presa de las gentes, y las bestias de la tierra nunca más las comerán: y habitarán seguramente, y no habrá quien espante. 29 Y despertarles he una planta por nombre, ni más serán consumidos de hambre en la tierra, y no serán más avergonzados de las gentes. 30 Y sabrán que yo su Dios Jehová soy con ellos, y ellos son mi pueblo, la casa de Israel, dijo el Señor Jehová. 31 Y vosotras ovejas mías, ovejas de mi pasto, vosotros sois hombres: yo vuestro Dios, dijo el Señor Jehová. 35  1 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Hijo del hombre, pon tu rostro hacia el monte de Seir; y profetiza contra él, 3 Y díle: Así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo contra ti, o! monte de Seir; y extenderé mi mano contra ti, y te pondré en asolamiento, y en soledad. 4 A tus ciudades asolaré, y tú serás asolado; y sabrás que yo soy Jehová. 5 Por cuanto tuviste enemistades perpetuas, y esparciste los hijos de Israel a poder de espada en el tiempo de su aflicción, en el tiempo extremamente malo: 6 Por tanto vivo yo, dijo el Señor Jehová, que para sangre te disputaré, y sangre te perseguirá; y si no aborrecieres la sangre, sangre te perseguirá. 7 Y pondré al monte de Seir en asolamiento, y en soledad, y cortaré de él pasante y volviente. 8 Y henchiré sus montes de sus muertos en tus collados, y en tus valles, y en todos tus arroyos: muertos a cuchillo caerán en ellos. 9 Yo te pondré en asolamientos perpetuos, y tus ciudades nunca más se restaurarán; y sabréis que yo soy Jehová. 10 Por cuanto dijiste: Las dos naciones, y las dos tierras serán mías, y poseerlas hemos, estando allí Jehová: 11 Por tanto vivo yo, dijo el Señor Jehová: Yo haré conforme a tu ira, y conforme a tu zelo con que hiciste, a causa de tus enemistades con ellos: y seré conocido en ellos cuando te juzgaré. 12 Y sabrás que yo Jehová he oído todas tus injurias que dijiste contra los montes de Israel, diciendo: Destruidos son; a nosotros son entregados para comer. 13 Y os engrandecisteis contra mí con vuestra boca, y multiplicasteis sobre mí vuestras palabras: Yo lo oí. 14 Así dijo el Señor Jehová: Así se alegrará toda la tierra, cuando yo te haré soledad. 15 Como te alegraste sobre la heredad de la casa de Israel, porque fue asolada; así te haré a ti: asolado será el monte de Seir, y toda Idumea, toda ella; y sabrán que yo soy Jehová. 36  1 Y tú, o! hijo del hombre, profetiza sobre los montes de Israel, y dí: Montes de Israel, oíd palabra de Jehová. 2 Así dijo el Señor Jehová: Por cuanto el enemigo dijo sobre vosotros: Hala; también las alturas perpetuas nos han sido por heredad: 3 Por tanto profetiza, y dí: Así dijo el Señor Jehová: Por cuanto, por cuanto asolándoos y tragándoos de todas partes, para que fueseis heredad a las otras gentes, habéis subido en bocas de lenguas, e infamia del pueblo: 4 Por tanto, montes de Israel, oíd palabra del Señor Jehová: Así dijo el Señor Jehová a los montes, y a los collados, a los arroyos, y a los valles, a las ruinas y asolamientos, y a las ciudades desamparadas que fueron puestas a saco, y en escarnio a las otras gentes al derredor: 5 Por tanto así dijo el Señor Jehová: Si no he hablado en el fuego de mi zelo contra las demás gentes, y contra toda Idumea, que se pusieron mi tierra por heredad con alegría de todo corazón, con menosprecio de ánimo echándola a saco: 6 Por tanto profetiza sobre la tierra de Israel, y di a los montes y a los collados, a los arroyos y a los valles: Así dijo el Señor Jehová: He aquí que en mi zelo, y en mi furor he hablado, por cuanto habéis llevado la injuria de las gentes: 7 Por tanto así dijo el Señor Jehová: Yo he alzado mi mano, que las gentes que os están al derredor llevarán su vergüenza. 8 Y vosotros, o! montes de Israel, daréis vuestros ramos, y llevaréis vuestro fruto a mi pueblo Israel; porque cerca están para venir. 9 Porque he aquí que yo a vosotros; y me volveré a vosotros, y seréis labrados y sembrados. 10 Y haré multiplicar sobre vosotros hombres a toda la casa de Israel, toda; y habitarse han las ciudades, y las ruinas serán edificadas. 11 Y multiplicaré sobre vosotros hombres y bestias, y serán multiplicados, y crecerán; y haceros he que moréis como solíais antiguamente, y haceros he más bien que en vuestros principios; y sabréis que yo soy Jehová. 12 Y haré andar hombres sobre vosotros, a mi pueblo Israel, y poseerte han, y serles has por heredad; y nunca más les matarás los hijos. 13 Así dijo el Señor Jehová: Por cuanto dicen de vosotros: Comedora de hombres, y matadora de los hijos de tus gentes has sido: 14 Por tanto no comerás más hombres, y nunca más matarás los hijos a tus gentes, dijo el Señor Jehová. 15 Y nunca más te haré oír injuria de las gentes, ni más llevarás denuestos de pueblos, ni más matarás los hijos a tus gentes, dijo el Señor Jehová. 16 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 17 Hijo del hombre, la casa de Israel que moran en su tierra, la han contaminado con sus caminos y con sus obras: como inmundicia de menstruosa fue su camino delante de mí. 18 Y derramé mi ira sobre ellos por las sangres que ellos derramaron sobre la tierra; y con sus ídolos la contaminaron. 19 Y yo los esparcí por las gentes, y fueron aventados por las tierras: conforme a sus caminos, y conforme a sus obras los juzgué. 20 Y entrados a las gentes donde vinieron, contaminaron mi santo nombre, diciéndose de ellos: Pueblo de Jehová son estos; y de su tierra: De él salieron. 21 Y tuve mancilla de mi santo nombre, al cual contaminaron la casa de Israel en las gentes adonde vinieron. 22 Por tanto di a la casa de Israel: Así dijo el Señor Jehová: No lo hago por vosotros, o! casa de Israel, mas por causa de mi santo nombre, el cual vosotros contaminasteis en las gentes adonde venisteis. 23 Y santificaré mi grande nombre contaminado en las gentes, el cual vosotros contaminasteis entre ellas; y sabrán las gentes que yo soy Jehová, dijo el Señor Jehová, cuando fuere santificado en vosotros delante de vuestros ojos. 24 Y yo os tomaré de las gentes, y os juntaré de todas las tierras, y os traeré a vuestra tierra. 25 Y esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias, y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 26 Y os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y daros he corazón de carne. 27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis mandamientos, y guardéis mis derechos, y los hagáis. 28 Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres; y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios. 29 Y os guardaré de todas vuestras inmundicias; y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no os daré hambre. 30 Y multiplicaré el fruto de los árboles, y el fruto de los campos, porque nunca más recibáis oprobrio de hambre en las gentes. 31 Y acordaros heis de vuestros malos caminos, y de vuestras obras que no fueron buenas, y seréis confusos en vuestra misma presencia por vuestras iniquidades, y por vuestras abominaciones. 32 No lo hago yo por vosotros, dijo el Señor Jehová, séaos notorio: avergonzáos, y confundíos de vuestras iniquidades, casa de Israel. 33 Así dijo el Señor Jehová: El día que os limpiaré de todas vuestras iniquidades, haré también habitar las ciudades, y las asoladas serán edificadas. 34 Y la tierra asolada será labrada en lugar de haber sido asolada en ojos de todos los que pasaron: 35 Los cuales dijeron: Esta tierra asolada, fue como huerto de Edén; y estas ciudades desiertas, y asoladas, y arruinadas, fortalecidas estuvieron. 36 Y las gentes que fueron dejadas en vuestros al derredores sabrán que yo Jehová edifiqué las derribadas, y planté las asoladas: yo Jehová hablé, y hice. 37 Así dijo el Señor Jehová: Aun en esto seré requerido de la casa de Israel para hacer a ellos: yo los multiplicaré de hombres como de ovejas. 38 Como las ovejas santas, como las ovejas de Jerusalem en sus solemnidades, así las ciudades desiertas serán llenas de rebaños de hombres; y sabrán que yo soy Jehová. 37  1 Y la mano de Jehová fue sobre mí, y sacóme en Espíritu de Jehová, y púsome en medio de un campo, que estaba lleno de huesos. 2 E hízome pasar cerca de ellos al derredor al derredor; y he aquí que eran muy muchos sobre la haz del campo, y cierto secos en gran manera. 3 Y díjome: Hijo del hombre, ¿vivirán estos huesos? y dije: Señor Jehová tú lo sabes. 4 Y díjome: Profetiza sobre estos huesos, y díles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. 5 Así dijo el Señor Jehová a estos huesos: He aquí que yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. 6 Y pondré nervios sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y haré encorar sobre vosotros cuero, y pondré espíritu en vosotros, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová. 7 Y profeticé como me fue mandado; y hubo un estruendo en profetizando yo; y he aquí un temblor, y los huesos se llegaron cada hueso a su hueso. 8 Y miré, y he aquí nervios sobre ellos, y la carne subió, y encoró cuero por cima de ellos: mas no había en ellos espíritu. 9 Y díjome: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo del hombre, y di al espíritu: Así dijo el Señor Jehová: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. 10 Y profeticé como me mandó; y entró espíritu en ellos, y vivieron: y estuvieron sobre sus pies, un grande ejército muy mucho. 11 Y díjome: Hijo del hombre, todos estos huesos son la casa de Israel: he aquí que ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y en nosotros mismos somos talados. 12 Por tanto profetiza, y díles: Así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo abro vuestros sepulcros, y os haré subir de vuestras sepulturas, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. 13 Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abriere vuestros sepulcros, y os sacare de vuestras sepulturas, pueblo mío. 14 Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y yo os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé e hice: dijo Jehová. 15 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 16 Tú pues, hijo del hombre, tómate un palo, y escribe en él a Judá, y a los hijos de Israel sus compañeros. Toma después otro palo, y escribe en él a José palo de Efraím, y a toda la casa de Israel sus compañeros. 17 Y júntalos el uno con el otro, que sean en uno; y serán uno en tu mano. 18 Y cuando te hablaren los hijos de tu pueblo, diciendo: ¿No nos enseñarás que te significan estas cosas? 19 Háblales: Así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo tomo el palo de José que está en la mano de Efraím, y a las tribus de Israel sus compañeros, y yo los pondré con él, es a saber, con el palo de Judá; y los haré un palo, y serán uno en mi mano. 20 Y los palos sobre que escribieres, estarán en tu mano delante de sus ojos; 21 Y decirles has: Así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo tomo a los hijos de Israel de entre las gentes a las cuales fueron, y los juntaré de todas partes, y los traeré a su tierra. 22 Y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel; y un rey será a todos ellos por rey: ni nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán más partidos en dos reinos. 23 Ni más se contaminarán con sus ídolos, y con sus abominaciones, y con todas sus rebeliones; y los salvaré de todas sus habitaciones en las cuales pecaron; y yo los limpiaré, y a mí serán por pueblo, y yo a ellos por Dios. 24 Y mi siervo David será rey sobre ellos, y a todos ellos será un pastor; y andarán en mis derechos, y mis ordenanzas guardarán, y hacerlas han. 25 Y habitarán sobre la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres: sobre ella habitarán ellos, y sus hijos, y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David les será príncipe para siempre. 26 Y concertaré con ellos concierto de paz, concierto perpetuo será con ellos; y yo los pondré, y los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre. 27 Y estará en ellos mi tabernáculo; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a por pueblo. 28 Y sabrán las gentes que yo Jehová santifico a Israel, estando mi santuario entre ellos para siempre. 38  1 Y fue palabra de Jehová a mí, diciendo: 2 Hijo del hombre, pon tu rostro contra Gog en tierra de Magog, príncipe de la cabecera de Mesec, y Tubal, y profetiza sobre él, 3 Y dí: Así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo a ti, Gog, príncipe de la cabecera de Mesec, y Tubal. 4 Y yo te quebrantaré, y pondré anzuelos en tus quijadas, y sacarte he, a ti, y a todo tu ejército, tus caballos y tus caballeros vestidos de todo, todos ellos: grande multitud con paveses y escudos, teniendo espadas todos ellos. 5 Persia, y Etiopía, y Libia con ellos, todos ellos con escudos y almetes. 6 Gomer, y todas sus compañías, la casa de Togorma, que habitan a los lados del norte, y todas sus compañías, pueblos muchos contigo. 7 Aparéjate, y apercíbete tú, y toda tu multitud, que se han juntado a ti, y séles por guarda. 8 De aquí a muchos días tú serás visitado: a cabo de años vendrás a la tierra quebrantada por espada, juntada de muchos pueblos, a los montes de Israel, que siempre fueron para asolamiento; y ella de pueblos fue sacada, y todos ellos morarán confiadamente. 9 Y tú subirás: vendrás como tempestad, como nublado para cubrir la tierra: serás tú, y todas tus compañías, y muchos pueblos contigo. 10 Así dijo el Señor Jehová: Y será en aquel día, que subirán palabras en tu corazón, y pensarás pensamiento malo, 11 Y dirás: Subiré contra tierra de aldeas, vendré contra reposadas, y que habitan confiadamente: todos estos habitan sin muro, no tienen cerraduras ni puertas: 12 Para despojar despojos, y para tomar presa, para tornar tu mano sobre las tierras desiertas ya pobladas, y sobre el pueblo recogido de las naciones, que ya hace ganados y posesiones, y que moran en el ombligo de la tierra. 13 Sabá y Dedán, y los mercaderes de Társis, y todos sus leoncillos te dirán: ¿Has venido a despojar despojos? ¿has juntado tu multitud para tomar presa, para quitar plata y oro, para tomar ganados y posesiones, para despojar grandes despojos? 14 Por tanto profetiza, hijo del hombre, y di a Gog: Así dijo el Señor Jehová: En aquel tiempo, cuando mi pueblo Israel habitará seguramente, ¿no lo sabrás tú? 15 Y vendrás de tu lugar, de las partes del norte, tú, y muchos pueblos contigo, todos ellos a caballo, grande compañía, y mucho ejército: 16 Y subirás contra mi pueblo Israel, como nublado para cubrir la tierra: será esto al cabo de los días; y yo te traeré sobre mi tierra, para que las gentes me conozcan, cuando fuere santificado en ti delante de sus ojos, o! Gog. 17 Así dijo el Señor Jehová: ¿No eres tú aquel de quien yo hablé en los días antiguos por mis siervos los profetas de Israel, que profetizaron en aquellos tiempos, que yo te había de traer sobre ellos? 18 Y será en aquel tiempo, cuando vendrá Gog contra la tierra de Israel, dijo el Señor Jehová, que mi ira subirá por mi enojo. 19 Porque he hablado en mi zelo, y en el fuego de mi ira, que en aquel tiempo habrá gran temblor sobre la tierra de Israel: 20 Que los peces de la mar, y las aves del cielo, y las bestias del campo, y toda serpiente que anda arrastrando sobre la tierra, y todos los hombres que están sobre la haz de la tierra, temblarán delante de mi presencia; y los montes se arruinarán, y los escalones caerán, y todo muro caerá a tierra. 21 Y en todos mis montes llamaré espada contra él, dijo el Señor Jehová: la espada de cada cual será contra su hermano. 22 Y yo litigaré con él con pestilencia, y con sangre; y haré llover turbión de lluvia, y piedras de granizo, fuego y azufre sobre él, y sobre sus compañías, y sobre los muchos pueblos que serán con él. 23 Y seré engrandecido y santificado, y seré conocido en ojos de muchas naciones y sabrán que yo soy Jehová. 39  1 Y tú, o! hijo del hombre, profetiza contra Gog, y dí: Así dijo el Señor Jehová: He aquí que yo a ti, o! Gog, príncipe de la cabecera de Mesec, y Tubal. 2 Y yo te quebrantaré, y te sextaré, y te haré subir de las partes del norte, y te traeré sobre los montes de Israel. 3 Y sacaré tu arco de tu mano izquierda, y derribaré tus saetas de tu mano derecha. 4 Sobre los montes de Israel caerás tú, y todas tus compañías, y los pueblos que fueren contigo: a toda ave y a toda cosa que vuela, y a las bestias del campo, te he dado por comida. 5 Sobre la haz del campo caerás; porque yo hablé, dijo el Señor Jehová. 6 Y enviaré fuego en Magog, y en los que moran seguramente en las islas; y sabrán que yo soy Jehová. 7 Y haré notorio mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, y nunca más contaminaré mi santo nombre; y las gentes sabrán que yo soy Jehová, Santo en Israel. 8 He aquí que vino, y fue, dijo el Señor Jehová: este es el día del cual yo hablé. 9 Y los moradores de las ciudades de Israel saldrán, y encenderán, y quemarán armas, y escudos, y paveses, arcos, y saetas, y bastones de mano, y lanzas; y quemarlas han en fuego por siete años. 10 Y no traerán leña del campo, ni cortarán de los bosques: mas las armas quemarán en el fuego; y despojarán a sus despojadores, y robarán a sus robadores, dijo el Señor Jehová. 11 Y será en aquel tiempo, que yo daré a Gog lugar para sepulcro allí en Israel, el valle de los que pasan al oriente de la mar: él hará tapar las narices a los que pasaren; y allí enterrarán a Gog, y a toda su multitud; y llamarle han, el valle de Hamon-gog. 12 Y la casa de Israel los enterrarán por siete meses para limpiar la tierra. 13 Enterrarlos han todo el pueblo de la tierra; y será a ellos en nombre el día que yo fuere glorificado, dijo el Señor Jehová. 14 Y cogerán hombres de jornal, que pasen por la tierra enterrando con los que pasaren, a los que quedaron sobre la haz de la tierra, para limpiarla: al cabo de siete meses buscarán. 15 Y pasarán los que irán por la tierra, y el que viere los huesos de algún hombre, edificará junto a ellos un mojón, hasta que los entierren los enterradores de Gog en el valle de Hamon-gog. 16 Y también el nombre de la ciudad será Hamona, y limpiarán la tierra. 17 Y tú, hijo del hombre, así dijo el Señor Jehová: Di a las aves, a todo volátil, y a toda bestia del campo: Juntáos, y veníd: recogéos de todas partes a mí sacrificio que os sacrifico, un sacrificio grande, sobre los montes de Israel; y comeréis carne, y beberéis sangre. 18 Carne de fuertes comeréis, y beberéis sangre de príncipes de la tierra: de carneros, de corderos, de machos de cabrío, de bueyes, de toros, todos engordados en Basán. 19 Y comeréis sebo a hartura, y beberéis sangre a embriaguez, de mi sacrificio que yo os sacrifiqué. 20 Y hartaros heis sobre mi mesa, de caballos, y de carros fuertes, y de todos hombres de guerra, dijo el Señor Jehová. 21 Y pondré mi gloria en las gentes, y todas las gentes verán mi juicio que hice, y mi mano que puse en ellos. 22 Y sabrá la casa de Israel, desde aquel día en adelante, que yo soy Jehová su Dios. 23 Y sabrán las gentes que la casa de Israel fue llevada cautiva por su pecado, por cuanto se rebelaron contra mí, y yo escondí de ellos mi rostro, y los entregué en mano de sus enemigos y cayeron todos a cuchillo. 24 Conforme a su inmundicia, y conforme a sus rebeliones hice con ellos, y escondí de ellos mi rostro. 25 Por tanto así dijo el Señor Jehová: Ahora volveré la cautividad de Jacob, y habré misericordia de toda la casa de Israel; y zelaré por mi santo nombre. 26 Y ellos llevarán su vergüenza, y toda su rebelión con que rebelaron contra mí, cuando habitaban en su tierra seguramente, y no había quien los espantase: 27 Cuando los volveré de los pueblos, y los juntaré de las tierras de sus enemigos, y fuere santificado en ellos en ojos de muchas naciones. 28 Y sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando los hubiere hecho pasar en las gentes, y los juntare sobre su tierra, ni de ellos dejaré más allá. 29 Ni más esconderé de ellos mi rostro, porque mi Espíritu derramé sobre la casa de Israel, dijo el Señor Jehová. 40  1 En el año veinte y cinco de nuestro cautiverio, al principio del año, a los diez del mes, a los catorce años después que la ciudad fue herida, en aquel mismo día, fue sobre mí la mano de Jehová, y llevóme allá. 2 En visiones de Dios me llevó a la tierra de Israel, y púsome sobre un monte muy alto, sobre el cual estaba como edificio de una ciudad al mediodía. 3 Y llevóme allí, y he aquí un varón cuyo aspecto era como aspecto de metal, y tenía un cordel de lino en su mano, y una caña de medir; el cual estaba a la puerta. 4 Y aquel varón me habló: Hijo del hombre, mira de tus ojos, y oye de tus oídos, y pon tu corazón a todas las cosas que te muestro; porque para que yo te mostrase eres traído aquí: cuenta todo lo que ves a la casa de Israel. 5 ¶ Y he aquí un muro fuera de la casa al derredor; y la caña de medir que aquel varón tenía en la mano era de seis codos, de a codo y palmo; y midió la anchura del edificio de una caña, y la altura de otra caña. 6 Y vino a la puerta, la haz de la cual era hacia el oriente, y subió por sus gradas, y midió el un poste de la puerta de una caña en anchura, y el otro poste de otra caña en anchura. 7 Y cada cámara, de una caña en longitud, y de otra caña en anchura; y entre las cámaras dejó cinco codos en anchura; y cada poste de la puerta junto a la entrada de la puerta por de dentro, una caña. 8 Y midió la entrada de la puerta por de dentro, de una caña. 9 Y midió la entrada del portal de ocho codos, y sus postes de dos codos, y la entrada del portal por de dentro. 10 Y la puerta de hacia el oriente tenía tres cámaras de cada parte, todas tres de una medida; y los portales de cada parte de una medida. 11 Y midió la anchura de la entrada del portal de la puerta de diez codos: la longitud del portal de trece codos. 12 Y el espacio de delante de las cámaras, de un codo de la una parte, y de otro codo de la otra; y cada cámara tenía seis codos de una parte, y seis codos de otra. 13 Y midió la puerta desde la techumbre de la una cámara hasta su techumbre, de anchura de veinte y cinco codos puerta contra puerta. 14 E hizo los portales de sesenta codos, cada portal del patio, y del portal todo al derredor. 15 Y desde la delantera de la puerta de la entrada hasta la delantera de la entrada de la puerta de dentro, cincuenta codos. 16 Y había ventanas estrechas en las cámaras, y en sus portales por de dentro de la puerta al derredor, y asimismo en los arcos; y las ventanas estaban al derredor por de dentro, y en cada poste estaban esculpidas palmas. 17 ¶ Y llevóme al patio de afuera, y he aquí cámaras, y solado hecho al patio todo en derredor; treinta cámaras había en aquel patio. 18 Y estaba solado al lado de las puertas delante de la longitud de los portales solado abajo. 19 Y midió la anchura desde la delantera de la puerta de abajo, hasta la delantera del patio de dentro por de fuera, de cien codos hacia el oriente y el norte. 20 Y de la puerta que estaba hacia el norte en el patio de afuera, midió su longitud y su anchura. 21 Y sus cámaras, tres de una parte, y tres de otra, y sus postes, y sus arcos eran como la medida de la puerta primera, cincuenta codos su longitud, y su anchura de veinte y cinco codos. 22 Y sus ventanas, y sus arcos, y sus palmas eran conforme a la medida de la puerta que estaba hacia el oriente; y subían a ella por siete gradas, y sus arcos delante de ellas. 23 Y la una puerta del patio de adentro estaba en frente de la otra puerta al norte, y al oriente; y midió de puerta a puerta cien codos. 24 Y llevóme hacia el mediodía, y he aquí una puerta hacia el mediodía; y midió sus portales y sus arcos conforme a estas medidas dichas. 25 Y tenía sus ventanas, y sus arcos al derredor, como las ventanas ya dichas: la longitud era de cincuenta codos, y la anchura de veinte y cinco codos. 26 Y sus gradas eran siete gradas, y sus arcos delante de ellas; y tenía palmas, una de una parte, y otra en sus postes. 27 Y tal era la puerta de hacia el mediodía, del patio de dentro; y midió de puerta a puerta hacia el mediodía cien codos. 28 ¶ Y metióme en el patio de más adentro a la puerta del mediodía; y midió la puerta del mediodía conforme a estas medidas dichas: 29 Y sus cámaras, y sus postes, y sus arcos eran conforme a estas medidas dichas; y tenía sus ventanas, y sus arcos al derredor: la longitud era de cincuenta codos, y la anchura de veinte y cinco codos. 30 Y tenía arcos al derredor de longitud de veinte y cinco codos, y la anchura de cinco codos. 31 Y sus arcos afuera al patio, y palmas a cada uno de sus postes; y sus gradas eran ocho gradas. 32 Y llevóme al patio adentro hacia el oriente, y midió la puerta conforme a estas medidas dichas. 33 Y sus cámaras, y sus postes, y sus arcos conforme a estas medidas dichas; y tenía sus ventanas, y sus arcos al derredor: la longitud de cincuenta codos, y la anchura de veinte y cinco codos. 34 Y sus arcos afuera al patio, y palmas a cada uno de sus postes de una parte y de otra; y sus gradas eran ocho gradas. 35 Y llevóme a la puerta del norte, y midió conforme a estas medidas dichas. 36 Sus cámaras, y sus postes, y sus arcos, y sus ventanas al derredor: la longitud de cincuenta codos, y la anchura de veinte y cinco codos. 37 Y sus postes afuera al patio, y palmas a cada uno de sus postes de una parte y de otra; y sus gradas eran ocho gradas. 38 Y había allí una cámara, y su puerta con postes de portales: allí lavarán el holocausto. 39 Y en la entrada de la puerta había dos mesas de la una parte, y otras dos de la otra, para degollar sobre ellas el holocausto, y la expiación, y el pecado. 40 Y al lado por de fuera de las gradas, a la entrada de la puerta del norte había dos mesas; y al otro lado que estaba a la entrada de la puerta otras dos mesas: 41 Cuatro mesas de la una parte, y otras cuatro mesas de la otra parte: había a cada lado de esta puerta ocho mesas, sobre las cuales degollarán. 42 Y las cuatro de estas mesas para el holocausto eran de piedras labradas, de longitud de un codo y medio, y de anchura de otro codo y medio, y de altura de un codo: sobre estas pondrán las herramientas con que degollarán el holocausto y el sacrificio. 43 Y había ganchos de un palmo aparejados de dentro todo al derredor; y sobre las mesas la carne de la ofrenda. 44 Y de fuera de la puerta de la parte de adentro, en el patio de adentro a la parte que estaba al lado de la puerta del norte, estaban las cámaras de los cantores, las cuales miraban hacia el mediodía: una estaba al lado de la puerta del oriente que miraba hacia el norte. 45 Y díjome: Esta cámara que mira hacia el mediodía será de los sacerdotes que tienen la guarda del templo. 46 Y la cámara que mira hacia el norte será de los sacerdotes que tienen la guarda del altar: estos son los hijos de Sadoc, los cuales son llamados de los hijos de Leví al Señor, para ministrarle. 47 Y midió el patio, la longitud de cien codos, y la anchura de otros cien codos, cuadrado: y había un altar delante del templo. 48 ¶ Y llevóme a la entrada del templo, y midió cada poste de la entrada, cinco codos de una parte, y cinco codos de otra; y la anchura de la puerta tres codos de una parte, y tres codos de otra. 49 La longitud de la portada veinte codos, y la anchura once codos, a la cual subían por gradas; y había columnas junto a los postes, una de una parte, y otra de otra. 41  1 Y metióme en el templo, y midió los postes, la anchura era de seis codos de una parte, y seis codos de otra, la anchura del arco. 2 Y la anchura de cada puerta era de diez codos; y los lados de la puerta de cinco codos de una parte, y cinco de otra. Y midió su longitud de cuarenta codos, y la anchura de veinte codos. 3 Y entró dentro, y midió cada poste de la puerta de dos codos, y la puerta de seis codos, y la anchura de la entrada de siete codos. 4 Y midió su longitud de veinte codos, y la anchura de veinte codos, delante del templo: y díjome: Este es el lugar santísimo. 5 Y midió el muro de la casa de seis codos, y la anchura de las cámaras de cuatro codos en torno de la casa al derredor. 6 Y las cámaras eran cámara sobre cámara, treinta y tres por orden; y entraban canes en la pared de la casa al derredor sobre que las cámaras estribasen, y no estribasen en la pared de la casa. 7 Y había mayor anchura y vuelta en las cámaras a lo más alto; y el caracol de la casa subía muy alto al derredor por de dentro de la casa, por tanto la casa tenía más anchura arriba; y de la cámara baja se subía a la más alta por la del medio. 8 Y miré la altura de la casa al derredor; y los cimientos de las cámaras eran una caña entera de seis codos de grandor. 9 Y la anchura de la pared de afuera de las cámaras era de cinco codos, y el espacio que quedaba de las cámaras de la casa por de dentro. 10 Y dentro de las cámaras había anchura de veinte codos al derredor de la casa, por todos lados. 11 Y la puerta de cada cámara salía al espacio que quedaba: otra puerta hacia el norte, y otra puerta hacia el mediodía; y la anchura del espacio que quedaba era de cinco codos por todo al derredor. 12 Y el edificio que estaba delante del apartamiento al lado de hacia el occidente era de setenta codos; y la pared del edificio de cinco codos de anchura al derredor, y la longitud de noventa codos. 13 Y midió la casa, la longitud de cien codos, y el apartamiento, y el edificio, y sus paredes de longitud de cien codos. 14 Y la anchura de la delantera de la casa, y del apartamiento al oriente, de cien codos. 15 Y midió la longitud del edificio que estaba delante del apartamiento que estaba detrás de él, y las cámaras de una parte y otra, cien codos, y el templo de dentro, y los portales del patio. 16 Los umbrales, y las ventanas estrechas, y las cámaras, tres en derredor a la parte delantera, todo era cubierto de madera al derredor desde la tierra hasta las ventanas, y las ventanas también cubiertas. 17 Encima de sobre la puerta, y hasta la casa de dentro y de fuera, y toda la pared en derredor, por de dentro y por de fuera midió. 18 Y la pared era hecha de querubines, y de palmas, entre querubín y querubín una palma; y cada querubín tenía dos rostros: 19 El un rostro de hombre hacia la palma de la una parte, y el otro rostro de león hacia la otra palma de la otra parte, por toda la casa al derredor. 20 Desde la tierra hasta encima de la puerta estaba hecho de querubines y de palmas, y por la pared del templo. 21 Cada poste del templo era cuadrado, y la delantera del santuario era como la otra delantera. 22 La altura del altar de madera era de tres codos, y su longitud de dos codos, y sus esquinas, y su longitud, y sus paredes eran de madera. Y díjome: Esta es la mesa que está delante de Jehová. 23 Y el templo y el santuario tenían dos portadas. 24 Y en cada portada había dos puertas, dos puertas que se volvían: dos puertas en la una portada, y otras dos en la otra. 25 Y estaban hechos en las puertas del templo querubines y palmas, como estaban hechos en las paredes; y había una viga de madera sobre la delantera de la entrada por de fuera. 26 Y había ventanas estrechas, y palmas de una parte y de otra por los lados de la entrada, y de la casa, y por las vigas. 42  1 Y sacóme al patio de afuera hacia el norte, y trájome a la cámara que estaba delante del espacio que quedaba delante del edificio de hacia el norte. 2 Por delante de la puerta del norte la longitud era de cien codos, y la anchura de cincuenta codos, 3 Contra los veinte codos que estaban en el patio de adentro, y contra el solada que estaba en el patio de afuera, donde estaban las cámaras, las unas en frente de las otras, de tres en tres. 4 Y delante de las cámaras el paseadero de diez codos de anchura, a la parte adentro, hacia el un codo; y sus puertas hacia el norte. 5 Y las cámaras más altas eran más estrechas; porque las cámaras más altas quitaban de las otras, de las bajas y de las de en medio del edificio. 6 Porque eran de tres en tres; y no tenían columnas como las columnas de los patios: por tanto eran más estrechas que las de abajo, y las del medio desde la tierra. 7 Y el muro que estaba afuera delante de las cámaras, hacia el patio afuera delante de las cámaras, era de longitud de cincuenta codos. 8 Porque la longitud de las cámaras del patio de afuera era de cincuenta codos; y delante de la delantera del templo había cien codos. 9 Y abajo de las cámaras estaba la entrada del templo del oriente, entrando en él del patio de afuera. 10 A la larga del muro del patio hacia el oriente delante de la lonja, y delante del edificio estaban las cámaras. 11 Y el paseadero que estaba delante de ellas era semejante al de las cámaras que estaban hacia el norte: conforme a su longitud asimismo su anchura, y todas sus salidas, conforme a sus puertas, y conforme a sus entradas. 12 Y conforme a las puertas de las cámaras que estaban hacia el mediodía a la puerta que salía al principio del camino, del camino delante del muro hermoso, que estaba hacia el oriente a los que entran. 13 Y díjome: Las cámaras del norte, y las del mediodía, que están delante de la lonja, son cámaras santas, en las cuales los sacerdotes que se acercan a Jehová comerán las santas ofrendas: allí pondrán las santas ofrendas, y el presente, y la expiación, y el sacrificio por el pecado; porque el lugar es santo. 14 Cuando los sacerdotes entraren, no saldrán del lugar santo al patio de afuera: mas allí dejarán sus vestimentos con que ministrarán, porque son santos; y vestirse han otros vestidos, y así se allegarán a lo que es del pueblo. 15 Y acabó las medidas de la casa de adentro, y sacóme por el camino de la puerta que miraba hacia el oriente, y lo midió todo en derredor. 16 Midió el lado oriental con la caña de medir, quinientas cañas de la caña de medir al derredor. 17 Midió el lado del norte, quinientas cañas de la caña de medir al derredor. 18 Midió el lado del mediodía, quinientas cañas de la caña de medir. 19 Rodeó al lado del occidente, y midió quinientas cañas de la caña de medir. 20 A los cuatro lados lo midió: tuvo el muro todo al derredor quinientas cañas de longitud, y quinientas cañas de anchura, para hacer apartamiento entre el santuario, y el lugar profano. 43  1 Y llevóme a la puerta, a la puerta que mira hacia el oriente, 2 Y he aquí la gloria del Dios de Israel, que venía de hacia el oriente; y su sonido era como el sonido de muchas aguas, y la tierra resplandecía a causa de su gloria. 3 Y la visión que ví era como la visión, como aquella visión que ví, cuando vine para destruir la ciudad; y las visiones eran como la visión que ví junto al río de Cobar; y caí sobre mi rostro. 4 Y la gloria de Jehová entró en la casa por la vía de la puerta que tenía la haz camino del oriente. 5 Y alzóme el espíritu, y metióme en el patio de adentro; y he aquí que la gloria de Jehová hinchió la casa. 6 Y oí uno que me hablaba desde la casa; y un varón estaba junto a mí, 7 Y díjome: Hijo del hombre, este es el lugar de mi asiento, y el lugar de las plantas de mis pies, en el cual habitaré entre los hijos de Israel para siempre; y nunca más la casa de Israel contaminará mi santo nombre, ellos y sus reyes, con sus fornicaciones, y con los cuerpos muertos de sus reyes, en sus altares. 8 Poniendo ellos su umbral junto a mi umbral, y su poste junto a mi poste, y una pared entre mí y ellos, contaminaron mi santo nombre con sus abominaciones que hicieron, y yo los consumí en mi furor. 9 Ahora echarán lejos de mí su fornicación, y los cuerpos muertos de sus reyes, y habitaré en medio de ellos para siempre. 10 pues, hijo del hombre, anuncia a la casa de Israel esta casa, y avergüéncense de sus pecados, y midan la traza. 11 Y si se avergonzaren de todo lo que han hecho, házles entender la figura de la casa, y su traza, y sus salidas, y sus entradas, y todas sus figuras, y todas sus descripciones, y todas sus pinturas, y todas sus leyes; y descríbelo delante de sus ojos, y guarden toda su forma, y todas sus leyes, y háganlas. 12 Esta es la ley de la casa: Sobre la cumbre del monte será edificada: todo su término al derredor será santísimo: he aquí que esta es la ley de la casa. 13 ¶ Y estas son las medidas del altar en codos: el codo de a codo y palmo. El medio de un codo, y de un codo la anchura; y su término, que estaba sobre su borde al derredor, de un palmo; y esta es la altura del altar. 14 Y desde el medio de la tierra hasta el lugar de abajo había dos codos, y la anchura de un codo; y desde el lugar menor hasta el lugar mayor había cuatro codos, y la anchura de un codo. 15 Y el altar era de cuatro codos, y encima del altar había cuatro cuernos. 16 Y el altar tenía doce codos en longitud, y doce en anchura, cuadrado a sus cuatro lados. 17 Y el patio era de catorce codos de longitud, y catorce de anchura en sus cuatro lados; y el término que tenía al derredor era de medio codo, el medio que tenía era de un codo al derredor, y sus gradas estaban al oriente. 18 Y díjome: Hijo del hombre, así dijo el Señor Jehová: Estas son las leyes del altar el día que él será hecho, para ofrecer sobre él holocausto, y para esparcir sobre él sangre. 19 Darás a los sacerdotes Levitas, que son del linaje de Sadoc, que son allegados a mí, dijo el Señor Jehová, para ministrarme, un becerro hijo de vaca para expiación. 20 Y tomarás de su sangre, y pondrás en sus cuatro cuernos, y en las cuatro esquinas del patio, y en el término al derredor, y limpiarlo has, y expiarlo has. 21 Y tomarás el becerro de la expiación, y quemarle ha conforme a la ley de la casa, fuera del santuario. 22 Y al segundo día ofrecerás un macho de cabrío sin tacha para expiación; y expiarán el altar como lo expiaron con el becerro. 23 Cuando acabares de expiar, ofrecerás un becerro hijo de vaca entero, y un carnero entero de la manada. 24 Y ofrecerlos has delante de Jehová; y los sacerdotes echarán sobre ellos sal, y ofrecerlos han en holocausto a Jehová. 25 Siete días sacrificarás el macho cabrío de la expiación cada día; y el becerro hijo de vaca, y el carnero de la manada enteros sacrificará. 26 Siete días expiarán el altar, y lo limpiarán, y henchirán sus manos. 27 Y acabados estos días, el octavo día, y desde en adelante, sacrificarán los sacerdotes sobre el altar vuestros holocaustos, y vuestros pacíficos; y serme heis aceptos, dijo el Señor Jehová. 44  1 Y tornóme hacia la puerta del santuario de afuera, la cual mira hacia el oriente, la cual estaba cerrada. 2 Y díjome Jehová: Esta puerta será cerrada: no se abrirá, ni entrará por ella hombre; porque Jehová Dios de Israel entró por ella, y será cerrada. 3 El príncipe, el príncipe, él se asentará en ella para comer pan delante de Jehová: por el camino de la entrada de la puerta entrará, y por el camino de ella saldrá. 4 Y llevóme hacia la puerta del norte por delante de la casa, y miré y he aquí que la gloria de Jehová había henchido la casa de Jehová; y caí sobre mi rostro. 5 Y díjome Jehová: Hijo del hombre, pon tu corazón, y mira con tus ojos, y oye con tus oídos todo lo que yo hablo contigo de todas las ordenanzas de la casa de Jehová, y de todas sus leyes; y pon tu corazón a las entradas de la casa, y a todas las salidas del santuario. 6 ¶ Y dirás a la rebelde, a la casa de Israel: Así dijo el Señor Jehová: Os basten todas vuestras abominaciones, o! casa de Israel: 7 De haber vosotros traído extranjeros, incircuncisos de corazón, e incircuncisos de carne, para estar en mi santuario, para contaminar mi casa: de haber ofrecido mi pan, el sebo, y la sangre; e invalidaron mi concierto por todas vuestras abominaciones. 8 Y no guardasteis la observancia de mis santificaciones, mas vosotros os pusisteis guardas de mi observancia en mi santuario. 9 Así dijo el Señor Jehová: Ningún hijo de extranjero incircunciso de corazón, e incircunciso de carne, entrará en mi santuario, de todos los hijos de extranjeros que están entre los hijos de Israel. 10 Y los Levitas que se apartaron lejos de mí cuando Israel erró, el cual erró apartándose de mí en pos de sus ídolos, llevarán su iniquidad. 11 Y serán ministros en mi santuario, porteros a las puertas de la casa, y sirvientes en la casa: ellos matarán el holocausto y la víctima al pueblo, y ellos estarán delante de ellos para servirles: 12 Por cuanto les sirvieron delante de sus ídolos, y fueron a la casa de Israel por tropezadero de maldad: por tanto yo alcé mi mano acerca de ellos, dijo el Señor Jehová, que llevarán su iniquidad. 13 No serán allegados a mí para serme sacerdotes, ni se allegarán a ninguna de mis santificaciones, a las santidades de santidades: mas llevarán su vergüenza, y sus abominaciones que hicieron. 14 Y yo los pondré por guardas de la guarda de la casa, y en todo su servicio, y en todas las cosas que en ella se hicieren. 15 Mas los sacerdotes Levitas, hijos de Sadoc, que guardaron la observancia de mi santuario; cuando los hijos de Israel erraron apartándose de mí, ellos serán allegados a mí para ministrarme, y estarán delante de mí, para ofrecerme el sebo y la sangre, dijo el Señor Jehová. 16 Ellos entrarán en mi santuario, y ellos se allegarán a mi mesa para ministrarme, y guardarán mi observancia. 17 ¶ Y será, que cuando entraren por las puertas del patio de adentro, se vestirán de vestimentos de lino: no subirá sobre ellos lana cuando ministraren en las puertas del patio de adentro, y adentro. 18 Mitras de lino tendrán en sus cabezas, y pañetes de lino en sus lomos: no se ceñirán por los sudaderos. 19 Y cuando salieren al patio de afuera, al patio de afuera al pueblo, desnudarse han de sus vestimentos con que ministraron, y dejarlos han en las cámaras del santuario; y vestirse han de otros vestidos, y no santificarán el pueblo con sus vestimentos. 20 Y no raparán su cabeza, ni dejarán crecer el cabello, mas trasquilando trasquilarán sus cabezas. 21 Y ninguno de los sacerdotes beberá vino cuando hubieren de entrar en el patio de adentro. 22 Ni viuda, ni repudiada se tomarán por mujeres: mas tomarán vírgenes del linaje de la casa de Israel; o viuda, que fuere viuda de sacerdote. 23 Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano; y entre lo limpio y lo no limpio les enseñarán a discernir. 24 Y en el pleito ellos estarán para juzgar: por mis derechos lo juzgarán; y mis leyes y mis decretos guardarán en todas mis solemnidades, y mis sábados santificarán. 25 Y a hombre muerto no entrará el sacerdote para contaminarse: mas sobre padre, o madre, o hijo, o hija, hermano, o hermana, que no haya tenido marido, se contaminará. 26 Y después de su expiación, contarle han aun siete días. 27 Y el día que entrare al santuario, al patio de adentro, para ministrar en el santuario, ofrecerá su expiación, dijo el Señor Jehová. 28 Y esto será a ellos por heredad: yo seré su heredad; y no les daréis posesión en Israel: yo soy su posesión. 29 El presente, y el sacrificio por la expiación, y por el pecado comerán; y toda cosa dedicada a Dios en Israel, será de ellos. 30 Y las primicias de todos primeros frutos de todo, y toda ofrenda de todo lo que se ofreciere de todas vuestras ofrendas será de los sacerdotes; y las primicias de todas vuestras masas daréis al sacerdote, para que haga reposar la bendición en vuestras casas. 31 Ninguna cosa mortecina, ni arrebatada, así de aves como de animales, comerán los sacerdotes. 45  1 Y cuando partiereis por suertes la tierra en heredad, apartaréis una suerte para Jehová que le consagréis en la tierra, de longitud de veinte y cinco mil cañas de medir, y de anchura de diez mil: esto será santificado en todo su término al derredor. 2 De esto serán para el santuario las quinientas y quinientas cañas en cuadro al derredor: el cual tendrá su ejido de cincuenta codos al derredor. 3 Y de esta medida medirás en longitud veinte y cinco mil cañas, y en anchura diez mil: en lo cual estará el santuario, el santuario de santuarios. 4 Lo consagrado de esta tierra será para los sacerdotes ministros del santuario, que son allegados para ministrar a Jehová; y serles ha lugar para hacer casas, y el santuario para santuario. 5 Y otras veinte y cinco mil de longitud, y diez mil de anchura, lo cual será para los Levitas ministros de la casa, en posesión de veinte cámaras. 6 Y para la posesión de la ciudad daréis cinco mil de anchura, y veinte y cinco mil de longitud delante de lo que se apartó para el santuario: esto será para toda la casa de Israel. 7 Y la parte del príncipe será junto al apartamiento del santuario de la una parte y de la otra, y junto a la posesión de la ciudad, delante del apartamiento del santuario, y delante de la posesión de la ciudad, desde el rincón occidental que está hacia el occidente, hasta el rincón del oriental que está hacia el oriente; y la longitud será de la una parte a la otra, desde el rincón del occidente hasta el rincón del oriente. 8 Esta tierra tendrá en posesión en Israel, y nunca más mis príncipes oprimirán mi pueblo: mas darán la tierra a la casa de Israel por sus tribus. 9 Así dijo el Señor Jehová: Básteos ya, o! príncipes de Israel: quitád la violencia y la rapiña: hacéd juicio y justicia: quitád vuestras imposiciones de sobre mi pueblo, dijo el Señor Jehová. 10 ¶ Peso de justicia, y efa de justicia, y bato de justicia, tendréis. 11 El efa y el bato serán de una misma medida, que el bato tenga la décima parte del homer, y la décima parte del homer el efa: el homer tendrá también su igualdad. 12 Y el siclo será de veinte geras: veinte siclos, y veinte y cinco siclos, y quince siclos os será una mina. 13 Esta será la ofrenda que ofreceréis: la sexta parte de un efa de homer del trigo, y la sexta parte de un efa de homer de la cebada. 14 ¶ Y la ordenanza del aceite será que ofreceréis un bato de aceite, que es la décima parte de un coro: diez batos harán un homer; porque diez batos son un homer. 15 Y una cordera de la manada de doscientas, de las gruesas de Israel, para sacrificio, y para holocausto, y para pacíficos, para ser expiados, dijo el Señor Jehová. 16 Todo el pueblo de la tierra será obligado a esta ofrenda para el príncipe de Israel. 17 Mas del príncipe será la obligación de dar el holocausto, y el sacrificio, y la derramadura en las solemnidades, y en las lunas nuevas, y en los sábados, y en todas las fiestas de la casa de Israel: el hará la expiación, y el presente, y el holocausto, y los pacíficos, para expiar la casa de Israel. 18 Así dijo el Señor Jehová: El mes primero, al primero del mes, tomarás un becerro hijo de vaca entero, y expiarás el santuario. 19 Y el sacerdote tomará de la sangre del becerro de la expiación, y pondrá sobre los postes de la casa, y sobre los cuatro rincones del patio del altar, y sobre los postes de las puertas del patio de adentro. 20 Así harás hasta el séptimo día del mes por los errados y engañados; y expiarás la casa. 21 El mes primero, a los catorce días del mes, tendréis la pascua, que será fiesta de siete días: comerse ha pan sin levadura. 22 Y aquel día el príncipe sacrificará por sí, y por todo el pueblo de la tierra, un becerro por el pecado. 23 Y en todos los siete días de la solemnidad hará holocausto a Jehová de siete becerros y siete carneros enteros, cada día en siete días; y por el pecado un macho de cabrío cada día. 24 Y con cada becerro, presente de un efa de flor de harina, y con cada carnero otro efa; y por cada efa un hin de aceite. 25 En el mes séptimo, a los quince del mes, en la fiesta hará otro tanto como en estos siete días, cuanto a la expiación, y cuanto al holocausto, y cuanto al presente, y cuanto al aceite. 46  1 Así dijo el Señor Jehová: la puerta del patio de adentro, que mira al oriente, será cerrada los seis días de trabajo; y el día del sábado se abrirá, y asimismo se abrirá el día de la nueva luna. 2 Y el príncipe entrará de afuera por el camino del portal de la puerta, y estará al umbral de la puerta, (y los sacerdotes harán su holocausto y sus pacíficos;) e inclinarse ha a la entrada de la puerta, y saldrá: mas la puerta no se cerrará hasta la tarde. 3 Y el pueblo de la tierra se inclinará delante de Jehová a la entrada de la puerta en los sábados, y en las nuevas lunas. 4 Y el holocausto que el príncipe ofrecerá a Jehová el día del sábado, será seis corderos enteros, y un carnero entero; 5 Y presente, un efa de flor de harina con cada carnero; y con cada cordero, presente don de su mano; y un hin de aceite con el efa. 6 Mas el día de la nueva luna ofrecerá un becerro hijo de vaca entero, y seis corderos, y un carnero: serán enteros. 7 Y hará presente de un efa de flor de harina con el becerro; y otro efa con cada carnero: mas con los corderos, conforme a su facultad; y un hin de aceite con cada efa. 8 Y cuando el príncipe entrare, entrará por el camino del portal de la puerta, y por el mismo camino saldrá. 9 Mas cuando el pueblo de la tierra entrare delante de Jehová en la fiestas, el que entrare por la puerta del norte, saldrá por la puerta del mediodía; y el que entrare por la puerta del mediodía, saldrá por la puerta del norte: no volverá por la puerta por donde entró, mas saldrá por la de en frente de ella. 10 Y el príncipe, cuando ellos entraren, él entrará en medio de ellos: mas cuando ellos hubieren salido, él saldrá. 11 Y en las fiestas, y en las solemnidades, será el presente un efa de flor de harina con cada becerro, y otro efa con cada carnero; y con los corderos, lo que le parciere; y un hin de aceite con cada efa. 12 Mas cuando el príncipe libremente hiciere holocausto, o pacíficos a Jehová, abrirle han la puerta, que mira al oriente, y hará su holocausto, y sus pacíficos, como hace en el día del sábado: después saldrá, y cerrarán la puerta después que saliere. 13 Y sacrificarás a Jehová cada día en holocausto un cordero de un año entero: cada mañana lo sacrificarás. 14 Y harás con el presente todas las mañanas, la sexta parte de un efa de flor de harina, y la tercera parte de un hin de aceite para mezclar con la flor de harina: esto será presente para Jehová continuamente por estatuto perpetuo. 15 Y sacrificarán el cordero, y el presente, y el aceite todas las mañanas en holocausto continuo. 16 Así dijo el Señor Jehová: Si el príncipe diere algún don de su heredad a alguno de sus hijos, será de ellos: posesión de ellos será por herencia. 17 Mas si de su heredad diere don a alguno de sus siervos, será de él hasta el año de libertad, y volverá al príncipe: mas su herencia de sus hijos será. 18 Y el príncipe no tomará nada de la herencia del pueblo, por no defraudarlos de su posesión. De lo que él posee, dará herencia a sus hijos; porque mi pueblo no sea echado cada uno de su posesión. 19 ¶ Y metióme por la entrada que estaba hacia la puerta a las cámaras santas de los sacerdotes, las cuales miraban al norte; y había allí un lugar a los lados del occidente. 20 Y díjome: Este es el lugar donde los sacerdotes cocerán el sacrificio por el pecado, y por la expiación; allí cocerán el presente por no sacarlo al patio de afuera, para santificar el pueblo. 21 Luego me sacó al patio de afuera, y trájome por los cuatro rincones del patio; y en cada rincón había un patio. 22 En los cuatro rincones del patio había patios juntos de cuarenta codos de longitud, y de treinta de anchura: tenían una misma medida todos cuatro a los rincones. 23 Y había una pared al derredor de ellos, al derredor de todos cuatro; y había chimeneas hechas abajo de las paredes al derredor. 24 Y díjome: Estas son las casas de los cocineros, donde los servidores de la casa cocerán el sacrificio del pueblo. 47  1 E hízome tornar a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la haz de la casa estaba al oriente; y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al mediodía del altar. 2 Y sacóme por el camino de la puerta del norte, e hízome rodear por el camino fuera de la puerta por de fuera al camino de la que mira al oriente; y he aquí las aguas que salían al lado derecho. 3 Y saliendo el varón hacia el oriente tenía un cordel en su mano; y midió mil codos, e hízome pasar por las aguas hasta los tobillos. 4 Y midió otros mil, e hízome pasar por las aguas hasta las rodillas. Y midió otros mil, e hízome pasar por las aguas hasta los lomos. 5 Y midió otros mil, e iba ya el arroyo que yo no podía pasar; porque las aguas se habían alzado, y el arroyo no se podía pasar si no a nado. 6 Y díjome: ¿Hijo del hombre, has visto? Y trájome, e hízome tornar por la ribera del arroyo. 7 Y tornando yo, he aquí en la ribera del arroyo que había árboles muy muchos de la una parte, y de la otra. 8 Y díjome: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán a la campaña, y entrarán en la mar, en la mar de las aguas apartadas; y las aguas recibirán sanidad. 9 Y será que toda alma viviente que nadare por donde quiera que entraren estos dos arroyos vivirá; y habrá muchos peces en gran manera por haber entrado estas aguas allá, y recibirán sanidad, y vivirá todo lo que entrare en este arroyo. 10 Y será que junto a él estarán pescadores, y desde Engadí hasta Engalim será tendedero de redes: en su manera será su pescado como el pescado de la gran mar, mucho en gran manera. 11 Sus charcos y sus lagunas no se sanarán: quedarán para salinas. 12 Y junto al arroyo en su ribera de una parte y de otra crecerá todo árbol de fruto de comer: su hoja nunca caerá, ni su fruto faltará: a sus meses madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja para medicina. 13 ¶ Y dijo el Señor Jehová: Este es el término en que partiréis la tierra en heredad entre las doce tribus de Israel: José dos partes. 14 Y heredarla heis así los unos como los otros; pues por ella alcé mi mano que la había de dar a vuestros padres: por tanto esta tierra os caerá en heredad. 15 Y este es el término de la tierra hacia la parte del norte: Desde la gran mar camino de Hetalón viniendo en Sedada, 16 Emat, Berota, Sabarim, que son entre el término de Damasco, y el término de Emat: Haseraticon, que es en el término de Hauran. 17 Y será el término del norte desde la mar de Hazar-enán al término de Damasco al norte; y al término de Emat al lado del norte. 18 Al lado del oriente, por medio de Hauran, y de Damasco, y de Galaad, y de la tierra de Israel, al Jordán: esto mediréis de término hasta la mar del oriente. 19 Y al lado del mediodía, hacia el mediodía, desde Tamar hasta las aguas de las rencillas: desde Cádes y el arroyo hasta la gran mar; y esto será al lado del mediodía, al mediodía. 20 Y al lado del occidente, la gran mar el un término, hasta en derecho para venir en Emat. Este será el lado del occidente. 21 Y partiréis esta tierra entre vosotros por las tribus de Israel. 22 Y será que echaréis sobre ella suertes por herencia para vosotros, y para los extranjeros que peregrinan entre vosotros, que entre vosotros han engendrado hijos; y tenerlos heis como naturales entre los hijos de Israel: echarán suertes con vosotros, para heredarse entre las tribus de Israel. 23 Y será que en la tribu en que peregrinare el extranjero, allí le daréis su heredad, dijo el Señor Jehová. 48  1 Y estos son los nombres de las tribus: Desde la parte del norte por la vía de Hetalón viniendo a Emat, Hazar-enán, al término de Damasco, al norte, al término de Emat: tendrá Dan una parte desde la parte del oriente hasta la mar. 2 Y junto al término de Dan, desde la parte del oriente hasta la parte de la mar, tendrá Aser una parte. 3 Y junto al término de Aser, desde la parte del oriente hasta la parte de la mar, tendrá Neftalí otra. 4 Y junto al término de Neftalí, desde la parte del oriente hasta la parte de la mar, Manasés otra. 5 Y junto al término de Manasés, desde la parte del oriente hasta la parte de la mar, Efraím otra. 6 Y junto al término de Efraím, desde la parte del oriente hasta la parte de la mar, Rubén otra. 7 Y junto al término de Rubén, desde la parte del oriente hasta la parte de la mar, Judá otra. 8 Y junto al término de Judá, desde la parte del oriente hasta la parte de la mar, será la suerte que apartaréis de veinte y cinco mil cañas de anchura y de longitud, como cualquiera de las otras partes, es a saber, desde la parte del oriente hasta la parte de la mar; y el santuario estará en medio de ella. 9 La suerte que apartaréis para Jehová será de longitud de veinte y cinco mil cañas, y de anchura de diez mil. 10 Y allí será la suerte santa de los sacerdotes de veinte y cinco mil cañas al norte, y de diez mil de anchura al occidente, y al oriente, de diez mil de anchura, y al mediodía de longitud de veinte y cinco mil; y el santuario de Jehová estará en medio de ella. 11 Los sacerdotes santificados de los hijos de Sadoc, que guardaron mi observancia, que no erraron, cuando erraron los hijos de Israel, como erraron los Levitas: 12 Ellos tendrán por suerte apartada en la partición de la tierra la parte santísima, junto al término de los Levitas. 13 Y la de los Levitas será delante del término de los sacerdotes, de veinte y cinco mil cañas de longitud, y de diez mil de anchura: toda la longitud de veinte y cinco mil, y la anchura de diez mil. 14 No venderán de ello, ni trocarán, ni traspasarán las primicias de la tierra, porque es consagrado a Jehová. 15 Y las cinco mil cañas de anchura que quedan delante de las veinte y cinco mil, serán profanas para la ciudad, para habitación, y para ejido; y la ciudad estará en medio. 16 Y estas serán sus medidas: A la parte del norte cuatro mil y quinientas cañas; y a la parte del mediodía cuatro mil y quinientas; y a la parte del oriente cuatro mil y quinientas; y a la parte del occidente cuatro mil y quinientas. 17 Y el ejido de la ciudad estará al norte de doscientas y cincuenta cañas, y al mediodía de doscientas y cincuenta, y al oriente de doscientas y cincuenta, y al occidente de doscientas y cincuenta. 18 Y lo que quedare de longitud delante de la suerte santa, que son diez mil cañas al oriente, y diez mil al occidente, que será lo que quedare delante de la suerte santa, será para sembrar pan para los que sirven a la ciudad. 19 Y los que servirán a la ciudad, serán de todas las tribus de Israel. 20 Toda la apartadura de veinte y cinco mil cañas, y otras veinte y cinco mil en cuadro apartaréis por suerte para el santuario, y para la posesión de la ciudad. 21 Y del príncipe será lo que quedare de la una parte y de la otra de la suerte santa, y de la posesión de la ciudad, es a saber, delante de las veinte y cinco mil cañas de la suerte santa hasta el término oriental; y al occidente delante de las veinte y cinco mil hasta el término occidental, delante de las partes dichas será del príncipe; y será suerte santa, y el santuario de la casa estará en medio de ella. 22 Y desde la posesión de los Levitas, y desde la posesión de la ciudad, en medio estará lo que pertenecerá al príncipe: entre el término de Judá, y el término de Ben-jamín estará la suerte del príncipe. 23 Y la resta de las tribus, desde la parte del oriente hasta la parte de la mar, Ben-jamín tendrá una parte. 24 Y junto al término de Ben-jamín, desde la parte del oriente hasta la parte de la mar, Simeón otra. 25 Y junto al término de Simeón, desde la parte del oriente hasta la parte de la mar, Isacar otra. 26 Y junto al término de Isacar, desde la parte del oriente hasta la parte de la mar, Zabulón otra. 27 Y junto al término de Zabulón, desde la parte del oriente hasta la parte de la mar, Gad otra. 28 Y junto al término de Gad a la parte del mediodía, al mediodía, será el término desde Tamar hasta las aguas de las rencillas, y desde Cádes y el arroyo hasta la gran mar. 29 Esta es la tierra que partiréis por suertes en heredad a las tribus de Israel; y estas son sus partes, dijo el Señor Jehová. 30 Y estas son las salidas de la ciudad a la parte del norte, cuatro mil y quinientas cañas por medida. 31 Y las puertas de la ciudad serán según los nombres de las tribus de Israel: las tres puertas al norte, la puerta de Rubén una, la puerta de Judá otra, la puerta de Leví otra. 32 Y a la parte del oriente, cuatro mil y quinientas cañas, y tres puertas: la puerta de José una, la puerta de Ben-jamín otra, la puerta de Dan otra. 33 Y a la parte del mediodía, cuatro mil y quinientas cañas por medida, y tres puertas: la puerta de Simeón una, la puerta de Isacar otra, la puerta de Zabulón otra. 34 Y a la parte del occidente, cuatro mil y quinientas cañas, y sus tres puertas: la puerta de Gad una, la puerta de Aser otra, la puerta de Neftalí otra. 35 En derredor diez y ocho mil cañas: y el nombre de la ciudad desde aquel día será Jehová Allí.